Capítulo 18

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*Andrew

¿Por qué ocultarnos esto por tanto tiempo? ¿No se daban cuenta de que en algún momento debían decirnos la verdad?

Enterarte de que eres adoptado, es duro. Otros podrían decir que solo es cuestión de tiempo adaptarte a la noticia, pero para mí no lo es. Es muy difícil. Mark no era mi padre, aun así siempre lo querré como el que no tuve. Jamás olvidaré cada minuto que pasé a su lado.

Sentados en el borde de mi cama, Margaret me explicaba las razones por la que me adoptó y toda esa historia. Ella no pudo tener más hijos después de que naciera Matteo. Todo se volvía incómodo, incluso estar dentro de esta casa.

-¿A dónde vas?- preguntó preocupada cuando estaba a punto de salir de la habitación.

-Necesito aire fresco- no la miré, juro que no podía hacerlo. Sentí como recorría una gran furia por todo mi cuerpo. No solo estaba así por ella, sino también conmigo mismo.

*Amy

Mentiras.

Verdades que son ocultadas.

¿Para qué?

Recuerdo claramente aquella noche, donde mamá me pidió que le diera tiempo para contarme sobre TODO. No pensé que pasarían tantos años. Segura estoy de que todavía estuviésemos esperando, si no hubiese sido por el inteligente plan de Andrew.

¿Cuándo pensaba contarme?

Esta pregunta pasaba por mi cabeza desde que abría mis ojos en la mañana, hasta cerrarlos por la noche. Ya no preocupaba más esa pregunta, sino lo que pasaría de ahora en adelante.

Llamé a Gracy para que pasara el rato conmigo. Muchas personas en mi situación preferirían estar solas pero yo la necesitaba a ella. No tardó más de quince minutos en llegar.

-Me estas jodiendo ¿cierto?- sí, es muy expresiva. No tardé en decirle todo lo que pasó hoy.

-Esto es todo tan confuso- pasé las manos por mi cara con frustración.

-No entiendo- la miré desconcertada- ¿no era eso lo que querías? ¿saber la verdad?- se levantó de la silla de mi escritorio para acercarse a mí.

-Si, pero-

-Entonces, ya está. Todas tus preguntas han sido respondidas, ahora solo queda seguir adelante y no lo harás sola, me tienes a mí- explicó seria. No común en ella.

-A veces me asustas- reí

-Puedo a veces estar un poco chiflada pero te puedes encontrar con una Srta. Thompson intelectual- se puso unas gafas de ver que estaban en mi escritorio.

-Un poco chiflada, dices- reí de nuevo.

-Vamos- enunció, dejando las gafas en su lugar y me tomó de la muñeca para levantarme de mi suave y cómoda cama.

-¿A dónde? Hoy no estoy para nada de humor- expresé con cansancio, soltándome de su agarre.

-No te preguntaba, lo afirmaba- cruzó los brazos- así que ahora mismo te levantas y te pones algo sexy que no vamos a volver hasta bien tarde- enarqué una ceja ante su tono de mandato.

En parte, sí necesitaba salir y despejar mi cabeza llena de problemas.

Al instante me sonrió victoriosa cuando vio levantar mi trasero de la cama para dirigirme al closet.

-No, no, no. De eso nada- se interpuso delante de mí, evitando que abriera el armario. La miré confundida ante su acción- Esta noche tu ropa se quedará ahí- señaló el closet.

¿Qué tramas Grace Thompson?

Algo bueno no es. Estoy segura.

Se dirigió a su grande bolso, sacando un conjunto de ropa.

Tiene que estar bromeando.

-Hoy te pondrás esto- extendió las prendas hacia mí

-¿Como estabas tan segura de mi decisión?

-Soy tu mejor amiga ¿recuerdas?- guiñó un ojo.

Amo a esta chica.

Después de un largo rato dentro del baño, me digno a salir. Gracy estaba tumbada en la cama con su celular en la mano. Aclaro mi garganta para captar su atención. Con lo cual tuve éxito.

Abrió sus ojos como platos, contemplándome de arriba a abajo.

-Ni de coña- me quejé señalando el atuendo. No era para nada mi estilo. Jeans negros bien ajustados, combinados con una blusa roja estilo corsé, sin tirantes igualmente ajustada, dejando un poco descubierto mi abdomen- Parezco una pu-

-Nada de eso- me interrumpió- ¿Cómo te atreves a faltarle al respeto a mi querida y hermosa ropa?- puso la mano en su pecho dramáticamente.

Ella no lo quiere aceptar, pero a veces es más dramática que yo.

-Solo será esta noche y juro que nunca más te pondrás nada mío- rogó, poniendo ojos de cordero.

¿Cómo decirle que no a alguien que hace esa expresión adorable e irresistible?

-Está bien- acepté poniendo los ojos en blanco.

Sentí un gran alivio al saber que no había traído zapatos. No usa nada más que zapatos altos (excepto en la escuela). Me puse mis Vans color vino, mientras Gracy estaba en el baño.

-Al fin- dije cansada cuando salió. Vestía unos Jeans como los que yo llevaba, una bonita y holgada blusa de mangas largas con siluetas negras y sus zapatos de tacón fino, negros.

Ya listas, bajamos y recordé que no le había contado sobre la repentina salida a mamá. Le dejé una nota sobre la mesa.

Salí con Gracy. Regresaré sobre las 12:30

Contaba con suficiente tiempo para divertirme. Solo eran las 7:00. Hora de pasarlo bien y olvidarnos de todo. Aunque sea por un rato.

Bajo Las EstrellasDonde viven las historias. Descúbrelo ahora