Permanecí en silencio, esperando a que aparecieran las cámaras y Hassan gritara «¡Caíste!» Pero no ocurrió. La sonrisa de Hassan parecía auténtica hasta que se borró al ver mi cara de pánico.
-¿Qué ocurre? -preguntó con su típica cara de idiota.
-¿Me estás preguntando qué ocurre? -dije en un jadeo. Solté una gran bocanada de aire por no soltar una más grande de palabrotas. Me quedé mirándolo durante mucho rato, sintiendo cómo las venas estaban a punto de estallarme-. Seré tolerante -dije, más para mí misma que para él-. ¿De qué carajos se trata todo esto de que regresaré al cutre internado ése?
-Blake... -me pidió Hassan.
-Solo habla, por favor -le pedí, ya sin una sola gota de paciencia.
-Ven. -Me cogió del brazo, y nos sentamos juntos en el sofá; yo más tensa que nadie-. No te había llamado estos últimos días porque estaba en Irlanda con Levi. Moví un par de piezas importantes para que la dejaran libre, pero luego dije... «Cuando mi madre se dé cuenta de lo que he hecho, me desterrará del país», así que hice que transfirieran a Levi a Londres y, de alguna manera, conseguí también que mi madre te diera otra oportunidad.
La boca se me cayó al suelo. No podía ser posible. Luego decían que era extraño un derrame a los diecisiete.
-O sea que ya habías conseguido la libertad de Levi y, en vez de liberarla, me encerraste a mí también -mascullé entre dientes.
Hassan se mostró confuso, como si fuese yo la que tenía retrasos mentales.
-Creí que querías estar con Levi -repuso, apartando la vista.
-¿Así que lo que se te ocurrió fue regresarme al lugar que más odio en el mundo una semana después de haberme librado de él? -dije, irónica.
Hassan me cogió las manos. Parecía bastante dolido, y no porque lo culpara de mi encierro, sino porque él creía que yo lo quería más a él que lo que odiaba a ese asqueroso internado mediocre. Quizá sí me gustaba estar con él, pero había límites, y Londres estaba demasiado lejos de ellos.
-Es que... -Pausó, soltando un suspiro-. Estarás conmigo, con Jade, con Levi. Creí que...
-¡No! -grité, levantándome del sofá-. No regresaría a ese estúpido internado ni que ahí viviera el mismísimo Zayn Malik y tuviera tendencias al nudismo.
-¡Oh, vamos! Solo imagina que soy uno de sus compañeros cantantes, ¡y ya está! -Creí ver el rastro de una sonrisa en sus labios. ¿Se estaba burlando de mí?
-No iré, escúchame bien. -Me crucé de brazos.
-Bueno, mientras sigas teniendo diecisiete, harás lo que digan tus padres. Perdóname por esto. -Sonrió, sin un rastro de remordimiento. ¿Qué había pasado con el chico que estaba triste de hacía solo unos instantes?-. Von, cógela.
Von entró, así todo enorme e intimidante. Me miraba como un pequeño cachorrito atrapado en una caja de cristal.
-¡No! Von, ¡no! -chillé mientras me cogía por la fuerza y me subía a sus hombros.
Tuve un cierto sentimiento de déjà vu. La misma casa, el mismo chico, la misma situación. Me sentí atrapada, indefensa. Había hecho tanto y acababa justo como había empezado.
-¡Voy a matarte, Stone! -le grité a Hassan mientras salía por la puerta sobre los enormes hombros de Von-. ¡Olvídate de las bolas que traes puestas, porque te las voy a derrumbar de un flechazo!
Hassan sacudió su mano en señal de despedida, y luego vi la oscuridad de la noche. Von me metió en el coche y luego dividió la parte delantera del coche de donde estaba yo para no tener el más mínimo contacto conmigo. Empecé a patear los cristales y golpear las puertas, pero era imposible. ¿Qué había hecho ahora? Sí, me fui de parranda, pero ¿y qué? Mi padre me había dicho que podía hacerlo. ¡Malditos todos!
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1. NIÑA MAL: Hecha en Las Vegas (Abi Lí) [TERMINADA]
Ficção Adolescente[VERSIÓN CORREGIDA DE ''NIÑA MAL'', DE HARRY STYLES de 2012] Hay dos cosas que Blake Caldwell ama: Las Vegas y su libertad. Cuando sus padres piensan que se ha aprovechado demasiado de ambas cosas, deciden que lo mejor es que su hija esté interna en...