ASIGNATURA PENDIENTE

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–Marian, ¿sabés cuál es tu carta astral? –así inicio el día. Candela está sentada tras su escritorio cuando salgo de la cocina con una taza de café y me increpa con su pregunta.

–No.

–¿Querés que te la haga?

–Tampoco –y continúo el recorrido hasta mi oficina, pero dejo la puerta abierta. Hoy no tengo citas programadas y podemos distendernos un poco más.

–Mirá que es re fácil, eh –insiste– sino también te puedo leer el horóscopo –frente a ella tiene un par de revistas que le compró al diariero de la esquina del estudio jurídico.

–El horóscopo de las revistas es mentira –digo, y me acomodo en mi silla– hay un conjunto de personas que se dedica a escribir lo que la gente quiere leer.

–Sí, ya sé, ¿pero querés que te la lea? –vuelve a preguntar. Desconozco cuál es la parte que todavía no entiende.

–¿Qué cosa querés leer? ¿Qué tenés ahí? –escucho la voz de Agustín que sale de su oficina. Candela levanta una revista para que vea el título– uh, yo quiero.

–¿No preferís que te haga la carta astral? Es mejor... –y aunque él tarda en asentir, ella ya está escribiendo el nombre de la página. La pantalla de mi computadora se bloqueó y me detuve a observarlos y escucharlos desde mi rincón, mientras bato el café que sigue caliente– decime tu fecha de nacimiento.

–Cuatro de mayo de 1990.

–Ay, dentro de poco es tu cumpleaños –comenta. Él asiente y después cruza los brazos por encima de su escritorio alto e intenta espiar lo que ella escribe en la máquina– ¿A qué hora naciste?

–Y ponele que entre las cuatro y cinco de la tar-

–Tiene que ser exacto –lo interrumpe y se me escapa una risa porque fue un reto.

–Creo que fue a las cinco menos veinte.

–¿En Argentina? –asiente– ¿En qué localidad?

–¿Eso también se fijan las estrellas? –increpa– en Adrogué, Buenos Aires –termina de seleccionar y presiona enter– ¿Qué salió?

–Tu sol es Tauro, tu ascendente es Virgo y tu luna está en Libra –concluye con una sonrisa y enarco una ceja envolviendo mi taza con las dos manos.

–Okey. ¿Y con eso qué hago?

–Tauro es tu signo y es tu personalidad –explica totalmente comprometida con la causa– básicamente, dice que sos un tipo de paciencia que se inclina por el placer y la sensualidad –y él asiente avalándolo con una seguridad que me hace reír– que son reservados y responsables...

–¿Escuchaste? –me mira a mí.

–También que le gustan las cosas básicas –prosigue leyendo– y que sos materialista. También son muy buenos manejando los ahorros y les gusta ver que su dinero incrementa.

–O sea que sos un buitre –meto bocadillo, pero él solo me mira de reojo– admitamos que tiene razón, la última vez que nos invitaste a almorzar dijiste que no tenías efectivo y que no querías usar la plata de la tarjeta porque la reservabas para otra cosa.

–¡Es verdad! –Candela recuerda– y tuvo que pagar todo Marian. Sos una rata.

–Ey –nos apunta con un dedo– más respeto porque por no haberles pagado ese almuerzo llegué a juntar el dinero y me pude cambiar el auto y comprarme la pochoclera que cada vez que la traigo la usan las dos. ¿Y los demás signos que significan? –regresa a su punto de importancia.