*Amy
Dos días después.
Llegó el día.....
Nervios atacando.....
Hoy es el día que Andrew y yo acordamos para que nuestras madres se enfrenten y nos den una buena explicación.
El clima era cálido por lo que decidí ponerme un vestido de verano de flores coloridas y unas sandalias casuales, mi pelo lo dejé suelto cubriendo mis hombros por completo. Andrew estaba sentado a mi lado, en uno de los tantos bancos que habían en el solitario parque. Él solo llevaba ropa deportiva, la que lo hacía ver extremadamente guapo, sin olvidar su perfecto cabello rizado, cubriendo la mitad de su frente.
Escogimos este parque por una sola razón. No va nadie.
¿Por qué?
Ni idea.
Se respiraba paz y los enormes árboles brindan una sombra divina, pero ahora lo que menos me importaba era eso. Pues un pájaro decidió dejar su necesidad encima de mi hombro.
-¡Quítamelo! ¡Quítamelo!- gritaba desesperadamente a Andrew.
-Si estuvieras quieta fuese más fácil ¿no crees?- obedecí. Mientras tanto mi chico sacaba un pañuelo oscuro de su bolsillo para quitar esa cosa asquerosa de mi hombro.
-Ya está- suspiré aliviada en lo que Andrew solo estaba ocupado riéndose.
-No es gracioso- dije seriamente. Levantó sus manos en derrota.
Me giré, dándole la espalda, soltando una risilla baja. Fue gracioso después de todo, no lo puedo negar. Imagino mi cara gritando histérica.
-Te escuché, así que deja de disimular- Ups.
-No sé de qué estás hablando- mentí. Quería hacerme un poco la chica difícil. Es divertido ver enfadado a tu novio.
-Ohhh, sí que sabes- se paró del asiento, sosteniendo mi cintura para acercarme a él. Nos reímos como tontos.
La risa de Andrew se fue apagando poco a poco. Me volteé para ver cuál fue el motivo, o quién. Su mamá se dirigía a nosotros con su serio rostro. Era tal y como la recordaba. No ha cambiado ni un poco. Se nota que siempre ha sido la típica mujer elegante que se cree superior a otros. Tacones altos, ropa y bolso de marca y un peinado recogido elegantísimo.
Por detrás de Andrew, vi a mamá venir, con ropa sencilla, tal y como ella, su pelo recogido con una coleta.
Parece que cubríamos sus caminos y no lograban verse una a la otra. Di un paso atrás, luego mi novio hizo lo mismo. Ellas quedaron perplejas, lanzándose miradas asesinas.
Vamos a ver como va esto.
-¿Que es esto?- preguntaron al unísono sin apartar sus miradas.
-Fuimos nosotros- admitió Andrew sosteniendo una de mis sudorosas manos- Las citamos a ambas aquí para acabar con esto de una vez.
Mamá miró a Andrew desconcertada. Supongo que ya se dio cuenta de que su nombre nunca fue Abraham.
-Aquí no hay nada de qué hablar- negó la elegante mujer con tono repugnante- ¿y ustedes- nos señaló con su dedo índice- no están demasiado grandecitos para estar haciendo estas bromas de mal gusto?
-Si no hay nada de qué hablar ¿por qué estás tan nerviosa?- dijo mi chico con firmeza. La mujer entrecerró sus ojos para luego dar vuelta e irse por donde vino. Mamá con un paso logró alcanzarla, tirando de su brazo para enfrentar nuevamente sus caras. Se soltó al instante.
-Ellos tienen derecho a saber sobre TÚ traición- gritó mamá exasperada. Ok, esto ya se estaba saliendo de control. El enojo que tenía mamá, brotaba por sus poros. Nunca la había visto así, o por lo menos jamás le he dado motivos. Y ahora, por lo que estoy viendo delante de mí, debo tener cuidado de no hacer ninguna pendejada, si no sería mi fin.
-¿Traición? ¿De qué hablas?- finalmente hablé después de terminar con mis pensamientos acerca de mi posible prematura muerte.
Ninguna de las dos se atrevió a hablar durante un rato. Este silencio ya me estaba poniendo los pelos de punta.
¿Por qué no decirlo y ya?
¿A caso es tan grave?
-Acabemos con esto- ordenó mamá levantando su mirada del suelo- Ella es tu-
-Tía. Soy tu tía Margaret- espetó, terminando por ella.
-¿Qué? Eso no es posible- en realidad ¿cómo esta señora taaan diferente es mi tía?
Mamá, las pocas veces que me hablaba sobre nuestra familia, mencionaba que vivían lejos de la ciudad, por lo que no insistía sobre esa tema. Me mintió.
-Cierto, eso es imposible- Andrew rió entre dientes nervioso- Amy no puede ser mi prima.
-No he dicho que lo sea- dejó de mirar a Andrew para fijar su vista en el suelo- Ella es mi hermana pero tu- hizo una pequeña pausa- no eres mi hijo biológico- su voz se quebró en la última frase.
Lágrimas corrían por las mejillas de Andrew. Intentaba separarlas pero solo salían más y más.
-Soy adoptado entonces- afirmó regresando a sentarse en el banco. Se pasaba sus gruesas manos desesperadamente por el cabello con frustración.
-Hijo, yo- se acercó a él.
-¿Hijo? ¿Crees que tienes derecho a llamarme "hijo" después de lo que has dicho?- levantó su cabeza mostrando sus ojos rojos- Esto también quiere decir que papá.....- ella asintió.
Este es otro golpe para Andrew. Después de tantos días sufriendo tratando de superar la muerte de su "padre" para que ahora se entere de esto. Saber así de golpe que las personas que cuidaron de ti, que te protegieron mientras crecías, las que te enseñaron tus primeros pasos y palabras, no son tus padres, es realmente muy triste.
Imagino que ya todo está dicho.
No más, por favor......con esto ya era suficiente.
-Eso no es todo- anunció mamá, haciendo caso omiso a mis ruegos internos.
-Margaret y yo nos peleamos debido a tu padre- comenzó, tomando mis manos.
-¿Papá? ¿qué tiene que ver él en todo esto?
-Después de que nacieras, nos abandonó debido a ella- cortó nuestras miradas para fijarla en Margaret.
Ya no sabía ni qué pensar. Esto era como de telenovelas o algo. Mi vida se convertiría en un caos después de esto. Andrew no me miraría de las misma forma amorosa de antes, no podría conocer a su familia ni él la mía como las parejas normales. Ya nada sería igual y eso me asustaba.
-Así que mi padre está muerto- mi voz sonó triste al recordar que murió debido a un tumor.
-¿Cómo dices?- mamá obviamente no lo sabía. En ese entonces no tenía motivos para contarle.
Le dije todo sobre él. Al menos lo poco que sabía, que Andrew me contó. Mamá lo amaba, pero sé que nunca lo perdonaría por no solo abandonarnos, sino también por traicionarla, y con su hermana.
Jamás sospechamos sobre nuestros apellidos ya que mamá decidió cambiarlos. Dice que no podía reconocer que Margaret no era su hermana y no quería saber absolutamente nada de lo que pasaba con su vida. Todo estaba jodidamente planeado. Mamá se entristeció por la noticia, pero fue incapaz de soltar siquiera una lágrima. Todo ese rencor lo lleva atorado en su pecho.
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Bajo Las Estrellas
Teen FictionAmy Thomes y Andrew Benson son mejores amigos desde que tenían la edad de 8 años. Varios acontecimientos suceden y su amistad queda destruida, cada uno tomando caminos diferentes. ¿Sería solo amistad? ¿Por qué la razón de su separación durante la ni...