Vitaly se despertó sólo a la mañana siguiente. Después de pasar una
apasionada tarde con Sarah, disfrutaron de una agradable velada en
compañía de sus hermanos y sus respectivas familias. Al haber sido
prácticamente hijo único, tuvo que admitir que el barullo del grupo le
resultaba un poco abrumador, pero observó lo bien que se lo estaba
pasando su esposa, y eso era lo único que importaba.
Tras levantarse, entró en el salón y vio un par de botas de montar junto
a una taza de viaje. Con un suspiro, volvió al dormitorio para vestirse, y
regresó unos minutos más tarde con vaqueros y una camiseta negra
ajustada. Tras calzarse unos calcetines, miró las botas, que, si su
memoria no le fallaba, pertenecían a Chad. Al ponérselas, se
sorprendió de lo cómodas que eran, y se colocó los bajos del pantalón
por fuera.
Cogió la taza y la llenó con café caliente de la cafetera, antes de
ponerse la chaqueta y salir al exterior. No sabía hacia dónde dirigirse
y, una vez más, se acabó orientando por las voces. Esta vez le
condujeron al granero, donde encontró a Sarah con sus hermanos
gemelos, Joe y Chad.
Tras saludarle con un gesto, Sarah continuó acariciando a los potros
que parecían disfrutar de su atención y le daban golpecitos con el
hocico.
Acercándose a sus cuñados, Vitaly contempló a los potros mientras
Sarah acababa con ellos.
-¿Has montado a caballo antes?- preguntó Joe.
Vitaly sacudió la cabeza, y siguió a los hermanos que le hicieron un
gesto para que fuera con ellos. Pasaron por la zona de aperos, que
recordaba de su primera visita, y por el trastero, y llegaron a una zona
de corrales. Vitaly escuchó a los caballos y se detuvo en seco.
Uno de los hermanos entró en un corral y salió con una yegua ya
ensillada.
-Esta es Bella- le informó, frotando la frente y el hocico del animal. -Es la
más apacible, y la que usamos para iniciar a la gente que quiere
montar.
Tras depositar su taza de café en el suelo, Vitaly se acercó a acariciar a
Bella. Sorprendido de lo suave que era su pelaje, levantó las cejas
cuando la yegua ensanchó las fosas nasales. Tomando los trozos de
manzana que Joe le entregaba, extendió la mano con ellos, y el animal
los cogió y comenzó a masticar.
Joe la sacó fuera del granero, seguido de Vitaly, que escuchaba a
ambos hermanos hablando sobre la monta, qué esperar y la
importancia de permanecer sentado. Espera, ¿qué?
Con una carcajada, Chad le dio una palmada en la espalda y le
advirtió sobre la posibilidad de ser arrojado por el caballo.
Bueno, eso no va a pasar, porque no va montar por terreno
accidentado- dijo Sarah uniéndose a ellos. Sonriendo a su marido, le
dio un apretón en la mano. -No es tan difícil. Lo prometo. Una vez que
le cojas el tranquillo y te sientas cómodo, puede que hasta te guste.
Con una inclinación de cabeza, vio cómo Sarah miraba a sus
hermanos, retándoles en silencio a que dijeran lo contrario. Joe se
encogió de hombros, riendo, y colocó una mano en la brida de Bella.
Tras observar cómo Chad se subía al caballo, Vitaly puso el pie
izquierdo en el estribo y se agarró al borrén trasero para montarse en
la yegua. Cuando Bella dio unos pasos hacia atrás, se aferró a su
montura nerviosamente, pero Joe la detuvo y esperó pacientemente a
que Vitaly se pusiera cómodo.
Sarah se acercó a ayudar y Joe le pasó las riendas. Dirigiéndose a su
caballo, se montó con facilidad, y ambos hermanos se colocaron a los
lados de Vitaly, y le dieron instrucciones para hacer caminar, parar y
girar a Bella.
Sarah abrió la verja y los tres hombres salieron del recinto y se
dirigieron hacia la parte trasera de la propiedad. Vitaly hubiera
preferido quedarse en el corral la primera vez, pero los hermanos
insistieron en que la mejor manera de aprender a montar es
practicando en un sendero abierto.
Sus cuñados resultaron ser unos excelentes maestros, y ayudaron a
Vitaly a pasar por un arroyo y a subir una pequeña cuesta. Fiel a sus
palabras, Bella demostró ser un excelente caballo para un novato,
aunque dudaba de la influencia que ejercía sobre ella, ya que parecía feliz de seguir al primer caballo.
La silla de montar era más cómoda de lo que esperaba, una vez logró
descubrir cómo sentarse en ella sin sentir que se resbalaba. Vitaly se
arrepintió de haber dejado que su miedo a lo desconocido le impidiese
aprender a montar cuando se enteró de lo mucho que le gustaba a su
esposa.
¿Desde cuando tengo miedo a nada? pensó, disfrutando del paseo.
Puede que hubiese sido criado en Nueva York, pero no iba a permitir
que lo desconocido dictara sus reacciones sin haber experimentado
primero.
Viendo lo bien que se desenvolvía Vitaly con Bella, los hermanos
decidieron prolongar el paseo y revisar algunas de las vallas que
rodeaban la propiedad. Habían encontrado algunas vacas sueltas, y
querían asegurarse de encontrar y reparar cualquier valla rota.
-¿Cómo es crecer con un gemelo?- preguntó Vitaly mientras montaban.
Riendo, Chad respondió: -Es como tener a tu mejor amigo y, a veces, tu
peor enemigo mirándote.
-Quieres ser igual, pero a la vez deseas tener tu propia identidad-
añadió Joe.
-Cuando éramos pequeños, éramos inseparables, pero después
tuvimos una fase de pelear por todo. Creo que casi no hablamos
durante la secundaria, y en el instituto ya teníamos nuestros propios
amigos e intereses, y de repente, ser gemelos nos pareció muy divertido.
-Sobre todo cuando uno de nosotros se quería jugar una clase o…
¿cómo se llamaba?... Cheryl algo. Hasta el día de hoy, no creo que
sepa que estaba saliendo con los dos- dijo Joe con una carcajada.
-¿Engañabais a mucha gente?- preguntó Vitaly.
Encogiéndose de hombros, Chad respondió: -Aveces. Si nos venía
bien.
-Sobre todo, queríamos ser vistos como independientes, no como la
misma persona. En vez de ser Joe y Chad, eramos los gemelos. Como si
estuviéramos unidos por la cadera o algo así- agregó Joe.
Asintiendo con la cabeza, Vitaly preguntó: -¿Cuál de vosotros tiene
gemelos?
-Yo- respondió Joe.
-¿Los estás criando de forma diferente a como los criaron a vosotros?
-Más o menos. Son gemelas fraternas, aunque a veces pienso que
hubiesen preferido ser idénticas.
-¿Conocéis el sexo de los bebés?- preguntó Chad.
-Aún no- respondió Vitaly. -Sarah quiere que sea una sorpresa.
-No me extraña- dijo Chad con un guiño. -¿Y tú? ¿Alguna preferencia?
Diez dedos en las manos. Diez dedos en los pies. Mente y cuerpo
sanos- respondió Vitaly. -El resto es irrelevante.
-Entiendo- dijo Joe. -Aunque en tu caso lo tienes que multiplicar todo
por dos- añadió con una sonrisa.
![](https://img.wattpad.com/cover/236813340-288-k355681.jpg)
ESTÁS LEYENDO
La Familia Del Millonario
AcakY henos aqui en la última parte de esta maravillosa saga...