Capítulo 4

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-Corre pequeña- La voz de mi madre me hace reír, comencé a correr sintiendo como sus manos dejaban de tocar mi cabeza

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-Corre pequeña- La voz de mi madre me hace reír, comencé a correr sintiendo como sus manos dejaban de tocar mi cabeza. Las luces de los juegos me abrumaban un poco pero estaba tan feliz al ver todos los juegos a los que podía subirme. 

-¿A cuántos puedo subirme?- Regreso con mamá cuando siento que estoy demasiado lejos de ella y me entusiasma saber que hoy será un día de mi madre y yo; desde hace tiempo que mi padre odia salir de casa a divertirse. 

-Bueno, aun eres una niña no puedes subirte a todos ¿Quieres ir a los caballos?- Asiento levemente y tomo su mano para caminar tranquilamente hacia el carrusel de caballos. Me subí y di varias vueltas hasta que sentía que comenzaba a marearme, el juego se detuvo y salí corriendo al lado de mi madre quien me veía feliz en la entrada del juego. 

- ¿Podemos comer algodón de Azúcar?- Le digo cuando veo el puesto, ella asiente con una bella sonrisa. 

- Siéntate en esta banca, iré a comprar algodón de azúcar y unas palomitas ¿Esta bien?- Me quedo en la banca y asiento viendo como camina solamente algunos pasos lejos de mi. Algunas personas se forman atrás de mi mamá y me siento un poco incomoda por no verla enfrente de mi. 

-¿Estás sola pequeña?- Un hombre se sienta enseguida de mi y yo me alejó un poco de él; solo me sonríe. No le digo nada, mamá siempre dice que no debo de hablar con extraños así que opto ignorarlo, aunque se acerca más a mi y me toca la mano. 

Me suelto de él rápidamente y en un solo movimiento me toma en brazos y comienza a correr. Yo en desesperación grito con todas mis fuerzas el nombre de mi madre y comienzo a golpearlo hasta que algunas personas tratan de detenerlo y en un intento desesperado por no ser atrapado solamente me avienta al suelo. Mis rodillas están todas raspadas y una cortada en la frente por haberme golpeado por el concreto; mi madre llega minutos después en llanto y pidiéndome perdón por todo lo que sucedió. 

Jamás volví a ir a la Feria. 


Llegamos a casa, mi madre no me había dejado de cargar desde que habíamos salido de la feria, yo solamente me dedicaba a olvidar que me pudieron llevar personas que no eran buenos. Las luces de casa estaban prendidas, claramente Papá ya estaba en casa y solo deseaba que no se enterará del incidente que tuvimos así que hice lo posible para que el vestido cubriera mis rodillas y moví un poco mi cabello para que no se vieran mis golpes. 

- No le diré a Papá- Le dije a mi madre cuando la escucho suspirar- Todo estará bien Mamá- Tomo su mano, era todavía una niña de once años que pensaba que las peleas de los padres solamente eran eso; todavía me faltaban demasiadas cosas por aprender. 

Entramos y caminé directamente a mi habitación, no quería saludar a mi padre además de que ideaba algún plan para que mi padre no viera mis lesiones. Al poco tiempo empecé a escuchar los gritos; esta iba a ser una larga noche. 

Cicatriz [DamiRae]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora