Capítulo 30: La última cita

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ALLISON POV

En multimedia - Ahora tú

Hay tres cosas que destacar de mi salida con Melanie.

Una, que se sintió increíble la salida, segunda, desbordes de sentimiento y tercera, que estoy dando rienda suelta a estos sentimientos que creí que estaban muertos en esta situación.

El amor, para mí no es más que algo sin chiste y pura perdida de tiempo.

Pero desde que ella llegó, todo ha cambiado.

La chica nerviosa, me regaló una noche de estrellas, encima de una rueda de la fortuna, creyendo que ese es el mejor regalo que me ha podido dar. Pero no. El mejor regalo que me ha dado en estos momentos, es haberla conocido.

No sé a quién debo agradecer por haberla conocido, pero agradeceré a quien haga falta porque me sucedería eso. ¿Esto podría tratarse de una casualidad? Tal vez, digo Melanie Dashton y yo somos compañeras en el salón, es lógico que la conociera antes de que ella entrará a mi vida de esa manera. Pero a pesar de que ella sea obstinada, torpe y lo que sea, es especial.

Quiero ser sincera respecto a lo que comienzo a sentir por ella. Pues estoy dejando que estos sentimientos den rienda suelta y eso es lo que hice ayer. Melanie y yo nos quedamos abrazadas observando las estrellas, el tiempo que duró la rueda de la fortuna y después de eso, nos fuimos tomadas de la mano. Me permití en esa noche decirle cosas a Melanie y Melanie a mí.

Pero también sucedió algo más en esa noche.

No llevé a Melanie directamente a su casa después de salir de »Magic Planet« nos desviamos y la termine llevando a un lugar donde teníamos una perfecta visión de las estrellas y del mar. Melanie tan emocionada como siempre, salió del auto y se fue a sentar en la arena mientras admiraba el mar. Poco después la acompañe y ahí nos quedamos un buen rato, hasta que su madre la llamo y no me quedo de otra más que llevarla a su casa.

Una vez que la dejé en su casa, regresé a mi casa muy tarde y trate de dormir, pero todo intento fue en vano, ¿cómo podía sacarme de la cabeza sus ojos y su sonrisa? Definitivamente no podía conciliar el sueño. Pero mi remedio, fue simplemente dormirme pensando en ella.

***

Al igual que la mayoría de la población, no soy fan de los martes.

Asistir a clases por las mañanas, es lo mismo a darse un paseo por el polo norte, pero de cualquier forma soy amante del frío.

Como es época de invierno, ni nariz se puso roja y la traigo tapada.

En el salón, portó un abrigo café oscuro, con el uniforme habitual y mis botas negras. A mi lado visualizó a Tiffany, y hago un ademán con la mano para que se acerque.

-Quiero ser clara contigo -hablé ronca-. Lo que pasó entre tú y yo es parte del pasado. No quiero volver a verte más.

-Pero no puedes dejarme botada cuando se te plazca, Allison -replica. Mi paciencia está empezando a colmarse.

-Esto se acabó, Tiffany -dije con frialdad.

-¿Y por qué? -preguntó.

No supe que decir por un momento.

Pero mis razones eran ella.

-Simplemente ya no puedo verte más -espeté.

-No lo acepto -dice. -Yo aún quiero verte. No te puedo perder tan fácilmente.

-Tiffany, entiende que esto ya se acabó.

Justo cuando iba a abrir la boca, miré que Melanie había entrado al salón de clases.

Dos Corazones, Una Apuesta Donde viven las historias. Descúbrelo ahora