17. Recuerdos

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Se están desviando demasiado de la razón principal.

Según Nick, ellos solo estaban teniendo relaciones sin compromisos ni sentimientos de por medio porque Charlie quería dejar de ser el inexperto de su colegio y ahorrarse las burlas. Y ahí es donde entra él, para darle la experiencia que tanto anhelaba. Y todo bien hasta ahí, ambos estaban bien con el trato, lo saben llevar con responsabilidad, tenían relaciones seguido y no descuidaban sus estudios, y así podrían seguir hablando de lo increíble que son, pero hay un detalle.

Así como van excelente en sus lecciones, hay muchas experiencias que están siendo desechadas por lo que Charlie más teme, cursilerías.

Que para colmo no le molestaba.

Nick una vez le dijo que jugarían en un cine. Claro que él no comprendió hasta que tuvo la mano del mayor en su entrepierna, lo cual fue excitante al saber que los podrían encontrar.

— Nick, espera nos pueden ver — Susurró el menor.

— Tranquilo Char, seré silencioso —

El mayor se puso de rodillas frente al asiento de Charlie. Pero claro, luego la empalagosa película que estaban viendo comenzó a complicarse, y pudieron ver como el perrito moría para instantes después reencarnar en otra raza. El estruendoso sonido de la frase pronunciada distrajo al mayor, que casi llora por el resto de la película. Charlie quedó totalmente enternecido por él, y fue tanto que pocos minutos después olvidó completamente su erección y esta bajó de forma natural. Fue un momento muy lindo para ambos.

Y luego está esa vez en la que Nick dijo que iría a comprar... juguetes para que ambos experimentaran.

— Bu-Buenas ta-tardes — Dijo Nick a la chica detrás de la registradora.

Todo iba tal y como lo había planeado. El mayor no se iba a enterar hasta que los utilizaran, así que solo se excusó aquella tarde y fue a buscar una dichosa sex shop. Pero claro, había un local muy poco discreto que hasta luces navideñas tenía, y que... ¿Vendía chocolates?

La mayor tentación de su pequeño.

Recordó lo mucho que el menor se había emocionado cuando esa tienda abrió y él lo llevó a conocerla, y le gustó tanto ese sentimiento de calidez que sintió, que prefirió comprar unos cuantos chocolates para que ambos lo pasaran bien de una forma más inocente.

Charlie mentiría si dijera que le sorprendió mucho el hecho de que Nick haya llegado con chocolates de todos tipos para él, y no pudo evitar ilusionarse al saber que el tiempo que le había pedido en la tarde anterior había sido para eso. Incluso compartieron un cursi momento donde comieron chocolates de la boca del otro, pero sin segundas intenciones. Solo fueron besos tiernos y calmados, dando a entender que solo sería un muy cursi, momento para recordar.

Y aunque ese no era el propósito de todo lo que estaba sucediendo, albergaban los recuerdos en su corazón de la forma más cursi posible.

Virgen | HeartstopperDonde viven las historias. Descúbrelo ahora