Estoy esperando a que el chofer de un camión termine de discutir con el conductor de otro auto para poder continuar con mi recorrido cuando Candela me manda un mensaje avisándome que en la entrada del buffet se encontró con Mariano Martínez y que lo dejó subir porque así lo habíamos pactado desde antes. Le pido que lo deje esperándome en la sala de reuniones y que le ofrezca algo para tomar porque voy a tardar más de lo esperado. Ya cuando llego al buffet, me cruzo con Gonzáles tomando aire en la puerta y me saluda con ese "doctora" que más que una definición lo traduzco a un epíteto sensual que me encantaría metérselo en el culo de una patada. Solo lo miro de reojo, porque así me gusta saludar de quienes desconfío, y continúo subiendo las escaleras. Saludo en la mesa de entrada al mismo tiempo que saco el celular y hago una llamada perdida. Voy hasta el comedor, esquivando cuerpos trajeados, y encargo un té al que le suman dos galletitas de limón como regalo. No habrán pasado diez minutos que el número de la llamada perdida vuelve a figurar en la pantalla del celular y atiendo.
−Pensé que ibas a estar ocupado.
−Lo estoy, pero hay prioridades –y revoleo los ojos– ¿Cómo estás?
−Bien. No te llamo para hacer sociales –remarco y pongo el saquito de té a un lado del platito– ¿Estás en la calle? –porque escucho bocinas y mucho ruido ambiente.
−¿Qué necesitás? –esquiva y suspiro.
−¿Es verdad lo que me dijiste de Santiago respecto a su profesión?
−Sí.
−¿Cómo lo supiste?
−Porque Santiago es el hijo de quien fue el socio de mi viejo y lo conocí cuando entré a trabajar la primera vez –¿la primera vez?
−¿Volviste a trabajar en la empresa de tu papá? –pregunto un tanto descolocada.
−No importa eso –y sé que si no responde es porque no puede, no porque no quiera– ¿Hace cuánto lo conocés?
−Un par de meses. Se sumó al staff de éste buffet como abogado –y lo escucho esbozar una risa irónica– entró para espiarme –concluyo rápido– ¿Por qué? –y también lo escucho exhalar– encontré una habitación en tu casa en donde hacías un análisis bastante específico sobre varias de las personas que trabajaban en éste buffet, así que respondeme a lo que te pregunto –ordeno.
−A tu estudio estuvieron llegando personas que si abrían un poco más la boca podrían complicar su negocio.
−¿Qué negocio?
−El que sigue comandando su padre y por el cual no quieren que salga a la luz porque hasta hace poco tiempo las estafas se siguieron haciendo.
−No entiendo de lo que me estás hablando, dejá de hacerlo en incógnito.
−No puedo hablar mucho.
−¿Por qué? ¿Dónde estás, Peter? –y me quejo porque el ruido externo me molesta.
−Mirá hacia la ventana –indica, y cuando me volteo lo encuentro del otro lado del vidrio, parado en la vereda. Levanta un brazo y sacude la mano– buenos días, doc.
−Me estás espiando –y ya para éste momento puedo confirmarlo– durante todo éste tiempo lo estuviste haciendo.
−No es un término que me guste mucho –y lo veo entrecerrar un poco los ojos. También cruza un brazo por encima de la panza y me doy cuenta que no está vestido con la ropa laboral. Solo una remera negra y un pantalón deportivo.
−Decime que término no psicópata usar para definir lo que estuviste haciendo éste último tiempo de aparecer merodeando alrededor de mi trabajo.

ESTÁS LEYENDO
ASIGNATURA PENDIENTE
FanfictionEl pasado y el presente se cruzan enlazando una misma historia de amor atravesada por la búsqueda personal de superación y justicia.