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Deben de ser las tres de la mañana, quizás más. No tengo ni ánimos para mover el brazo y coger el celular para revisar la hora. Era como si mis pensamientos me hubieran agotado la energía.

No es la primera noche que no puedo dormir por haber estado pensando. Tampoco la segunda. Era la tercera y todos conocen el dicho; la tercera es la vencida, ¿no?

Pero no pensaba sobre distintos temas cada noche. Era siempre el mismo. 

Pensaba sobre Sydney Humphrey y como me he comportado con ella. 

No quería aceptar las palabras de Parker. Es mas, me negaba a hacerlo. 

Es como si Sydney se tratara de una infección que mi cuerpo se niega a hospedarla. Hago todo lo que es posible para alejarla. 

A pesar de que no quería aceptar las palabras de Parker, no podía negar que en algunos aspectos tenía razón y eso, hacia que pasara más minutos en la noche pensando. 

¿Por qué esto siempre parece suceder en las noches? Muchas personas se quedan pensando en vez de intentar dormir. Es como si en la noche el cerebro funcionara en plan de "es hora de que comiences a pensar en cosas que no haces en el día. Ah, y también, vamos a revivir momentos vergonzosos que surgieron hace años que ni siquiera te acordabas hasta este minuto." 

Quizás Parker tenga razón. Es tiempo de dejar ir a Becca. Es tiempo de finalmente aceptar que han pasado seis años desde que murió.

Quizás tenga razón; no puedo pasar el resto de mi vida pensando en que hubiera sido de ella. 

Pero simplemente no puedo. Me es algo imposible de hacer. No puedo no pensar en cómo seria Becca hoy. Cómo luciría, qué gustos tendría, si aún sería mi amiga o no. 

Quizás hasta sus padres ya la dejaron ir. Puede que hasta tengan otra hija su memoria. Puede que hasta la hayan llamo Becca Jr.. 

Leí una vez que la muerte de un hijo puede separar a una pareja, pero también en muchos casos los une aún más. Ambos están con la misma pérdida que encuentran el consuelo con la persona que más aman. Pero también puede que le echen la culpa al otro. 

Uno nunca sabe lo que va a pasar después de un suceso.

Y por eso es que tengo miedo.

¿Qué sucederá con mis padres? ¿Con Faith? ¿Con Ben y Jack? ¿Continuaran sus vidas o serán como yo?

¿Pensarán todo el día en mi? Quizás lo hagan en el comienzo, pero después la persona que murió va abandonando tu mente tal cual como se fue. De manera inesperada. 

Meses, quizás hasta años (n/a: USO MUCHO LA PALABRA QUIZAS CSM CSUAHGBDNJKL perdón) después van a olvidarse de mi y van a seguir con sus vidas. 

Sé que mi final está marcado, sé que mi final tiene fecha y hay veces en que deseo que ese día llegue. Hay veces en la que he pensado en quitarme la vida para dejar de sufrir, para dejar que las personas a mi alrededor sean por fin felices. Lo único que he traído a esta familia es tragedia desde los doce años, hace seis años atrás. 

Pero al mismo tiempo, no me quiero ir. Tengo tan solo dieciocho años, en unos meses más me graduo y podré ir a la universidad. O por lo menos podía, hasta hace algunos meses. 

Nunca en mi vida pensé que el cáncer iba a volver. Pensaba que ya era irrompible, que ningún otro mal me iba a atacar. 

Cuando menos te lo esperas, la vida te apuñala la espalda.

Si quizás no hubiera ido de vacaciones, podríamos haberlo prevenido. 

Con el viaje nos olvidamos de los exámenes anuales que me hacía para ver si tenía algún indicio de cáncer.

No eran obligatorios, pero mis padres querían estar seguros de que podía continuar con una vida sana.

A los diez meses de pasado el viaje, sentí un dolor en la cadera lo que me llevó a ir al doctor. 

Y ahí descubrí que tenía cáncer nuevamente. 

Por eso fui a la casa de Parker. No sabía que hacer o qué decir. Literalmente salí corriendo de la consulta del doctor y llegué corriendo a la casa de mi mejor amigo. Lo único que deseaba era que él estuviera allí, jugando o escuchando música como lo hacía todos los días.

Pero tuvo que ser un miércoles. Tuvo que haber estado enseñandole a Camila. 

Tal vez, si hubiera estado en casa, le hubiera contado sobre el secreto que me carcome día a día. Tal vez se lo hubiera dicho. No lo sé, Tendría que volver en el tiempo y estar en la misma situación para averiguarlo. 

Es como cuando te preguntan si apoyas al aborto o no. Algunas personas dicen que si, otras que no. Simplemente tendrías que estar en la situación para saber que harías. Uno no puede hablar así como así no más, a pesar de tener pruebas para afirmar su respuesta.

He peleado con mis padres como nunca lo he hecho. Ellos insisten en que comience la terapia, que haga quimioterapia nuevamente pero yo no quiero. No quiero que gasten dinero nuevamente. No quiero vomitar por las quimios. No quiero volver a pasar por el mismo proceso que tuve hace seis años pero lamentablemente, el destino lo quiere de otra forma. 

Ellos están dispuestos a gastar el dinero que sea para salvarme la vida pero, ¿y si de verdad quiero morir? ¿Mi hora de verdad ya llegó? 

Las personas dicen que los que sobreviven el cáncer son valientes por haber sobrevivido a la batalla y a los que mueren le dicen lo mismo, por haber batallado como se debe. 

¿Que queda para mi? Estoy dejando que el cáncer me coma. Estoy dejando que se desplace por mi cuerpo como lo debió de haber hecho hace seis años. 

Una parte de mi no quiere aceptar a Sydney claramente porque se parece a Becca, pero otra parte de mi es porque quiero minimizar los daños, por muy Hazel Grace que suene. Quiero que menos gente salga herida. 

Sydney no tiene derecho a llorar por mi. Quizás lo haga cuando lo informen en la escuela y hagan un recordatorio en mi memoria en alguna parte de la escuela. Quizás lo haga en mi funeral, cuando me entierren. 

Va a llorar de igual forma que lo van a hacer las personas con las que comparti. Llorará como va a llorar Maya.

Pero de ninguna manera va a llorar como lo va a hacer Parker.

Dios, ¿qué va a ser de Parker? Ojalá pueda seguir su vida como lo hizo después de la muerte de Becca. Ojalá pueda hacerse amigo de una persona que se parezca a mi y que tengan momentos juntos como lo hicimos nosotros. 

Me levanté y caminé hacia el baño. Al encender la luz, mis ojos se achinaron de forma inmediata. Coloqué mi brazo frente a mis ojos mietras trataba de adjustarme a la luz. 

Mi ojos ya de por si dolían por haber estado llorando.

Una vez que pude ver normalmente, observe mi reflejo en el espejo. 

Las ojeras comenzaban a notarse, mi tono de piel comenzaba a irse. 

Comenzaba a tomar el aspecto de un muerto. 

Tan solo tenía que aguantar unos meses. Unos meses y esta pesadilla se acabaría.

Pero tengo miedo. Quiero pero no quiero que llegue. 

¿Es cierto lo que dicen? ¿Habrá un cielo y un infierno? 

Creo que lo tendré que descubrir de la única forma que hay. 

the fault in our starsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora