La noche estuvo tranquila. Con un suave viento tocando la ventana como si pidiera permiso para pasar, y una copas con vino sobre las mesitas de luz.
Esto era tan perfecto que ni yo creía que me lo merecía.
Volkov con una pierna sobre la mía, yo boca arriba y él pasando su brazo sobre mi pecho.
Sábanas casi a punto de salirse del colchón, puesto que no teníamos frío y habíamos estado luchando por quién iba a abrazar a quien esa noche.Había ganado él.
Yo acariciaba su cabello, hebras finas resbalosas cual manteca entre mis dedos.
Un ambiente cálido, sereno, y sobre todo romántico: pero placentero. De esos ambientes que no quieres que se acabe nunca.Jamás de los jamases.
Yo sólo sonreía mientras miraba el techo. Sentir el calor del brazo de Volkov me hacía sentir vivo, amado y consolado;
Mi corazón latía fuerte del amor que sentía, de la felicidad que me brindaba. Era un calorcito tan lindo su cuerpo pegado al mío... Me sentía en casa. Él era mi hogar. Mi única mansión y mi único anhelo. Mi vida.
Con el tiempo los ojos luchaban por quedarse despiertos, mi cuerpo daba espasmos cada determinado tiempo ya que no quería dormir y no poder presenciar en viva consciencia esto tan hermoso que me estaba pasando.
—Volkov...
—¿Mhmm?—se volvió a acomodar como si pudiésemos estar más pegados, moviendo su cabeza sobre mi pecho para después quedarse quieto de nuevo.
—Te amo. Te amo mucho.
Él no respondió, y confiaba en que eso era porque estaba dormido.
Me fijé en eso, y tenía los ojos bien abiertos.No me arrepientía en lo que había dicho.
—Horacio, yo...
—No pasa nada. No estás obligado a responderme, tómate tu tiempo—susurré, intentando tranquilizarlo—. Sólo quiero que lo sepas. Te amo como nunca amé a nadie.
Y ese silencio se volvió a instalar.
No obstante, no me sentía incomodo. La adrenalina de haberle dicho lo que siempre había querido decirle me hacía sentir más vivo.
Pero lamentablemente, había que dormir, mañana... Más bien hoy, ya que es la madrugada tendremos que ir con papu a ver a la mafia, y creo que sería mejor si voy descansado.
Intenté cerrar los ojos sin que éstos se me abran, y el calor de mi dulce comisario al no haberse alejado, hizo que mi sueño se acerque galopante.
—Dulces sueños, mi amor—susurré antes de quedarme dormido.
[...]
—Horacio... Hey.
Me desperté con las caricias de sus nudillos.
Pasaron segundos mientras yo como si fuese un gatito disfrutaba de esas caricias, hasta que la realidad me golpeó.
¡La mafia!
Me levanté, mientras Volkov se reía de mi estupidez.
Lo más rápido que pude me vestí con lo de ayer, tomé al comisario de la mano y salí disparado hacia la puerta.
—Cálmese fiera. Todavía falta, lo levanté para tomar un café—sonrió Volkov.
—Pero-
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Al fin y al cabo <Volkacio> [Finalizada]
Short StoryNunca pudimos ser, pero al ver tu rostro en el cielo, formado por las estrellas, pude sentir un fuego en mi corazón que me dió esperanzas. °Shipp más muerto que Torrente e Ivanov. °Corto, como lo que duró Volkacio. °Me bloqueo mucho, como Gustabo cu...