Sol de invierno [Given]

Capitulo 10. Dudas

Fue un fin de semana lleno de emociones, la cita, la noche en casa de Mafuyu, la reunión con la banda y la sorpresiva noticia de que Mafuyu escribiría una nueva canción. Era la primera hora del lunes por la mañana, Uenoyama apenas había podido dormir la noche anterior y se encontraba en su asiento a punto de quedarse dormido como siempre.

–RITSUKAAAAA!

aquel grito lo había despertado de golpe, por un momento creyó que se trataba del profesor, por suerte había sido su rubio amigo

–¿Ritsuka? ¿Ya ni siquiera le agregas el kun? Que grosero te has vuelto, Takeshi – dijo Uenoyama fingiendo indignación

–¡Tú tampoco usas el kun conmigo!

–Pero al menos te hablo por tu apellido, no por tu primer nombre

–Pues si tanto te molesta te diré Uenoyama-kun – esto último lo pronunció con una voz más suave, casi tratando de imitar el tono de voz de Mafuyu, pero sin lograrlo por su puesto

–No vuelvas a llamarme así con ese tono, a ti no te queda– dijo Uenoyama con los pelos de punta

–Claro, solo te gusta cuando Sato te llama así – contestó indignado Takeshi, haciendo un puchero

–Si ya lo sabes entonces no vuelvas a intentarlo, es perturbador

–Como sea, lo que te quería decir era que este viernes tendré una fiesta de cumpleaños en mi casa, estás cordialmente invitado y puedes traer a Sato contigo si quieres, te mando mi dirección por mensaje de texto al rato

–Uhmm…ok, lo pensaré

–¿Qué vas a pensar? Si no vas estás cancelado de mi vida ¿ok?

–A veces olvido lo dramático que eres, de acuerdo le comentaré a Sato, pero no te prometo nada

Su conversación fue interrumpida por el profesor quien entró al aula en ese momento, Uenoyama pensaba como decirle lo de la fiesta a Mafuyu. Por un lado, quería ir porque sabía que Takeshi no tenía muchos amigos, pero por otro lado sabía que a su novio no le caía muy bien su rubio amigo.

Quizá esta sea la oportunidad perfecta para que se conozcan mejor, pensó Uenoyama

…

Era la hora del almuerzo y ambos se encontraban disfrutando de sus bentos en su lugar especial, Uenoyama no había podido sacar a colación el tema de la fiesta de Takeshi y por algún motivo Mafuyu había estado particularmente callado ese día

–Uenoyama-kun – dijo Mafuyu rompiendo con el silencio que se había creado

–Dime – contestó el pelinegro mientras seguía comiendo tranquilamente

–¿Recuerdas que mi mamá salió el fin de semana pasado a ver a su hermana?

–…Si

–Al parecer este fin de semana volverá a irse, no quiso darme detalles, pero creo que hay una situación con su familia y están solucionando todo

–Oh…espero que no sea nada grave – respondió Uenoyama algo nervioso

–Uenoyama-kun, ¿podrías quedarte conmigo este fin de semana? – preguntó finalmente Mafuyu con un ligero sonrojo en sus mejillas

Miles de imágenes mentales aparecieron en la mente de Uenoyama. Quedarse a solas con Mafuyu solo podía significar una cosa, no puedo evitar sonrojarse

–C…claro, me encantaría – respondió tratando de lucir lo más tranquilo posible

La campana sonó y cada uno tuvo que volver a su aula, pero Uenoyama no podía dejar de pensar en la propuesta de Mafuyu. Sabía que si se volvían a quedar a solas algo definitivamente iba a ocurrir, el problema es que él no tenía idea de cómo actuar o qué hacer en esa clase de situaciones y entró en pánico.