Celos

1.9K 157 7
                                    

Loki no podía creer en que mundo vivía en ese momento solo sentía que pronto terminaría siendo el intermediario en un conflicto con ese par.

Strange no iba con juego, al contrario iba en serio con tal de tener a ese hechicero con él, ya que por alguna extraña razón verlo así de dócil se le hacia atractivo y su lado "Reina de las Divas" también era totalmente atractivo.
Thor por su parte abrazaba lo que era suyo por derecho, a su dulce hermanito y futura madre de sus hijos.

—¡No te atrevas a tocarlo nuevamente!- gruño Thor con molestia aunque Loki ya estaba libre de esos brazos para volver con su cóctel que en momentos ya se había terminado.

—Simplemente trato de ser más caballeroso con un chico lindo- con esas palabras el azabache preparo otra bebida para el ojiverde que sin dudarlo lo aceptó, era delicioso y solo siguió en lo suyo ignorando a ese par.

—¡Loki! ¡Hazme caso!- refunfuñaba un rubio que cargaba un hermoso puchero tan lindo.

—¿Qué?- pregunto mirándolo con seriedad, él solo quería una velada relajada no tan ruidosa por ese par.

—¿Me permite una pieza en este momento?- ahora fue el hechicero quien ofreció su mano para ser tomaba y pode ir a bailar.

—Esto no es un baile de salón...- se encogió de hombros y acepto esa mano para ir a la pista improvisada dónde algunos bailaban, era un baile de música moderna, ambos hechiceros bailaban con calma y alegría algo que a nuestro Thor no le agrado para nada notandose en la forma que destruyó esa copa de vidrio con solo apretar sus manos.

Las emociones en esa pequeña pista de baile era donde ambos hechiceros solo disfrutaban, entre risas, bebidas hasta que el azabache menor termino por hacer la locura de su vida abrazar lloriqueando en los brazos de Strange. Thor por su parte hervía de furia sus manos temblaban y la gota que derramó el vaso fue ver a su adorado amado caer en brazos de ese hombre.

—¡LOKI!- grito Thor con molestia no había duda, ese rubio estaba enfadado a más no poder, la furia de ese Dios era única y nadie podría pararla hasta que Loki volviera a sus brazos.

—¡Thor!- feliz solo miraba a su hermano mayor mientras estaba en brazos del hechicero hasta que lo aparto de su lado para lanzarse a esos grandes y fuertes brazos para ser apretujado en estos.

La felicidad que le daba su Loki en ese momento era única. Loki era su vida, Loki era su mundo, Loki era su todo, eso a pesar de ser repetitivo no era para nada molesto para Thor quien estaba profundamente enamorado de su hermanito, desde su niñez lo supo pero jamás quiso verlo de esa forma por el miedo de que fuesen hermanos de sangre, pero saber la verdad le hicieron amarlo sin restricciones.

No había nada que pudiese romper la burbuja de felicidad que ambos sentían pero Thor seguia celoso de que su amado fuese tocado por otro ser que no fuera él, así que solo se lo llevo a otra parte alejada lejos de ese loco hechicero que le quería robar a su dulce hermanito.

—¡Mi dulce amor, no dejaré que nadie te toque!- prometio aquel rubio con una gran sonrisa hasta llegar a la habitación donde dejo al azabache en la cama, este parecía prendido de todas las formas posibles.

—Loki siempre será de Thor, así como Thor será de Loki- comento de forma dulce aquel azabache estando en la cama quitándose su frac junto a su chaleco y camisa hasta dejar a la vista un corset negro con detalles verdes y aquellas cintillas de color olivo que estaban formados esos hermosos moños dándole un toque dulce y tierno a parte de la inocencia que desbordaba, ese era Loki en su totalidad.
—Thor, soy tuyo y quiero que lo sepas- parecía que ese dios de las mentiras tenía todo fríamente calculado.

Gordito...lleno de amor por tí..Donde viven las historias. Descúbrelo ahora