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Greco simplemente carga al rubio para llevarlo a su habitación, tardó un rato porque no lo quería despertar, ama verlo tan tranquilo porque casi nunca lo puede observar de aquella forma ya que siempre esta preocupado o triste.

La mañana llega, Gustabo para tal punto se encuentra en el panteón es una mañana bastante fría y es igual bastante temprano, pero simplemente necesita visitar a Horacio ya que un tiempo no había ido.

—Perdona por no haber venido antes osito, pero todos los días pienso en ti ¿sabes?, eras y seras el amor de mi vida para siempre, pero ya sabes, como amigos, cada día sin ti es horrible, ya no disfruto tanto el salir a patrullar en binomio con nadie, solo disfruto un poco ir con Greco, pero no es lo mismo y nunca lo será, podría haberte salvado... Pero soy un idiota, nunca me di cuenta de lo importante que eras en mi vida hasta que te perdí, no me he vuelto loco por Greco..., parece ser que es el único que me entiende en este momento, papu se volvió más frío y bueno con eso mas distante, ya no se que hacer —deja unas flores sobre la tumba porque necesita limpiar las lágrimas que bajan por sus ojos—

Un rato se queda frente a la tumba, observándola detenidamente, hasta que opta por cerrar sus ojos y sentir como el aire le golpea.

—Es una sorpresa verlo aquí

Al escuchar esa voz se sobresalta, ya que estaba muy concentrado en sus pensamientos, abre los ojos y su mirada se topa con unos ojos azules que le tiran mas a gris, estos se ven tan triste y sabe muy bien el porque.

—¿Siempre viene?

—Claro, extraño a Horacio...

—Joder, creía que no por como lo trataste con lo de ya sabes, el me gustas, ¿te gusto?

—Quería protegerlo Gustabo, pero sabes de haber sabido que esto ocurriría le hubiera dicho la verdad

—Pero ya es tarde..., me iré de una vez, fue bueno verte Volkov

—Adiós

El rubio parte del lugar con los ojos rojos después de haber llorado tanto, saca su teléfono y rápidamente teclea un número.

—¿Puedes venir por mi?

Solo. GrestaboDonde viven las historias. Descúbrelo ahora