16: Solo un par de tragos

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-¿Por qué no? -preguntó la voz de una mujer.

-Está ocupado -le respondió el hombre.

Hassan y yo soltamos un suspiro al enterarnos de que no nos hablaban a nosotros. Dejó que pusiera los pies en el suelo, y nos envolvimos en un par de toallas. Nos vestimos y salimos del sitio. Aún faltaban muchas cosas. Lo siguiente casi mata a Hassan.

-Esto no es seguro -lloriqueó de nuevo.

-¿Y quién dice que debe serlo? Anda, sujeta eso. -Anudé la soga alrededor de sus manos y luego a la parte trasera de la camioneta. No habíamos llegado a la ciudad, así que no había testigos.

Subí al coche y lo encendí.

-Blake, ¿qué haces? No se supone que...

-¡Corre!¡Corre! -le insté, poniendo el coche en marcha.

-¡Basta! ¡Detente! -me dijo mientra trotaba para perseguir el coche que lo arrastraba-. ¡Esto no es gracioso! ¡Para ya!

-¿Qué dices? ¿Más rápido? Como digas. -Y presioné el acelerador.

Hassan gritaba mientras el coche iba en marcha. Yo reía mientras lo oía gritar y lo veía por el parabrisas correr a toda velocidad. Di un frenazo en seco que hizo que se golpeara contra la cajuela. Lo vi caer al piso y quedarse quieto ahí.

-¡Lo maté! -chillé, y me bajé del coche. Estaba inconsciente en el piso. Me lancé sobre él y lo sacudí con toda la fuerza que tenía.

-¡Tú, Hassan, idiota; háblame! -le pedí.

-Ahora verás -me amenazó él, abriendo los ojos. Se levantó y deshizo el nudo que ataba sus muñecas, pero me ató las mías y me lanzó dentro del asiento del copiloto.

-Esto no es gracioso, Hassan Andrew Stone. ¿Adónde me llevas?

-Dijiste que hiciera cosas arriesgadas. -Se quejó de dolor al recostarse en el asiento.

-Júralo que con esto estás arriesgando tu vida. En cuanto me libere voy a matarte.

Al final no me llevó a ningún sitio. Bueno, sí, a comer. Fuimos a un restaurante de lujo, donde nos obligaron a ponernos ropa elegante para entrar. Nos quedamos en una mesa cerca de la puerta. Hassan miraba la carta mientras yo maquinaba un plan de cinco segundos.

-Tengo una idea -susurré.

-¿Qué? -gruñó Hassan de mala gana-. ¿No podemos comer y ya?

-No, por supuesto que no. Ésta es una oportunidad única -urgí.

-¿Qué tramas? -Puso los ojos en blanco.

-Haremos una escena. Solo sígueme la corriente, y por nada del mundo se te ocurra decir algo coherente.

-Entiendo.

Le prometí mostrarle cuando fuera hora de la escena, pero primero nos llenamos con toda la comida del restaurante. Miré al guardia que estaba en la entrada y traté de analizar sus puntos débiles. El punto era salirme con la mía. Cuando estuvimos a punto de explotar de tanta comida empezó el drama.

Me puse de pie y empecé a chillar como loca, atrayendo la atención de la gente.

-Valentín, eres un insensato. ¿Cómo osas engañarme? -Empecé a llorar.

Hassan se quedó mirando hacia los lados, sin saber qué hacer.

-Voy a arrepentirme de esto -murmuró para sí mismo, y se puso en pie también-. ¡Tú me engañaste con el cartero! ¿Cuáles son tus intenciones? ¿Esparcir más el SIDA?

1. NIÑA MAL: Hecha en Las Vegas (Abi Lí) [TERMINADA]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora