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Capítulo 3

Narra Lex.

Apoyo la laptop en un costado y con una mirada algo cansada me voy  acercando a la puerta de la casa, no tenía caso seguir ocultándose, sale unos minutos para respirar el suave olor de las rosas que estaban plantadas en el lugar, hace un mueca de disgusto al sentir un cosquilleo en su nariz por el olor tan especial y única que le acechaba mientras decidía volver a entrar para poder tomar un vaso con agua fría, afuera estaba comenzando a sentirse el calor. Estaba en el tercer mes de su embarazo, casi al cuarto y lo único que había conseguido en esas fechas por parte de Clark había sido absolutamente nada, simplemente estaba viviendo su vida normal el contrario, su aburrida y predecible vida de superhéroe. De cierta manera se sentía algo triste de ver qué no le importaba del modo que antes pudo hacerlo, extrañaba la relación inseparable que tenían ambos, cuando vivía en Smollville, antes de volverse un enfermo por querer saber todo de él, cuando su única preocupación era despertar y que aún lo amara el menor con el mismo fervor que el día anterior.

Detiene su andar hasta la cocina cuando siente un gusto algo conocido en su boca, se acerca al baño y hace un gesto lleno de furia por el sabor— Odio este gusto.— Murmura, lavándose los dientes con pasta e intentando que disminuyeran el sabor a Metal y sangre que había en su boca.

Mira sus encías y hace un gesto de enojo al ver qué sangraban, otra nueva cosa que había conseguido, que le sangrara la nariz y los dientes cuando menos lo esperaba. La razón de que las encías sangraran en el embarazo era porque aumenta el riego sanguíneo a todo el cuerpo, incluida la boca. Ya había tenido que escucharlo por el Doctor Trobaski, el mejor que había conseguido y que lo estaba atendiendo en toda consulta que tenía, iba hasta su casa para atenderlo y si debía inspeccionar algo más de fondo lo llevaba hasta el laboratorio que tenía la casa para que pudiera encontrar todo lo necesario, hasta el momento el embarazo estaba yendo como uno normal, pero eso no significaba que todo iba a seguir igual durante los siguientes meses, podía cambiar algo, después de todo estaba cargando a un bebé Kriptoniano y humano.

— Pa, estoy en casa.— Se escucha un grito provenir de la ventana más cercana de la casa.

— Hola, hijo ¿Cómo pasaste tu semana con tus amiguitos? Espero que tú novia tóxica se haya decidido alejar completamente de ti.— Menciona la última parte con real enojo, camina con impaciencia hasta cerca del menor y le da un apretón en el hombro. — Lo decía de verdad la primera parte, como te fue con el grupito molesto que llamas amigos? — Está vez pregunta sin sonar tan duro.

— ¡Bien! Detuvimos a Plasmus que escapó de la prisión sin sufrir mucho daño en las propiedades, también detuvimos a Psimon después de casi dos meses de buscarlo por haciendo cosas ilegales , sino fuera tan escurridizo hubiera terminado antes la misión. — Menciona, deja su chaqueta en el sofá del lugar, sentándose de manera precipitada en el sitio.

— Entonces, viniste directamente desde la misión hasta aquí? — Pregunta, levanta una ceja y lo mira con una expresión leve de enojo. — No te detuviste para bañarte?— Vuelve a abrir la boca con disgusto al ver cómo el menor esquivaba la mirada.

— Pensaba bañarme cuando estuviera relajado, estoy muerto ahora.— Pone su mejor carita de perro triste.

— Conner.— Habla con tono severo. — Ve a bañarte.— Señala la puerta.

— Pero-...— Comienza a buscar una forma de escaparse. — Bien, iré.— Hace un puchero y se dirige con pasos lentos hasta la puerta.

— Si fuera por él no se bañaría hasta dentro de un mes, le huye al agua.— Susurra.

ᴘʀᴇɢɴᴀɴᴛ || ᴄʟᴇx ||Donde viven las historias. Descúbrelo ahora