ʟᴀ ᴄʜɪᴄᴀ ᴅᴇʟ ᴍᴀʀᴛɪʟʟᴏ - ꜱᴏɴᴀᴍʏ ʙᴏᴏᴍ [FINALIZADA]

♡08♡

Al hermoso día siguiente, Sonic no había podido dormir en toda la noche, no sabía si era la gran cantidad de cafeína que bebió en la "noche de chicos" con Knuckles, por el insomnio que lo ha estado atacando en esos días o por que Eggman tuvo la "malvadagnífica" (malvada y magnífica) idea de dejar bombas de humo apestoso afuera de su choza que explotaban con la mínima vibración del suelo.

Estaba mirando el amanecer desde una colina mientras esperaba que el olor apestoso dejara su casa, reflexionando sobre las cosas sucedidas en ese los días anteriores.

Una pelea totalmente innecesaria con Shadow y Eggman.

Aceptar que está enamorado de Amy Rose.

Lidiar con los constantes ataques mensos de Eggman.

Amy y su actitud cambiante debido al control mental.

Amy...

No era que se esté torturando con pensamientos que no acostumbra a tener todo el tiempo, pero se trataba de una de sus amigas más cercanas.

Amiga.

Esa palabra le hacía recordar cuando solo decía: "ella es solo una amiga" y la hacía sentir mal sin que se dé cuenta. Claramente ya no era solo eso, ahora que estaba seguro de lo que sentía, mediría sus palabras antes de responder cuando lo molesten con ella.

No queriendo pensar más en eso y sin nada que hacer –como casi en la mayoría del tiempo–, ve la hora en su telecomunicador que funcionaba también como reloj y regresa a su choza suplicando que aquel pestilente olor se haya ido por completo. Así fue, agradeciendo a la divinidad más sagrada entra mirando hacia los alrededores corroborando que no le falte nada.

Satisfecho, busca entre sus objetos más personales algo que hojeaba todos los días, y lo encontró: su diario azul con forma de su cabeza.

A la velocidad de sus pasos, leyó las páginas de cada día, sorprendiéndonos con lo que decía cada una. Se había saltado muchas actividades con sus amigos y en solitario, pero lo que más le llamó la atención fueron... "unas citas".

— ¡No puede ser! ¿Hoy tenía una salida con Amy? —deja caer su libro de la impresión que se llevó y mueve la cabeza volviendo a la realidad. —¿Q-qué?

Revisaba su agenda una y otra vez, contando la cantidad de salidas que supuestamente tendría con Amy durante el transcurso de esa semana.

¿¡5 en total!?

Frustrado, camina y se echa en su hamaca mirando hacia el techo, ignorando el horrible olor que ya era casi nulo; pensando en mucho y nada a la vez.

¿En serio no había recordado sus salidas con ella?

Bueno, la semana estuvo pesada y alborotada, es una buena excusa para eso. Además, Amy no era ella misma, y era muy probable que hasta ella se haya olvidado de sus citas a escondidas.