Capítulo 9

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Estaba enojada y a la defensiva, no conseguirían nada de ella.

- Tiene que hacer memoria. ¿Dónde podría estar su hijo? ¿A dónde podría huir?

- No lo encontraron en mi casa... No sé dónde más podría estar mi bebé.

- Señora, entiendo que no confíe pero es importante.

- ¿Confiar? Nunca confié en mi ex-esposo... pero él me dijo que mi hijo estaba en peligro y, entonces, le confíe mi más grande tesoro y no sirvió para nada. ¡Le disparon mientras trataba de huir! ¡Dejó a mi hijo solo!- se levantó de la mesa.

- Por favor tranquilisece. - dijo John- Estoy seguro de que Chanyeol lo está cuidando.

- ¡Pues comuníquese con ese hombre y devuelvanme a mi hijo!

- No debe alterarse, no es bueno para usted.- la mujer se desplomó en la silla y se tomó la cabeza.

- Mi bebé... Llamaré a mis investigadores.

- No, eso alertaría al asesino.

- No voy a dejar solo a mi hijo.

- Necesitamos tiempo, lo encontraremos. - ella suspiró.

- ¿Cuánto necesitan?- dijo mientras se rascaba las manos y contenía las lágrimas.

- Hoy intentaré comunicarme nuevamente con Chanyeol y si no funciona enviaremos una alerta y, en cuestión de minutos, todos estarán buscando a su hijo y a mi soldado.

- Bien... - tomó su bolso y salió de la oficina.

John guardó su celular, su arma reglamentaria y algunos elementos necesarios. Estaba seguro de que encontraría algo en el departamento de Chanyeol, algo que los ayudaría a llegar a ellos.

El viejo reloj de la cabaña marcaba las doce en punto; habían hecho muchas horas de viaje. La modesta construcción se sostenía sobre sus cimientos a pesar de los años y el abandono. Su heredero legítimo destruyó con sus manos las débiles telas de araña que cruzaban por la sala. Los retratos, tapados por el polvo, aún seguían colgados de las paredes. Chanyeol soltó los bolsos en el piso despertando a cualquier ser vivo que estuviera allí, si es que lo había. Sehun abrió una de las ventanas para que el olor a encierro no los ahogara, aunque fue cerrada minutos después por cuestiones de seguridad.

- Las habitaciones deben estar un poco mejor.

- Si tu lo dices...

- Las ventanas son muy grandes,- miró a su alrededor- usaremos las habitaciones.

- ¿Puedo ir al baño? Necesito bañarme.

- Sí, yo arreglare un poco las habitaciones.- Cargó los bolsos sobre su hombro y avanzó. - Debes esperar un momento, acabo de prender la fuente de energía del tablero y puede que el agua aún no esté caliente.

- Bien, te ayudaré mientras.

Para suerte de ambos, los cuartos estaban mejor conservados. Las camas no eran pequeñas pero Chanyeol podía recordar que él apenas cabía en ellas.

- ¿Siempre fuiste un gigante? - preguntó Sehun.

- No, al menos cuando nací. ¿Por qué?

- Porque te quedaste parado mirando las camas como si fuera el fin del mundo. ¿Sabes que nos persigue un asesino?

- Entonces eso quiere decir...

- Estas tan seguro de ti mismo como soldado que solo te asusta no poder dormir cómodo.

- He dormido en peores lugares.

- Pero no pareces acostumbrado.

- Ha pasado un tiempo... tu tampoco eres tan pequeño.

- No estamos hablando de mí.

- Tienes razón.

- ¿Te gusta experimentar?

- No, no puedo arriesgarme a que algo salga mal.

- No todos los experimentos salen mal.

- Aún así no tengo intenciones de hacerlo.

-¿Y conmigo? - se deslizó frente a él. Sus labios estaban húmedos y sus ojos desafiaban a Chanyeol. Era evidente que el niño quería algo y estaba más que dispuesto a obtenerlo.

- No sé de qué estas hablando.- más bien no estaba seguro.

- Y luego dicen que uno no es adulto...

- Disculpa...

- Te estoy insinuando algo. ¿No lo entiendes?

- No te ofendas pero no eres fácil de entender.

- Nunca me lo han dicho. - se sentó en la cama.

- ¿Nunca has conocido a alguien?

- Madre... soldado Park, Chanyeol... padre.

- ¿Estoy en la lista? Soy muy afortunado.

- Eso depende de lo que puedas pensar de mí... algún día.

- Creo que eres bueno.

- Soy bueno... y ¿Estoy bueno también?- Cruzó sus piernas y sonrió.

- No es necesario que lo diga...

- Quiero oírlo.- se recostó en la cama y esperó, en ciertas ocasiones le gustaba esperar.

- Bueno... - Sehun se bajó los pantalones y dejó desnuda sus piernas que se estiraron y se envolvieron con las sábanas atrayendo toda la atención de Chanyeol.

- Continúa.- se quitó los boxers y se tapó con las sábanas.- Te prometo que no voy a dormirme, te estoy escuchando. El guarda espaldas se movió unos centímetros y el joven aprovechó para ponerse boca abajo.- ¿Qué pasa? ¿Te gusta lo que ves?

- No puedo ver mucho.

- ¿Quieres ver un poco? Pues, yo también quiero ver.

- ¿Qué quieres que haga?

- Muestrame un poco, lo que sea y lentamente.

Chanyeol se quitó la camisa y giró para él. Sehun sonrió y corrió las sábanas dejando a la vista sus muslos.

- Son tan blancos...

- ¿Quieres probar?

- Quiero más que eso.

- ¿Lo quieres? Entonces, tómalo.

El soldado se arrodilló junto a la cama y acarició los muslos, sus dedos subían presionando la piel, el objetivo estaba más que claro.

- ¡Ah! ¡Arg!- levantó sus caderas - ¡Mmg! ¡Mmg!- ahogaba los sonidos con la almohada. Los dedos estaban jugando con su sensibilidad.

- Eres magníficamente sensible.

- Debería ser más cuidadoso por ahora, preparame bien... ¡Ah!

- Claro... - acarició la entrada con mas pasión y luego se hundió en ella.

- ¡Ah! ¡Ah!

- Voy a devorarme todo...- siguió lamiendo y saboreando. Los jugos serían para disfrute de ambos.

- ¿Vas a jugar conmigo? ¡Mmmg! ¡Ah!

- Si me das permiso.

- Tienes todo el permiso del mundo...

Proyectil (Chanhun)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora