Capítulo 15

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-Está conmigo aquí.
Hugo se levanta de la cama sin hacer ningún ruido para no despertar a Eva, que sigue aún dormida.
-Sí, está perfectamente. Claro, te iré contando, tú a mí también.
Eva abre los ojos y se estira.
-Vale vale. Hasta luego, Ángel.
La castaña se da la vuelta para poder mirarle y cuando le ve despistado se levanta y va de puntillas hasta él.
-Buenos días. -Musita en su oído pasando sus brazos por su cintura y enganchándose a él.
Hugo da un brinquito por el susto y se gira para estar cara a cara.
-Buenos días. -Deja un suave beso sobre sus labios. -¿Has dormido bien?
-Sí, hacía mucho tiempo que no dormía así de bien.
Le sonríe enseñando los dientes y se pone de puntillas para darle otro beso.
-Vamos a desayunar, anda.
-No tengo hambre.
-Te entrará cuando te ponga mis supergofres delante.
-Admito que te salen muy buenos y que en otro momento se me haría la boca agua, pero de verdad que no puedo comer nada.
Hugo suspira frustrado.
-Está bien pero aún así te preparo uno y te lo dejo en el microondas por si te entra hambre a lo largo de la mañana.
-¿Tú no estarás?
-Tengo trabajo, Eva, ya lo sabes.
La castaña se sienta sobre el sofá y se cruza de brazos.
Hugo antes de que empiece a hablar, ya sabe por dónde va a ir la conversación.
-¿Y hoy no puedes faltar? Diles que estás muy malo.
-No puedo hacer eso. Nunca he faltado por estar enfermo y no voy a empezar a hacerlo ahora porque tú quieras.
-Hay una primera vez para todo.
-He dicho que no.
Eva se da la vuelta y enciende la televisión. Por sus acciones y que no le ha vuelto a dirigir ni una mirada Hugo puede notar que se ha enfadado.
-Eva. -Dice un rato después cuando ha terminado de desayunar. -Me voy ya.
-Adios. -Seca.
-No te enfades, anda. Perdón por haber sido tan brusco, te compensaré, lo prometo.
Eva le mira.
-Bueno, vale.
Hugo sonríe y deja un beso en sus labios antes de cerrar la puerta tras de sí.

-Buenos días. -Saluda Hugo a algunos de sus compañeros y camina con rapidez hasta su despacho.
Está tan confundido por el cambio repentino de actitud de Eva, que hasta tiene ganas de meterse de lleno en el caso de la bomba. Antes tenía miedo y ahora curiosidad, por eso el retrasar resolver el caso, se había acabado, iba a empezar a tomárselo muy en serio. Tenía que hacerlo. Por las personas que murieron y por supuesto, por Eva y su pasado.
-Enano.
Ángel irrumpe en el despacho cuando Hugo está por pinchar ya en la carpeta de bomba.
-Dime.
-Dani ya está estable. Creo que a pesar de ser un cabrón es una buena noticia, por lo de Eva, ya sabes.
-Sí, es genial.
Intenta sonreír.
-¿Te pasa algo?
-Solo estoy preocupado.
-Ah, ya, lo que me contaste. Sigue actuando raro, entonces...
-Sí, la verdad. Ella dice que no pero yo soy muy consciente.
-Lo resolveremos. -Le mira a los ojos. -¿Y ahora que estás haciendo? -Señala el ordenador.
-El caso de la bomba. Creo que lo he retrasado demasiado tiempo. Tengo la intención de poder haberlo resuelto para antes de navidad.
-Ojalá y sea así. Puedo ayudarte en todo lo que necesites.
-Gracias, Ángel.
-Nada, enano. Nos vemos luego.
Finalmente Hugo vuelve la vista a su ordenador y hace click en la carpeta de la bomba.
Se abre el archivo y muestra una descripción detallada del caso acompañado de algunas fotos que Hugo reconoce al instante de haber visto el día que fue al lugar del crimen.
Se pasa toda la mañana tomando apuntes y mete en un pendrive toda la información para seguir el estudio desde casa e imprimir las fotos.
A la hora de la comida sale a despejarse y se encuentra cara a cara con Dani sentado en la entrada de la comisaría.
Hugo dirige su mirada hacia él sin sentirse intimidado y Dani se la devuelve con una sonrisa que a cualquiera le hubiese dado miedo, pero no al rubio.
-Enano.
Ángel se sitúa junto a Hugo y le separa a un lado, lejos de Dani.
-¿Se puede saber que coño hace aquí?
-¿Tú qué crees, Hugo? Van a interrogarle y hasta el día del juicio le van a tener bajo vigilancia, después ya veremos que pasa.
-¿Y con Eva? ¿Qué va a pasar con ella?
-Esta mañana hemos ido al piso de Dani y se ha podido demostrar que fue en defensa propia, puedes estar totalmente tranquilo.
Hugo suspira aliviado
-Un problema menos.
-Sí. Por cierto, estaba pensando pasarme luego contigo para verla. Pero no estoy seguro de si es buena idea ¿lo es?
-Sí, claro. Espérame a la salida.
-Está bien. Tengo que volver para vigilar a Dani. Luego voy a tu despacho para irnos. ¿Has descubierto algo nuevo del caso?
Hugo asiente.
-Eran más de uno.
-¿Qué?
-Había más de un atacante.
Ángel le mira sorprendido.
-Entonces... ¿No estamos buscando a un solo asesino?
-Exactamente. Y tengo la sensación de que la bomba fue puesta solo para estar seguros de acabar con la vida de todos. Hay restos de agujeros de bala por toda la zona. Algo en lo que no caí en el momento por...
-Eva.
-Sí.
-Muy bien, enano. Si descubres algo más...
-Te lo digo, lo sé.

-¿Nos vamos?
-Sí, claro.
Hugo cierra su despacho con llave y se guarda el pendrive en la cartera del trabajo.
-¿Has descubierto algo más?
-No me ha dado tiempo. He recibido mucho trabajo por la tarde pero me lo llevo a casa por si puedo investigar más antes de acostarme.
Ángel asiente.
-Sí quieres esta noche puedo quedarme a dormir y ayudarte con ello.
-Gracias por la oferta, pero no creo que sea buena idea.
-Es verdad.
Entretenidos con la conversación no se dan cuenta de en qué momento están ya frente a la puerta de casa de Hugo.
El rubio abre la puerta y busca a Eva con la mirada.
-Estará en el jardín.
Pero en el jardín tampoco está.

Eva y Hugo - Carpe diemDonde viven las historias. Descúbrelo ahora