Preparó un par de sándwiches con la comida que había en la alacena. Al parecer, la madre de Sehun había estado en el lugar hace tan solo unos días.
Caminó por los pasillos. Los retratos de una mujer de unos veinticinco años cargando un bebé recién nacido adornaban las paredes. La felicidad que se mostraba en su rostro era única, llevaba en sus brazos su mayor orgullo, su hijo, sin embargo, el padre no formaba parte de nada. Obviamente, Sehun había sido criado únicamente por su madre y su brote nervioso respondía a la lealtad y amor hacía su progenitora.
Chanyeol podía entender eso, pero no sentirlo. Sus padres habían sido oficiales de policía y, por esa misma razón, nunca pasaban mucho tiempo en casa. Cuando cumplió trece años, ellos murieron en servicio. Nunca tuvo un cariño similar al paterno o materno, jamás. Y, tal vez, eso lo ayudó en su trabajo como soldado, en otras palabras, no sabía lo que era extrañar o perder algo que amas. Él siempre lograba salir adelante, sin el menor esfuerzo.
Colocó la llave en la cerradura y la giró lentamente. Sehun estaba despierto, él lo sabía, había escuchado los gritos desde la planta baja. La puerta cedió.
- Te traje algo para comer.
El joven estaba sentado en la cama, su cabello se veía húmedo y tenía puesto otro traje. Sus ojos se clavaron en él.
- No soy tu enemigo Sehun, créeme.
- No parece.
- Es necesario que lo entiendas. - sentía que lo estaban evaluando - Estás en peligro y correr hacia la nada no es la solución.
- Llévame con mi madre.
- Es imposible.
- ¿Por qué?
- Porque tu madre está en manos de un asesino.
- Eres un soldado, se supone que puedes con eso.
- No siempre.
- Entonces no me sirves. - saltó de la cama y fue hasta uno de los muebles.
- No puedes salir.
- Supongamos que tienes razón... mi madre está muerta. ¿Quién te pagará por mantener encerrado a un niño mimado? En cambio, yo te pagaré para que me dejes libre.
- Claro. Voy a dejar que te maten y, de paso, me volveré cómplice de un asesino. - soltó irónicamente. - Tienes unos enormes deseos de morir, que desperdicio.
- Necesito encontrar a mi madre. - dijo casi sin aliento.
- Pues será mejor que busques otra alternativa, una un poco menos suicida. - le acercó el plato- Come.
Sehun tomó uno de los sándwiches y se lo llevó a la boca. Había tomado un baño para calmarse y pensar fríamente pero no estaba funcionando. El inmenso deseo surgió desde su interior cuando vio la foto de su madre en el escritorio volvía con cada segundo que pasaba.
- Mamá...
- Tienes que mantener la calma y pensar... ¿quién puede ayudarnos?
- Siempre hemos sido nosotros dos.- suspiró.
- ¿Un amigo de tu padre?
- No, él era un bastardo. Mi madre y yo lo odiabamos.
- ¿Por qué?
- Él no quería que yo naciera, incluso me hizo una prueba de ADN.
- No puedes culparlo. Era un anciano con una esposa joven y hermosa, además eres muy lindo y eso no lo sacaste de él... - cerró la boca tan pronto como dijo eso.
- Supongo... - contestó sonrrojado.
- Debo intentar algo... - sacó su celular.
- ¿Qué ocurre?
- No funciona.
- Seguramente no tiene batería, debes cargarlo. - dijo sin importancia.
- Tengo que hacerlo. - lo miró - Dejaré la puerta abierta pero necesito que te comportes.
- Sí, no intentaré nada. - se encerró en el baño.
- Va a ser un día muy largo. - se rascó la cabeza - El ejército no me preparó para esto.
Siete de la tarde y no había hecho ningún progreso con el celular. La carga de la batería estaba a más no poder, pero la señal era fatal. Ya conocía la casa y sus alrededores a la perfección, sin embargo no había logrado sacarle una palabra al dueño durante horas, aunque, al menos, ya no intentaba huir. El joven tenía un carácter fuerte, eso era innegable.
La noche estaba llegando y aún no tenía una idea clara de qué hacer, era frustrante, sobre todo cuando un adulto joven estaba sentado frente a él, esperando algo que no tenía.
- Puedes dejar de hacer eso.
- ¿Qué? No he dicho nada.
- Tus ojos me dicen suficiente, estas culpandome por todo.
- No, estoy enojado conmigo mismo.
- ¿Contigo?
- Sí, ocurre cuando me siento inútil.
- Se llama frustración.
- No, porque la persona que siente frustración queda estancada en su dolor o angustia, en cambio yo, siento que puedo hacer cualquier cosa... - su voz se apagó hacia el el final.
- Eso no suena bien viniendo de un niño pequeño.
- Pequeño es lo que tienes entre las piernas.
- ¿Estas enojado?
- No.
- Pues entonces no te metas con mis cosas y deja de mirarlas con interés.
- ¿Cómo miras mi trasero? - el ojo derecho de Chanyeol titiló.
- Esto no va a llevar a ninguna parte.
- ¿Cómo lo hacen los adultos?
- Suficiente.
- ¿Estás enojado? Mamá dice que un hombre insatisfecho siempre está enojado.
- No estoy enojado.
- Pero sí insatisfecho.
- No.
- Siempre mencionas que soy un niño... ¿te gustaría que me comportara como un adulto?
- Es suficiente Sehun, ahora estas comportándote como uno solo porque no tienes lo que quieres.
- No sabes lo que quiero.
- Quieres ver a tu madre. ¿No?
- Sí... - dijo.
- No me digas que ahora quieres otra cosa.
- Sí, duerme conmigo.
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Proyectil (Chanhun)
RandomPark Chanyeol, ex-soldado, vivió y cometió los peores crímenes que pudieron haber cruzado por la mente humana. Luego de dos años de inactividad es arrancado del pozo del retiro para atrapar a un asesino que no tiene nombre y, mucho menos, rostro. De...