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"Tantas veces
te invente
En mis anhelos
Calmando el ansia
de mi soledad
Tantas noches
te soñé,
Aun sin saber
Como poderte hallar...

Tanto tiempo
te espere
En mis desvelos
Gaviota errante
En vuelo de estación
Tantos besos
te guarde
Jamas dude
Que llegarías...

Y estas aquí
Como agua en
mi desierto
Para rescatarme
el corazon
Caudal sediento
de ilusión
Mar que respira
solo en ti
Cubriéndome en
tu aliento
Dibujando el cielo
entre los dos
Dejando así
Que anide en
el silencio
El ave del deseo
Hasta el amanecer..."

La pareja caminó hasta la puerta de su apartamento sin decir una palabra.

Yoongi cargaba la bolsa con la cena y Jimin llevaba el porta vasos con las bebidas de ambos.

Al llegar a su hogar, Yoongi tecleó la clave de acceso.

El timbre de aviso sonó y éste último empujo la puerta para darle el paso a Jimin que entró casi volando para dejar las bebidas sobre la mesa e irse directo a su habitación,  todo esto ante un Yoongi pasmado en el umbral de su apartamento.

Más fué su inquietud cuando notó el portazo que el rubio dió al estar ya dentro de la recámara que compartían ambos.

Posó la bolsa con la cena en la mesa, fué a la cocina y trajo manteles, platos, servilletas y palillos.

Sacó la comida para colocarla en medio y terminó de montar todo como Jimin siempre lo hacía.

Una vez terminado, se dirigió hacia la puerta de su habitación, giró la perilla para abrirla y se topó con el esbelto cuerpo de su pareja únicamente en boxers saliendo de su baño-vestidor.

-¿No te enseñaron a tocar la puerta?- le soltó Jimin en un tono desinteresado y sin dirigirle una mirada, desplazándose por toda la habitación.

Yoongi lo observaba con detenimiento parado desde el umbral de la puerta, le fascinaba ver la silueta del rubio, todas esas curvas y formas, la firmeza de sus músculos que parecían cincelados, su piel de seda, el aroma que desprende, la arrogancia y coquetería con la que se mueve.

Con sensualidad innata el bailarín se desprendía de sus accesorios uno a uno, primero el arete de lado derecho, luego el izquierdo, sus anillos y por último su reloj colocándolos todos en un pequeño joyerito en su mesita de noche.

Regresó dando pasos lentos hacia su vestidor y se colocó frente al espejo para mirar su reflejo y empezar a juguetear con su cabello.

Dios......perdido, ............Yoongi estaba perdidamente enamorado de él.

Después de semejante imagen, Yoongi tragó en seco y apenas pudo pronunciar..

-Minnie ya coloqué la mesa y la cena esta servida.-le dijo un tanto serio.

-Cena tú, no tengo apetito- contestó tajante.

Yoongi se acercó entonces hacia el vestidor y le vió recargarse con ambos brazos sobre su lavabo doble.

-Minnie, porqué estas bravo conmigo eh?- se colocó detrás de él y quiso abrazar su cintura, pero Jimin rápidamente se quitó de ahí y fué a sus cajones para sacar una playera blanca enorme de algodón que usaba a manera de camisón para dormir.

-No estoy para bromas Suga-

Uy! .......Ahí estaba ese apodo, ése que sólo aparecía cuando Jimin estaba realmente molesto y le recordaba aquella etapa en la que le conoció, cuando él era un desmadre y por poco lo pierde.

"CULPABLE O NO"Donde viven las historias. Descúbrelo ahora