El peso de alguien sobre mí, me hizo despertarme y soltar un bufido.
-Luna, si vuelves a lanzarte sobre mí y me veré en la obligación de dejarte amarrada todo el día en una silla -dije empujando a mi hermana y me senté en la cama abriendo mis ojos con pereza.
-Esta es mi habitación y estabas durmiendo en mi cama, tengo todo el derecho a lanzarme sobre ti, además Esteban me pidió que viniera a despertarte -se levantó y yo la seguí-. Ve a cambiarte de ropa y baja, te esta esperando.
Salí de la habitación de Luna y en el pasillo me encontré con Peter, así que tomé al pequeño en brazos y lo llevé conmigo a mi habitación, lo dejé en mi cama y corrí las cortinas para dejar que la luz natural del día entrara a la habitación.
-Anoche quería dormir contigo, pero no estabas en tu habitación, así que dormí aquí con Luna -dijo mientras yo busco ropa en mi armario- ¿Alk es mi padre? -su pregunta me hizo detenerme y girarme para poder observar al niño.
-Peter, solo si tú lo deseas, él será tu padre, pero si no quieres que lo sea, puedes tratarlo como a un hermano o un tío -camine hacia mi cama y me senté a su lado- ¿Quieres que él sea tu padre?
-No lo sé, no creo que él quiera ser mi padre -bajó su mirada y comenzó a jugar con sus manos.
-Quizá, si quiera, solo debes pasar más tiempo con él y conocerse mejor -le di un beso en su frente y él sonrió mostrando sus pequeños dientes- ¿Sabes? Eres un niño con suerte, ya que estas con esta muy extraña familia que si bien, puede meterte en problemas, es capaz de darlo todo para mantenerte a salvo.
Solo porque el pequeño me lo rogó, yo permití que él eligiera mi ropa y para mi sorpresa, la eligió incluso mejor que yo, así que fui al baño a vestirme mientras Peter juega en mi cama y cuando estuve lista, tuve que ordenar mi cama y después de eso, bajar la escalera seguida de Peter.
-Peter, no sueltes mi mano, no quiero que te caigas -dije cuando sentí que el niño soltó mi mano y estaba por girarme para buscarlo cuando sentí un pie en mi espalda y caí por la escalera.
Solo hay una persona, que es capaz de hacerme algo así.
-¡Esteban! -brame con mis dientes apretados mientras intento levantarme del piso.
-Blanca, debes estar más alerta, ayer te dieron una paliza por estar distraída -dijo Esteban bajando la escalera con un muy enojado Peter en sus brazos.
-A las niñas no se les maltrata, te acusare con Alk -dijo Peter arrugando su frente.
-Pues dile, no es como que yo le tuviera miedo -dijo el guardián dejando al niño en el piso.
-A él no, pero a mi si me temes -dijo Marta entrando a la casa mientras hace sonar sus dedos.
Mientras mi querida prima se fue a jugar con Esteban al gato y al ratón, Erik que venía saliendo de la cocina, me ayudo a levantarme y me reviso para cerciorarse de que no tenía nada roto, Peter, por su parte, se pegó a mi pierna derecha y se quedó así, abrazándome firmemente.
-Cariño, estoy bien -le dije pasando mi mano por su hermoso cabello- puedes soltarme.
-No te dejare sola, Esteban puede atacarte -dijo Peter aferrándose aún más a mi pierna.
Las palabras de ese pequeño me hubieran causado ternura, de no ser por el dolor que invade mi cuerpo y que siento que está cortando la circulación de mi pierna.
-¿Vamos a desayunar? Si quieres puedes tomar mi mano -dije gentilmente tratando de convencerlo para que suelte mi pierna y así fue, pero tan rápido como me soltó, agarró mi mano y me arrastró a la cocina.
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Cuando las historias se hacen reales.
FantasyBlanca se va de viaje para distraerse y disfrutar su verano, pero nunca imaginó que estando allí descubriría cosas nuevas sobre su familia. Adaptarse al nuevo mundo que se le presenta a ella y su familia, será difícil pero un caballeroso guardián, u...