the fault in our stars

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Escuchar el sonido que provocan las olas al chocar contra las rocas deben de relajar a cualquier persona en el mundo. Hasta las personas que no tienen mar en su país deben de relajarlos. Quizás por eso este sonido es ocupado en CD's que sirven para la relajación. Quizás por esto es que hay piletas de agua.

El sonido más ver como las olas se devolvían para luego lanzarse contra la arena y las rocas me hacía olvidarme de todos los problemas. 

El sol comenzaba a salir, creando un hermoso atardecer. Junto a la entrada del sol, varios colores iluminaban el cielo. Comenzaba a abandonar el color celeste mañanero para darle el lugar al rojo, naranjo y amarillo del sol. Las nubes se tornaban de un color violeta. El reflejo de los colores en el agua era algo hermoso, digno para ser fotografiado. 

Apoyé mi barbilla en mis rodillas, aplastando mi cuerpo. Sentía un dolor que trataba de ignorarlo. Tener tu abdomen y tus órganos apretados no era muy agradable, pero quería estar en esa posición, por muy incómoda que fuera. 

Las aves comenzaban a despertar. Algunas ya estaban volando sobre el mar. Quizás estaban intentando ver si un pez se acercaba a la superficie para capturarlos y comerlos. ¿Cuántos animales habrán en este espacio de mar? ¿Habrá un caballo de mar, una estrella, un caracol? ¿O esos animales se encuentras más distancia y a más profundidad? 

Nunca entendí mucho el océano, pero si me impresiona la cantidad de animales que hospeda. Teniendo en cuenta de que tres partes de cuatro de la Tierra son agua, no me debería de sorprender pero de todas formas me siento de esa manera. Si entras al mar, te encuentras con una cantidad de animales, de peces que ves en los libros, en la televisión. 

Siempre quise bucear, pero nunca pude. Nunca tuve la oportunidad y ahora que el cáncer está de vuelta, me arrepiento de no haber actuado antes. Me arrepiento de no haber buscado la oportunidad.

¿Habré estado tan asombrado con el océano que me hubieran dado ganas de estudiar biología marina en la universidad o solamente lo tomaría como un hobby?

Lo que me a miedo del océano no son los animales depreadores como el tiburón si no la profundidad que tiene. Me da miedo de tan solo pensar en que habrá en los lugares que la luz no llega. Sé que no pueden haber animales allí porque como la luz no alcanza a llegar, no hay fotosíntesis y si no hay fotosíntesis, no hay alimentación para los primarios. 

Lo que me asusta es ¿qué pasa si alguien cae? ¿Cómo sabes si estás nadando hacia la superficie o si estás nadando hacia la profundidad?

—¿En qué piensas? —la voz de Sydney me asustó de tal manera que llegué a saltar. Literalmente mi trasero se separó de las rocas por unos centímetros y como estamos hablando de rocas, el caer nuevamente en ellas hizo que me dolieran las nalgas. 

—Mierda —murmuré y reí, sintiendo como mi corazón latía. Puse una mano en mi pecho y miré el cielo, sintiendo un alivio. Por un momento creí que podía ser un ladrón o un violador. 

¿Qué ladrón o violador te preguntaría en qué estás pensando? Grande Luke, piensas de maravilla. 

—En el océano —respondí, acomodandome para encontrar mi posición anterior. Al llegar, me había tomado varios minutos en encontrar una parte en que las rocas no me picotearan las nalgas. 

Doblé mis piernas de manera que quedé sentado en posición india. Sydney estaba en la misma posición. Su rodilla estaba sobre la mía por la proximidad en la que estamos, pero ninguno hacia el esfuerzo de alejarse unos minutos. 

—Es hermoso —comentó en un suspiro. La observé. Sus manos descasaban en el espacio que quedaba entre sus piernas. Su cabello estaba amarrado y creo que por primera vez, la veía sin maquillaje. Podía ver unos pocos granos que pasaban desapercibidos. Las ojeras se marcaban levemente y se veía un poco más pálida. —Lástima que no esté así todo el día. Lástima que cuando el sol sale completamente, los colores se van para solamente volver a estar unos segundos cuando el sol se esconde.