Capitulo 21: Bien o mal

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Mariana y Pedro entraron a la casa de Lali.

En el viaje desde que salieron del cementerio no hablaron. Solo se escuchaban sus respiraciones y las inhalaciones porque a ambos les seguían cayendo lágrimas.

Peter se sentó en el sillón y Lali se acercó.

— ¿Queres café? —le preguntó para sanar el frío.

— Por favor.

Lali se acercó a la cocina y cayó.

Peter la amaba.

La amaba.

Agustin le había dicho que vaya al cementerio, ella no entendía nada.

Pero fue.

Desde que Peter se había ido sin hablarle lloraba todos los días. Había faltado al trabajo y no salía de la habitación. No comía ni hablaba.

Solo lloraba en el hombro de Euge mientras ella le frotaba la espalda.

La había pasado demasiado mal.

Aunque eran dos dolores completamente distintos lo comparo con el de su bebé.

Los dos tenían una similitud.

En las dos había perdido a la persona que más amaba.

Hasta hoy.

Volvió a la sala con dos café en mano y le paso uno a Peter para después sentarse al lado de el.

— Gracias. —le dijo cuando agarro la taza. Tomó un sorbo, respiró y habló. Porque era hora.—¿Como sabias que estaba ahí? —esa pregunta se la venía haciendo hacía bastante.

— Me contó Agus.

— Me imaginé. El me ayudó a ir. —Lali no habló porque estaba esperando a que le cuente. No lo iba a presionar— Yo tenía una hermana, Roció. —hizo una pausa— Éramos muy unidos. Demasiado. Nos defendíamos con garras y dientes. Siempre fui muy cuida con ella. Nos llevábamos un año, yo tenia diecisiete y ella dieciséis. Ya me imagino que escuchaste como era ella. —sonrió débilmente— Era muy parecida a vos. La amaba mucho. —Y ella entendió la referencia. Eran parecidas y si el amaba mucho a su hermana. También la amaba a ella. Ya lo había escuchado pero que se lo vuelva a decir, era mucho mejor.— Cuando pasó eso. —Lali no sabía que era eso, pero paciente, esperó.— Ella tenía un novio, Pablo. Hacia ya unos meses. Lo había aceptado yo, era un buen chico. Un día íbamos a ir a comer de mis abuelos. —se limpió las lágrimas que le caían pero Lali no lo tocó. Sabía que el necesitaba soltarlo— Y ellos querían salir a bailar pero mi mamá no la había dejado porque dijo que teníamos que cenar de los abuelos. Pero yo la convencí. —sollozó— Le dije que se tenía que divertir y la dejó. Se emborrachó y Pablo también. —Lali ya empezó a entender por donde iba la cosa y se le nubló la vista— Cuando volvían para casa tenian que pasar por un puente. Se callaron con el auto y murieron en el acto. —se quebró— Fue mi culpa. —Lali negó llorando— Fue mi culpa porque yo convencí a mamá y como la culpa me comió la cabeza me hice adicto. Las drogas eran mi mejor amiga y el alcohol la hermana que perdí. Fue un año así. —Lali también se quebró al imaginarse a Peter ahogando sus penas en las drogas. A pesar de que había escuchado que este mes había hecho lo mismo con el alcohol, sabía que un año y al ser un niño no era lo mismo— Tuve una sobredosis de ambas. —Lali sollozó fuerte, como si se estuviera ahogando— Agus y mi mamá estuvieron ahí siempre. Mi papá no porque lo que te conté hace un tiempo fue una semana después de lo que le paso a Rochi. —Lali pensó en lo hijo de puta que era ese hombre— Cuando tuve la sobredosis casi me muero pero me salvé y fui a ver a Rocio. La única vez que había ido hasta hoy. —se limpió lágrimas. No había parado de llorar. Lali se acercó y por fin lo abrazó, fuerte. Y ambos se quebraron en sus brazos. Lloraban juntos. Juntos y eso era lo único que importaba— Perdón—dijo después de un tiempo— Perdón por irme así—levantó la cabeza para mirarla y Lali negó porque ya lo había perdonado— No, Lali. Te quiero decir porque me fui. No fue porque me espanté. No podía soportar que te hayan lastimado tanto y yo no había podido estar ahí para vos. Me quebró eso, me rompió. Como me paso con Rochi. Por eso tengo el control de todo, no me gusta perder el control. Sentía que lo tuyo fue mi culpa porque yo no estuve ahí.

— Pero, mi amor, no nos conoci... —Peter la interrumpio.

— Ya se que no fue mi culpa. Me lo hizo ver Agus. Por eso fui a ver a Rochi. Hacia años que no la veía. La fui a ver dos veces solas; después de mi sobredosis y hoy. Por vos. Porque tenía que cerrar de página y comenzar a escribir una nueva con vos. —Lali se limpió las lágrimas— Te amo, Lali. Te amo como nunca ame a nadie y como estoy seguro que nunca mas voy a amar. Perdón por soltart... —Lali lo besó y sus pedazos del pasado se unieron.

Lali lo perdonó.

Cualquiera pensaría que era tonta por perdonarlo tan rápido pero ella sabe que no. Porque cuando amas, no te importa quien queda mas vivo. No importa quien es mas orgulloso. Cuando amas solo importa eso; el amor.

Y nada más.

En el amor no hay etiquetas. No hay orgullosos ni más vivos ni más idiotas.

Hay el que ama bien y el que ama mal.

Ellos aman bien.

Se cuidan pero no se controlan.

Se celan pero no se obsesionan.

Hacen el amor no solo tierno, también con pasión.

Se dicen te amo pero también se lo demuestran con actos.

Se perdonan porque saben que se querían cuidar entre sí.

Peter no la engañó y Lali tampoco. Lali no lo hace sentir insuficiente y Peter tampoco, entonces, ¿Que hay de grave en perdonarlo? El orgullo. Pero es más importante el amor.

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Los dos estaban envueltos en las sabanas de Lali, en silencio.

Sanados.

Sin lágrimas. Porque no lloraron más, sabían que no iban a llorar más. Solo de emoción, en algún futuro.

Solo risas y sonrisas.

— Te voy a amar para siempre. —le dijo Peter mientras levantaba un poco la cabeza para mirarla.

— ¿Eso no es mucho? —Peter se hizo el que pensaba y Lali río al cargarlo.

— Tenes razón. Te voy a amar casi siempre. Toda la vida pero no todo el tiempo.

Lali sonrio y se acercó para darle besos por toda la cara.

— Te amo. Te amo. Te amo. Te amo. Gracias por salvarme. —le dijo mientras lo besaba parando para mirarlo a los ojos.

— Yo te amo mas. Gracias a vos por sanarme.

Ambos se sonrieron y se prepararon para demostrarse cuánto se amaban entre las sábanas.

FIN.

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