Que esta amistad nunca termine

614 60 112
                                    

NA. (Ya llegó el circo, traigan las sillas)

(Algunos de los capítulos no son estrictamente románticos, pero sí son alrededor de una situación entre ellos dos. Sin duda alguna, la mayoría son una locura o una tontería. )

------------------------------------------------------------------------------

Todavía era un poco extraño para Kakashi pensar en la forma en la que las cosas terminaron así.

Los había visto discutir antes, pelear, ignorarse, y luego simplemente olvidarse el uno del otro sin pestañear.

Las cosas se habían salido de control cuando Obito decidió que era buena idea enfrentar a Gai. Él había saltado delante de su camino y lo retó a un duelo, y luego de que Gai accediera simplemente se unió a esa estupidez.

Ambos se habían enfrentado entonces, pelearon delante de ellos, y luego siguieron peleando y peleando hasta que realmente ya no lo hicieron más.

Era interesante como habían cambiado las cosas desde entonces. Gai no había dejado de llamarlo "rival" y de vez en cuando todavía lo perseguía para algunos duelos, sin embargo, parecía haber encontrado otra persona a la que aferrarse y molestar durante la mayoría del tiempo.

Obito también cedió lo suficiente hacia Gai. Se desaparecía constantemente y faltaba a los entrenamientos con Minato solo para perseguir a Gai y ser arrastrado a sus propios métodos de entrenamiento y extraños retos que Gai de vez en cuando inventaba para variar.

Rin se había reído de Kakashi cuando lo encontró espiándolos en el campo de entrenamiento un día. Ellos jugueteaban, reían, de vez en cuando se lo tomaban muy en serio pero entonces Obito decía una tontería y Gai lo seguía sin pensar.

Kakashi había negado a las palabras de Rin cuando ella le dijo que estaba celoso. Rodó los ojos y gruñó, porque la simple idea era lo suficientemente ridícula por sí misma y antes de que Rin pudiera decir cualquier otra cosa Kakashi los dejó en paz.

Era mejor de esa manera, pensó entonces, mientras simplemente dejaba que Obito se llevara la atención y las energías de Gai y él se libraba de los dos cabezas huecas porque no lo afectaba... al menos no más allá de lo visual.

Obito se presentó un día con esa cosa al reunirse con su equipo. El feo traje verde que Gai le había dado brillaba en su cuerpo, encajaba de alguna manera y Kakashi casi quiso vomitar por la impresión.

— ¿De verdad vas a llevar eso? — señaló Kakashi y lo apuntó.

— ¡Claro! Gai dijo que se veía genial — Obito sonrió y luego se giró para mostrar el símbolo Uchiha que él mismo había pegado sobre el borde de la espalda. Horrible y espantoso, si pudiera opinar.

Rin lo felicitó por eso, una acción que Kakashi consideraba sinsentido a menos que felicitaras a las personas por lastimarte las retinas. Pero entonces se trataba de alguien que ahora padecía un extraño discípulo de Gai.

Los dejó hacer lo que quisieran de todas maneras. No era como que Obito lo ayudara demasiado en las misiones de todos modos y cuando se aparecían aquellas dos incomodas manchas verdes delante de sus ojos no podía hacer más que correr al sentido contrario y escapar.

Con el tiempo se acostumbró al desastre, a las vistas de Gai en su ventana y a la manera en la que Gai corría por la aldea con Obito como una carga extra en su espalda.

Ellos iban y venían, reían, se divertían, y Kakashi comenzaba a preguntarse porque habían tardado tanto tiempo en darse cuenta que ellos eran tal para cual.

Corre, está detrás de tiDonde viven las historias. Descúbrelo ahora