10. CON AMOR, A

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Estiro mis brazos cansada haciendo que un quejido se escape por el dolor en mi espalda. Es agotador tener que deshacerse de dos cuerpos el mismo día. Cuando el espíritu de Candy está dentro de mí las cosas se me hacen mucho más fáciles, pero luego todos los actos pasan factura.

Voy atravesando el bosque para dirigirme al colegio. Hace mucho frío a causa de que apenas está amaneciendo y el viento no es que colabore mucho; me tocó despertarme más temprano de lo habitual ya que desde la desaparición de Adeline yo sola preparo mi desayuno, no se me dificulta tanto porque gracias a que la mayoría del tiempo me la pasaba sola en mi antigua casa, papá me enseñó a defenderme en los quehaceres de ella. Además, realmente no quería encontrarme con ciertas personas.

Este bosque es muy solitario, solo se escucha el sonido del viento cuando choca con los árboles, mis pisadas y el sonido de mi respiración. Las personas murmuran que este bosque está encantando porque han pasado muchas cosas extrañas y a decir verdad sí tienen la razón. La mayoría que se atreve a cruzarlo es por medio de un vehículo y solo por el sendero.

Y luego estás tú, la única loca que se atreve a cruzarlo sola, apenas de madrugada y para el colmo caminando.

Me recuerda mi conciencia.

Por una parte, tiene razón. Voy sola sin Candy a mi lado, hoy no la he visto y se me hace muy raro porque prácticamente ella me acompaña durante el camino hacia la escuela, aunque de seguro debe de andar por allí en el bosque con sus amigos haciendo quién sabe qué.

Escucho como el sonido de unas pisadas se hacen presentes haciendo crujir las ramas de algunos árboles que han caído, estas se aproximan cada vez más haciendo que una sensación extraña recorra mi cuerpo. Trago seco tratando de concentrarme en mi camino acelerando el paso. Tengo mucho frío. Me abrazo a mí misma frotando mis brazos para tratar de generar un poco de calor en mi cuerpo.

Quito el morral de mi espalda colocándolo delante de mí para rodearlo con mis brazos, miro a los lados un poco atemorizada tratando de descifrar de dónde provienen aquellas pisadas y quién las produce cuando alcanzo a ver una repentina sombra pasar de un arbusto a otro. Un extraño miedo se apodera de mí pensando en cada posibilidad de que sea algún animal o, peor aún, algún ser todo raro como vampiros u hombres lobos.

La verdad es que de este bosque se puede esperar de todo porque yo soy testigo de cosas tan raras que ha pasado de la cuales, hasta yo he pertenecido.

«¡Crash!».

El sonido de algo quebrarse se escucha a lo lejos.

De inmediato me pongo alerta mirando tan rápido a mis alrededores que me mareo, mi cuerpo está frío y tembloroso, estoy entrando en un ataque de pánico.

Un grito se escucha a lo lejos haciendo que algunas aves se escandalicen volando por los aires. No sé qué hacer...

Estoy tan atemorizada, pero a la misma vez curiosa por saber qué es todo lo que está pasando.

¿Será qué averiguo qué es?

¿Qué podría ser eso?

Mi conciencia me indica que vaya y averigüe qué fue ese grito, pero mis pies le llevan la contraria por el pánico que me causa la situación, de tan solo pensar que me puede pasar algo tan... horroroso me causa estragos en mi estómago.

Aunque me pongo a pensar si puede ser alguien en peligro o... Adeline. Pero pensándolo bien y analizando el grito, no parecía de auxilio o miedo, más bien era un grito agresivo como si de una bestia feroz se tratase.

Y otro grito aún más fuerte como el anterior bastó para que mis piernas tomaran el impulso de correr hacia dirección contraria de donde provienen aquellos sonidos perturbadores.

MI MUÑECA DEL TERROR [Nueva edición]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora