⨟༘🌻𖡄 ❝Ask me why❞

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Regresó al vecindario a pie, sabiendo que los que andaban sacando la basura lo miraban con atención, queriendo saber cuál era la prisa del estudiante si el colegio quedaba para el otro lado. Quizás se ha olvidado la tarea, pensó un tipo que regaba el jardín.

Morty no podía detenerse y pedirles que dejen de clavarle la mirada sólo porque estaba corriendo en dirección a su maldita casa. Era importante no cortar el paso, por más que la respiración empezaba a fallarle y que las piernas ya se le habían cansado tres cuadras antes. Se salió de clases para regresar a su casa, impulsado por la preocupación que Rick le dio. Llevó soportando miradas estúpidas desde que cruzó las puertas de la entrada.
Esperaba no cruzarse con alguien de su familia, eso haría más problemas.

Ya estaba llegando y sonrió cual idiota que aún ve disponible la oferta online a la que no creyó alcanzar. Pero al ver la puerta del garaje siendo abierta, se detuvo en seco, tropezando con la maleza que se dejaba salir por las baldosas. No cayó por los reflejos que Sánchez siempre ponía a prueba. La mochila se removió detrás de su espalda.

—¡Rick! —exclamó al ver la parte trasera de la nave saliendo.

Retomó su trote para llamar su atención y evitar que emprenda vuelo.

El mayor dentro del vehículo reconoció esa voz y frenó, ilusionado por escucharlo. Aunque también se fastidió, no se suponía que él estuviera ahí. Los preparativos que quiso hacer se fueron al carajo y fingió no haberlos ideado, como si borrara el historial de Internet. Salió de la nave para verlo, intentando verse serio.

—¿Qué haces aquí? —Le azotó el pulso que haya vuelto, el sudor cayendo de su cara se veía y tenía marcas en su camiseta delatando lo obvio. Corrió todo el camino por él, estaba encantado, y su ego estaba contento.

—Ya estás mejor... —entonó impresionado, escrutando arriba y abajo a su abuelo. Antes pensó que ni sería capaz de ponerse de pie.

—Eh... —tosió a continuación—. Fue un desliz. Pero olvidemos eso, las flores saben bien, pero no son bien digeridas, ni lo intentes, es basura bonita...

—¿Por qué me echaste? No soy idiota, escondes algo, Rick, y es claro que eso te está afectando la salud. ¡C-creí que dejarías de apartarme de-de tus cosas! —Se puso de puntillas y levantó el dedo índice, señalando la nariz de Rick—: ¡Dime qué mierda es!

Estaba orgulloso de su manejo del diálogo, quería aplaudirlo como foca alegre. Mas no era hora; sin sus preparativos sólo le tocaba actuar y ser directo. Respiró y se aseguró de que su cerebro no se haya apagado: Sí, sus neuronas continuaban haciendo sinapsis.

—Morty, ¿tú me amas?

El nombrado apartó su dedo y lo miró, juntando las cejas.

—Claro, Rick, te amo —dijo sin mucho lío.

—Pe-pero es de un modo familiar, ¿verdad? Digamos que amistoso si quieres, somos compañeros; ¡Rick y Morty, nena! ¿Pero me amas de otra forma? Yo sí, es como juntar Coca cola con mentitas. ¡Una explosión dulceee!

—¿Otra... forma? —El mayor desvió los ojos—. ¡Oh por Dios!

Morty entendió y apartó la mirada de  él, entregando una gustosa observación a sus zapatillas blancas. No duró tanto porque antes de que Rick abriera la boca para dar una acotación, empezó a sonreír, casi riendo. Así que se abrazó el estómago. Tal vez se trataba de una broma ácida en la que cayó. Ahora estaba sonrojado por pensar en eso. En él y su abuelo de manera romántica. ¡Hasta pensarlo así le daba pena!Volvió a ver al otro, divertido.

—También te amo de esa forma.

—¿A-ah sí?

—Llévame a una cita a la dimensión de tetas y hablamos. —Se echó a reír.

—¡Estoy hablando en serio, Morty idiota! ¡Me g-u-s-t-a-s! —Iba a insistir.

—¡No puedo creer que me salí de clases para esto! Ya e-estaba haciéndola con Jessica, Rick. De verdad creí que te estabas muriendo, y ahora me haces bromas incentuosas. Cielos, pareces Summer. —Regaló una última vista a su cara molesta y se dispuso a irse, quizás a darse un baño para quitarse el sudor.

Rick bajó la cabeza y lo siguió con la mirada.

—¿Jessica...?

Algo empezó a suceder con los dos.

Flores, rosas y pequeñas empezaron a crecer de los brazos de Morty. Esta vez las vio emerger, y con un gran susto intentó quitárselas, arañándose la piel. No dejaban de salir, como si él fuera las ramas de un árbol.

Rick volvió sentir esa sensación quemándole la carne por dentro, pero admitía que ya estaba acostumbrado. No iba a dejarse rechazar, como dijo el imbécil de Jerry.

Estaba de pesca, y se negaría a soltar ese gran pez que, sabía, podría hundirlo. Lo quería a él, no a otro.

🥀ꦿ ۫։ຼ ❝Hanahaki Disease❞ RickortyDonde viven las historias. Descúbrelo ahora