LUCÍA POV
En Multimedia - I Wanna Be Your Girlfriend
Empieza un nuevo día titulado domingo. Todos los domingos acostumbro a dormir todo el día y hacer las mismas costumbres de Melanie, pero hoy tengo nuevos planes. Como levantarme de la cama y desayunar para no morir de hambre.
Y es lo que voy a hacer, pero un brazo me detiene, me priva de irme de la cama. Camila bosteza y susurra "No te vayas" su voz me debilita, mis piernas no responden. Así que hago lo más fácil, tumbarme de nuevo a la cama y descansar cinco minutos más.
Y desde luego, esos cinco minutos más, se convierten en una hora.
Despertamos a las 2 de la tarde y abro los ojos, los rayos solares me dan la bienvenida al mundo y me ciegan por unos segundos. Camila me toma por sopresa cuando me tumba de nuevo a su lado, sonrió y su sonrisa mañanera me deslumbra. ¿Hay mejor manera de empezar el día? Una sonrisa y tomando un matecito a su lado, seguro que me darían ganas de ser más productiva.
Quedamos mejilla contra mejilla y no es que me incomode. Pero si seguimos así, no pondremos un pie debajo de la cama, de eso estoy segura. Acaricio su mejilla con cariño y sus ojos me dan la bienvenida al mundo "de la perdición" sus ojos hacen que me pierda y olvide del resto, de mis deberes y obligaciones. Desde ahora puedo mandar al carajo a todo el mundo.
-Buenos días Camila. -digo embobada con una sonrisa.
-Buenos días. -responde y toma mi mano.
Me gustaría quedarme así por más tiempo, pero no entra en mis planes. Hay mucho que hacer...
-Ya hemos dormido suficiente. Venga, vamos -me levanto de la cama y su mano persiste en qué me quedé.
-Todavia no, dale un rato más...
La miro frunciendo el ceño ligeramente. Estoy a punto de ceder y cuando decido volver a entrar a la cama...
-Lucia, ve a la tienda. -aparece mi madre y su vestimenta delata que está trabajando.
-De acuerdo... -suspiro y me encamino a coger una camiseta y a peinarme la greña que traigo.
Me veo en el espejo y noto que mi cabello a adquirido el look de la novia de Frankestein.
Mi mamá sale de mi cuarto y yo sigo en mi tarea de seguir peinando mi greña, cuando terminó, me hago una coleta de caballo y me dispongo a coger una camiseta y pirarme a la tienda de la esquina. Me quito el pijama y en el borde de la cama, empiezo a cambiarme, pero unos cálidos brazos me abrazan por detrás. Si antes sentía mi cuerpo frío, ahora lo siento cálido.
-Camila, deja de jugar, tengo que ir a la tienda. -dijo tratando de quitarmela pero ella sigue abrazándome con fuerza.
-No quiero. -susurra en mi oído y suspiro.
Y yo tampoco, quiero contestarle de vuelta, pero. ¿Eso a dónde nos lleva? Si no te lleva a ningún lado, entonces no sirve. Me apartó sin ser brusca y me pongo la camiseta, miró a Camila y veo que está roja mirando al suelo con nervios. ¿Y a esta que le pico? No le doy vueltas al asunto y me voy de mi cuarto. En la cocina me encuentro a mi madre revisando unos papeles con el semblante serio.
-Ya voy a la tienda -digo y cogo el dinero-. ¿Todo está bien mamá? -pregunto y me mira sorprendida, como si la hubiera pillado haciendo algo indebido.
-Me diste un buen susto -dice y las dos reímos, pero me intriga verla viendo los papeles con preocupación y angustia.
-¿Pasa algo mamá? -vuelvo a preguntar y esta vez, me acerco a su lado, pero no me deja ver los papeles.
ESTÁS LEYENDO
Dos Corazones, Una Apuesta
Romance« ¿Puede un corazón roto sentir algo por una desconocida? » Melanie Dashton era alguien que no creía que eso podría sucederle después de una decepción que sufrió en el amor. Después de que le rompieran el corazón, no quiso saber más del amor. Hasta...