Capítulo 2

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Darien miró a la niña que estaba en la puerta, absolutamente perplejo. No podía respirar ni pensar. Era como si todo diera vueltas a su alrededor.

—Mami, he tenido una pesadilla.

Vio cómo Serena se acercaba a la niña y le pasaba una mano temblorosa por el pelo rosado y alborotado.

«Mami».

Fuera lo que fuera lo que había esperado encontrarse en Fairweather, no se había esperado aquello. Serena tenía una hija.

Sacudió la cabeza. No podía creérselo. No quería creérselo. Pero la relación entre Serena  y la niña era obvia, y le hacía preguntarse otras muchas cosas. ¿Con quién? ¿Cuándo? Y sobre todo, ¿cómo podía haberlo traicionado así?

Serena ni siquiera se molestó en mirarlo mientras se agachaba junto a la pequeña

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Serena ni siquiera se molestó en mirarlo mientras se agachaba junto a la pequeña.

—¿Qué has soñado, cariño?

-No me acuerdo —respondió la niña con labios temblorosos—. Me desperté y tenía mucho miedo.

-No pasa nada —la tranquilizó su madre, abrazándola—. Mamá está aquí.

«Han pasado cinco años. Muchas cosas han cambiado en todo este tiempo».

Las palabras de Serena resonaban en la cabeza de Darien. Por supuesto que habían cambiado muchas cosas, más de las que se hubiera esperado.

Serena le había dicho que no había vuelto a casarse, y él había creído erróneamente que no había amado a ningún otro hombre. La existencia de aquella niña demostraba lo contrario.

El dolor de aquella certeza era como perderla de nuevo. Era una traición de todo lo que habían compartido, de todo lo que habían significado el uno para el otro.

«Fuiste tú quien quiso el divorcio».

Maldición, él no había querido el divorcio. No había querido más que estar con ella, pero su carrera lo hizo imposible, y no pudo soportar ver lo mucho que su separación la afectaba.

Así que le pidió el divorcio. Y luego ella habría encontrado a alguien más.

Mientras miraba la rosada cabecita acurrucada contra el hombro de Serena, el corazón se le hizo añicos.

En ese momento, como si sintiera que la estaba observando, la pequeña se giró y lo miró. El shock inicial al oír cómo llamaba «mami» a Serena no fue nada comparado con el impacto que Darien sintió al ver su propia imagen en aquellos ojos.

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MEDIDAS DESESPERADAS (McIver Libro 1)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora