Capítulo Especial 2: Lo prohibido y la amistad

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LUCÍA POV

En Multimedia - I Wanna Be Your Girlfriend

Empieza un nuevo día titulado domingo. Todos los domingos acostumbro a dormir todo el día y hacer las mismas costumbres de Melanie, pero hoy tengo nuevos planes. Como levantarme de la cama y desayunar para no morir de hambre.

Y es lo que voy a hacer, pero un brazo me detiene, me priva de irme de la cama. Camila bosteza y susurra "No te vayas" su voz me debilita, mis piernas no responden. Así que hago lo más fácil, tumbarme de nuevo a la cama y descansar cinco minutos más.

Y desde luego, esos cinco minutos más, se convierten en una hora.

Despertamos a las 2 de la tarde y abro los ojos, los rayos solares me dan la bienvenida al mundo y me ciegan por unos segundos. Camila me toma por sopresa cuando me tumba de nuevo a su lado, sonrió y su sonrisa mañanera me deslumbra. ¿Hay mejor manera de empezar el día? Una sonrisa y tomando un matecito a su lado, seguro que me darían ganas de ser más productiva.

Quedamos mejilla contra mejilla y no es que me incomode. Pero si seguimos así, no pondremos un pie debajo de la cama, de eso estoy segura. Acaricio su mejilla con cariño y sus ojos me dan la bienvenida al mundo "de la perdición" sus ojos hacen que me pierda y olvide del resto, de mis deberes y obligaciones. Desde ahora puedo mandar al carajo a todo el mundo.

-Buenos días Camila. -digo embobada con una sonrisa.

-Buenos días. -responde y toma mi mano.

Me gustaría quedarme así por más tiempo, pero no entra en mis planes. Hay mucho que hacer...

-Ya hemos dormido suficiente. Venga, vamos -me levanto de la cama y su mano persiste en qué me quedé.

-Todavia no, dale un rato más...

La miro frunciendo el ceño ligeramente. Estoy a punto de ceder y cuando decido volver a entrar a la cama...

-Lucia, ve a la tienda. -aparece mi madre y su vestimenta delata que está trabajando.

-De acuerdo... -suspiro y me encamino a coger una camiseta y a peinarme la greña que traigo.

Me veo en el espejo y noto que mi cabello a adquirido el look de la novia de Frankestein.

Mi mamá sale de mi cuarto y yo sigo en mi tarea de seguir peinando mi greña, cuando terminó, me hago una coleta de caballo y me dispongo a coger una camiseta y pirarme a la tienda de la esquina. Me quito el pijama y en el borde de la cama, empiezo a cambiarme, pero unos cálidos brazos me abrazan por detrás. Si antes sentía mi cuerpo frío, ahora lo siento cálido.

-Camila, deja de jugar, tengo que ir a la tienda. -dijo tratando de quitarmela pero ella sigue abrazándome con fuerza.

-No quiero. -susurra en mi oído y suspiro.

Y yo tampoco, quiero contestarle de vuelta, pero. ¿Eso a dónde nos lleva? Si no te lleva a ningún lado, entonces no sirve. Me apartó sin ser brusca y me pongo la camiseta, miró a Camila y veo que está roja mirando al suelo con nervios. ¿Y a esta que le pico? No le doy vueltas al asunto y me voy de mi cuarto. En la cocina me encuentro a mi madre revisando unos papeles con el semblante serio.

-Ya voy a la tienda -digo y cogo el dinero-. ¿Todo está bien mamá? -pregunto y me mira sorprendida, como si la hubiera pillado haciendo algo indebido.

-Me diste un buen susto -dice y las dos reímos, pero me intriga verla viendo los papeles con preocupación y angustia.

-¿Pasa algo mamá? -vuelvo a preguntar y esta vez, me acerco a su lado, pero no me deja ver los papeles.

Dos Corazones, Una Apuesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora