Dos Corazones, Una Apuesta

Capítulo 51: La tristeza me invade

MELANIE POV

Hay veces en las que crees y confías en alguien, crees cien por ciento en esa persona. Y jamás dudas de ella porque piensas que ha cambiado, pero tristemente eso no es verdad. Las personas no cambian, es el tiempo el que te ayuda a ver lo que son en realidad.

Defender a alguien de los demás y que al final resulte ser la mierda que todo el mundo decía, me hace sentir decepcionada y desilusionada. Porque no puedes lograr cambiar a nadie, no importa que hagas o trates de hacer, una persona no cambia por alguien. Cambia por ella misma porque quiere hacerlo. Y gracias a eso pude darme cuenta de mi error.

Desde el inicio lo sabia. Solo que me aferre a intentarlo, ¿y está mal querer intentarlo? Está mal intentarlo con algo que sabes que vas a fracasar. Porque no importa cuántas veces lo intentes, puedes intentarlo toda tu vida, pero no todo puede funcionar y lograrse en esta vida. Hay cosas imposibles, aunque la gente diga que no hay nada imposible en la vida, si lo hay. No todo se puede, no todo es para siempre y no todas las promesas se cumplen. Yo por ejemplo no puedo dejar de amarla, ¿por qué? Porque es imposible que deje de amarla.

He intentado por todos los medios olvidar mi relación con ella, pero no puedo. Cierro los ojos y nuestros recuerdos salen a la luz, me atormentan cuando trato de dormir. Y ahora ya no puedo dormir como antes, ahora dormir es una pesadilla y tortura. Después de dejar a Allison he aprendido una cosa: dejar ir a alguien es difícil pero no imposible. Lo imposible es olvidarla.

¿Cómo puedes olvidar todo lo que has pasado con esa persona? ¿Cómo podrías olvidar su hermosa sonrisa? ¿Cómo podrías olvidar sus hermosos ojos? No es una opción olvidar a una persona. Lo que si es una opción es vivir con el dolor, sufrir en vida y dejar que la tristeza te invada.

A veces me gustaría mandar todo a la mierda. Me gustaría olvidar todo, pero no puedo hacerlo. Aunque ya nada me ata a este mundo, por alguna razón sigo aquí. Supongo que mis alas y sueños fueron cortadas y esa es la razón por la que sigo aquí, esperando que algo pase, algo que me ayude a vivir como antes. Pero sabes que nunca va a suceder, porque tu vida nunca va a ser igual. No, después de haber conocido a esa persona...

***

Se ha vuelto mi rutina asistir a la escuela cuando estoy enferma. Hace 3 días empeoró mi salud, se me subió la azúcar y tuve que parar al hospital porque no lograban mis padres ayudarme, estaban muy asustados y yo muy mal. Afortunadamente, lograron controlarla y darme el auxilio pero todavía no me he recuperado del todo después de ese incidente. Y a pesar de eso, decidí seguir yendo a la escuela aún y en estás circunstancias. Ya estamos a abril, ya falta poco para nuestra graduación y las vacaciones.

Me sentí peor al ver a Allison y Ivonne platicando muy felices. Vaya... Me duele tanto saber que nunca me amo. Me duele mucho saber que solo fui un juego para ella, cuando para mí ella era todo. ¡Qué tristeza!

Trato de parecer fuerte. Trato de no derrumbarme enfrente de mis amigas pero eso solo me trae más consecuencias. Porque solo estoy aguantando las ganas de llorar y tarde o temprano terminaré explotando. Pero por el momento lucho por no hacerlo, lucho por despegar la mirada y atender la clase, pero no es tan fácil. Sientes que tú mundo se derrumba, sientes que ya nada tiene sentido. Tratas de fingir estar bien con una sonrisa. Pero esa sonrisa demuestra todo el dolor que traes por dentro, esa sonrisa te quema. Y solo una persona puede lograr ver tu dolor y esa persona es tu amiga. En este caso mis dos mejores amigas lo saben, les miento pero no me creen. ¡No lo hacen! Porque me conocen. Saben que no soy así pero se ha vuelto una costumbre fingir.

-Se lo llevan de tarea muchachos. -dijo el profesor. Hoy parece que anda de buena gente.

Una vez que se fue el profesor deje caer mi cabeza sobre el pupitre. Ver a Allison con la rubia teñida me lastima demasiado, pero no contaba con que mis compañeros ya sabían todo el chisme. Este es el problema de estar en un salón donde todos son metiches y chismosos.