Corre, está detrás de ti

Lugares cambiados - parte 3

(Olvidé que los estaba subiendo xD)

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Al final, la guerra concluyó con éxito.

Obito había peleado al frente junto con Gai y su escuadrón. Las aldeas habían entrado en conflicto por problemas de poder, la aldea de la hoja había sido traicionada por la aldea de la lluvia y había roto los lazos y tratados de paz.

El combate no fue suficiente, la liberación de las bestias y el enfrentamiento por ellas fue el último paso, y también el más devastador.

Obito se movió con sus alumnos al frente para proteger a Kushina. Naruto intentó defender a su madre, Sasuke lo detuvo y al final fue Minato quien se arrojó al fuego. Ninguno escapó.

Todavía es capaz de ver las cenizas en el aire, el rostro quebrado de Naruto, los intentos enloquecidos de Sakura por traer de vuelta a Kushina a la vida cuando no había quedado nada más que cenizas.

Fue cuando Obito perdió a su maestro que sintió la desesperación y el profundo dolor.

Su poder secreto se disparó entonces. El Magekyou Sharingan brotó en sus ojos y pudo activar el Kamui.

La victoria sucedió rápidamente después de eso, con Obito al frente se llegaron a acuerdos de guerra, renuncias, rendiciones, alianzas, y finalmente, alcanzaron la paz.

Obito se mueve hacia adelante ahora, levantando el bore del sombrero de Hokage para mirar.

La ceremonia de nombramiento acaba de concluir y todavía se siete cálido y conmovido, había llorado mientras nombraba a Minato, mientras palmeaba a Naruto en el hombro y sus antiguos compañeros lo felicitaban, todos ellos sinceros y agradecidos.

No hace ningún ruido cuando abandona la torre y avanza sobre los callejones de la aldea hacia su departamento. Algunas calles son largas y nuevas, todavía hay casas destruidas en algunos extremos y puede ver lo que quedó del viejo edificio del hospital. Nada más que la corteza de un viejo árbol quemado, trizas de cascarón.

Obito quiere detenerse y ayudar, quiere ir a levantar escombros y ensuciarse las manos con la tierra, ayudar a levantar casas, cruzar el pueblo con ancianas, correr, empujar.

Sin embargo, Obito no puede dejar de caminar al frente con prisa, como si tuviera una especie de cuerda tirando de él.

La aldea estaba a salvo ahora, era solo cuestión de tiempo para repararse, para levantarse como siempre de entre la destrucción. Mucho más fuertes que antes.

Obito sube el último tramo hacia los edificios de la aldea y salta a través de los tejados inclinados hasta dar con su balcón, donde empuja las puertas.

Adentro puede sentir la calidez de la habitación, sus sentidos perciben las sensaciones y los olores, una pequeña llovizna dulce llena sentimientos conmovedores y fuego juvenil y pasional.

— ¡Obito! — la voz de Gai suena al fondo, detrás de las cortinas, y Obito se mueve rápidamente para mirar — ¡¿Cómo te atreves a irte sin mí?!

El dedo de Gai está apuntando al frente con acusación. Él lo mira y parpadea, ni siquiera parece preocupado por las vendas que rodean sus manos o por los huesos rotos, como si no hubiera estado desmayado un mes completo.

— Gai, no podía llevarte, ¡estás desecho! — le dice y cierra la ventana lentamente a sus espaldas.

Gai gruñe y se revuelve incómodo entre las sábanas, parece dispuesto a saltar en cualquier momento hacia el piso y retar a Obito a algún nuevo desafío, probablemente a algo demasiado loco como comer hasta reventar o escalar montañas, solo como una vieja costumbre que tenían para comenzar.