🥀ꦿ ۫։ຼ ❝Hanahaki Disease❞ Rickorty

⨟༘🌻𖡄 ❝Morty❞

Summer llegó de mal humor, con la mochila colgándole del hombro. Le fue mal en su examen, matarse estudiando no había servido de nada. Giró el pomo de la puerta con rabia y subió las escaleras sin saludar a quién sea que esté en el sala. Era Jerry.

Morty le seguía detrás, en silencio y cuidando de no meterse en problemas con ella. Prefirió irse a la cocina tras dejar su mochila ahí colgada. Estaba olvidándose de sacar los girasoles que halló.

—Hola, campeón. ¿Cómo te fue? —quiso saber su padre, desde el sillón.

—Hola, bien —nomás dijo. Estaba más centrado en ver qué había para comer. Alguien no dejó hecho el almuerzo.

—¡Mooorty! —Era la voz de Rick, llamándolo desde el garaje.

El castaño suspiró, reconociendo el tono borracho de su abuelo. Debía ir, sabiendo de qué estupideces era capaz. Cerró el refrigerador y con el paso desganado se dirigió al lugar preferido de Rick en la casa.

Entró y lo vio sentado en el suelo, apoyado contra los gabinetes del mueble, rodeado de botellas casi vacías. Tenía una en la mano y estaba bebiéndola. El aspecto que ya se imaginaba encontrar. Se acercó —no muy confiado— al ver que le hacía una seña para que lo hiciera.
Y nada más un metro de él, el corazón le palpitó con fuerza, como en la clase de educación física, pero era un sentimiento más agradable que ese. Sus pupilas se dilataron y las mejillas se le colorearon, dándole vida a su cara pálida. De repente, se sintió tímido de estar ahí, pero feliz al mismo tiempo. No lograba entender qué le pasaba.

—Morty... —entonó ronco, dándose cuenta de que su poción estaba haciéndole efecto. Se clamó de genio. Era todo un idiota, en realidad.

—¿Qué-qué es...? —Se miró las manos, intentando cerciorarse de que seguía ahí.

Con una sonrisa que no quiso poner, Rick se movió, fingiendo inestabilidad por su "borrachera". Alzaba su brazo, para tomar el rostro de Morty y acariciarlo. Sintió cómo se le ponía la piel de gallina a éste. Hasta apretó los párpados, sintiéndose extrañamente cálido por ese tacto. Sánchez estaba disfrutándolo, una parte de él lo gozaba.

El castaño se iba agachando intencionalmente, sin terminar de comprender por qué tenía impulsos tan raros. Su consciencia —la misma que disfrutaba ver a Jessica acomodar su cabello— lo abandonó.

En ese momento, Rick sintió que había ido demasiado lejos. Ese instante en el que la cara, roja por la vergüenza, de Morty empezó a acortar distancia con la suya. Él también estaba colorado. Lo sabía, y no quería ni pensarlo. ¿Un beso convencería a la enfermedad para que tome sus maletas y se largue? Si esa era su cura, pues a por ella.

Mientras el menor cerró los ojos bien despacio, delicado por cada movimiento, la brusquedad del científico lo agarró de la nuca y sin tardanzas empezó su primer roce. Uno prohibido, que por la pizca de moral que le quedaba, jamás intentó.
Ésta era evidencia de que Rick ya no podía sellar su enamoramiento. Su lado sentimental quedó destapado, y sus ganas de romper la inhibición del pecado también.

Estaba dándole su primer beso. O al menos eso quería pensar. Creer que no era el primero en establecer ese contacto le molestaba, porque se percibía como el único con derecho.

Con eso en mente, aprovechó el momento único y esparció su palma por el cabello de Morty, atrayéndolo más y más.

Y el adolescente no se hacía para atrás. Estaba con los brazos rodeándole el cuello, sintiéndose embriagado por el aliento de Rick. No se limitó a eso, obligó al otro a que bajara su mano hacia su cintura por debajo de la camiseta. Eso alertó al mayor

—No... —Cayó en cuenta, separándose y abriendo los ojos—. No —repitió.

Estaba loco por Smith. Basta de mentiras, en serio lo estaba. Pero debía saber marcar sus propios extremos, aunque ya haya roto varios que antes creyó inflexibles.

El objetivo era patear al Hanahaki en el culo, no hacerlo con Morty.

Por más que los corazones en los ojos de su compañero denotaran ganas de ir más allá, Sánchez se tragó otros impulsos y le inyectó en el cuello un suero con una jeringa que estaba oculta bajo su manga. Lo durmió de inmediato, y cayó sobre su pecho.

Al relamerse los labios, sintió que algo empezaba a subir por su garganta, como un grifo de agua que va a explotar.

Por más que quiso evitarlo, vomitó flores rosas, naranjas, blancas. Un puro popurrí de mierdas que le hacían saber que eso no había terminado.

Con el brazo rodeando la espalda de Morty, observó con terror lo que salió de él.

Gracias por todo el apoyo que le están dando a esto, los amoo 💜