Me había despertado hace unas horas y en el tiempo que pasó me puse a buscar el martillo de Amy, pero no estaba por ningún lado. Fui a su casa para corroborar que esté todo en orden, y allí estaba ella, tan linda como siempre...
Debí suponer que después de todo volvería a casa sana y salva, por que la chica más fuerte que conozco, solo que no puedo estar tranquilo cuando está sin su martillo.
La miré por un lado de su ventana, estaba totalmente ida de sí y no quería ni desayunar. Creo que es hora de entrar en acción. Toqué un par de veces la puerta para que después de un minuto ella la abriese.
— Hola Amy, ¿cómo estás? —fue lo único que se me ocurrió para decirle.
Su cara pasó a una de muerta a una de que en realidad quería gritarme, pero conociéndola se va a contener, o eso creo .
— ¿Como estoy? Pues, no lo había pensado —puso una mano en su mentón.— ¿Tú que crees? Estoy disfrutando de la vida luego de perder mi martillo y no darle su merecido a Eggman, e iba a realizar una fiesta para celebrar su pérdida —me contesta sarcásticamente entre cerrando los ojos.
— Amy yo...lo siento —me rasqué un poco las púas— No quise hacerte sentir mal ayer excluyéndote de la pelea, y lamento tanto lo de tu martillo.
— Si si, ya lo sé, y si me permites tengo unos asuntos pendientes de mi casa —dice señalando con su mirada el camino por donde llegué y sonriendo a la vez.
— Vaya, creí que te deprimirías con todo lo que a pasado —creo que lo estoy arruinando más, ¿verdad?
— Estoy triste por mi martillo, pero eso no me quitará las ganas de asear mi casa por más que parezca lechuga arrugada, ahora sí adiós —tiró la puerta en mi cara antes de que pudiera hablar.
Genial, ahora si se enojó más que antes.
Quise volver a tocar la puerta, pero sería algo en vano. Cuando a Amy se le mete algo en la cabeza, es imposible quitárselo fácilmente. Para matar en tiempo corrí hacia cualquier dirección a buscar el martillo.
El bosque, la aldea y casas abandonadas, cada cueva que había por allí y hasta en la misma chatarra. Pero nada, no estaba por ningún lado; al único lugar donde no había ido era a la guarida de Eggman. Preparé mi cuerpo para correr sobre el agua. Sin duda alguna me salpicará demasiado pero no me importa ahora ese problema, quiero recuperar el martillo de Amy, para dárselo personalmente y me perdone por lo que pasó ayer.
Los robots de Eggman al parecer estaban en su hora de descanso, por lo que su seguridad habia bajado la guardia. Orbot y Cubot al parecer botaban la basura en unos contenedores grandes que estaban fuera de la guarida, y como estaban distraídos aproveché en entrar ya que dejaron la enorme entraba abierta.
Corrí en dirección a la sala donde el calvito hacía sus planes malvados, pero no estaba, corrí a su sala de estar pero tampoco lo vi, e iba a cruzar hacia el otro lado de su enorme casa cuando lo vi de espaldas. Eggman tenía puesto una gorra de baño color rosa con dibujos de pequeñas flores blancas. Una toalla que le cubría desde la cintura –que no tenia– hasta abajo y un patito de hule en mano. Era realmente traumante verlo prácticamente desnudo, y si pudiera me arrancaría los ojos, pero los necesito para ver el mundo.
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ʟᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀᴛɪʟʟᴏ - ꜱᴏɴᴀᴍʏ ʙᴏᴏᴍ [FINALIZADA]
Teen FictionAmy siempre ha sido buena batallando, tenía a su querido martillo a su lado y sabía artes marciales, era imparable. Pero un día, este desaparece y desata una serie de "eventos desafortunados" que frustarán a sus amigos, pero a uno más en especial: S...