*Andrew
¿Thomes?Tantos recuerdos a los que ese apellido me regresa. Aquella pequeña chica de cabello castaño con ondas y siempre largo, tan traviesa y hermosa a la vez.
¿Será que un niño de solo ocho años, aquel entonces, podía tener sentimientos tan fuertes?
De alguna forma tendré que acercarme a ella. Necesito saber el porqué de mis repentinas dudas. Pareceré un demente, pero es que ese apellido no es común por estas zonas.
Han pasado varios días y en la única clase que compartimos, ella ni siquiera me mira e incluso ni me dirige la palabra.
Aquí pasa algo y debo saberlo como sea.
Al terminar la clase de Biología, la veo alistarse para salir del aula. La alcanzo antes de que pudiera salir por la puerta, parándome delante bloqueando su camino.
-Tenemos que hablar- me mira sorprendida por unos segundos pero luego se relaja.
-Si, eso creo- suspira
-Ok, pudiste haberme llevado a un lugar con un olor más agradable ¿no crees?- protesta mirando a nuestro alrededor.
-Que carácter tienes ¿eh?- me da una sonrisa fingida.
Vale, el cuarto de limpieza no era el mejor lugar para hablar, pero sabía que tendríamos seguridad de que nadie escucharía, así que no estaba tan mal ¿o si?
-Bien- trago en seco, cruzando los brazos un poco nervioso- Necesito saber cuál es tu nombre- digo sin rodeos.
-Amy- responde. Mis ojos se abrieron tanto que pensé que se saldrían.
-¿Amy?- todavía no podía asimilar lo que estaba pasando ¿Era ella?
-Si, Amy Thomes- repite- Sabía que eras tú.
Saltó a mis brazos sorprendiéndome. Ahora entendía todo y no estaba equivocado. Era ella. Respondí a su abrazo como si todo dependiera de eso.
La había extrañado demasiado.
Cuando ella se separa, enseguida limpio una lágrima que sin darme cuenta corría por mi mejilla. Amy hizo lo mismo, quitando las suyas.
-Tenemos tanto de qué hablar- dice emocionada. Asiento. De pronto me lanza una mirada asesina, la que me deja confundido- Empezando por unas disculpas, sabes que no olvido las cosas tan fácilmente- tenía razón. Me había comportado como un imbécil las veces que la choqué.
-Ya hablaremos sobre eso
-Vale. Ahora salgamos de aquí que no aguanto más ni un segundo este lugar horrendo- reímos saliendo para ir a las siguientes clases.
*Amy
Tengo un desorden de emociones que recorren todo mi cuerpo. Es imposible controlarlo.
Terminada la escuela, nos quedamos Gracy y yo en el estacionamiento, ya que tenía que contarle sobre mis positivas sospechas. Todo era muy emocionante, sí, pero ambas sabemos lo que podría ocurrir si mamá se enteraba sobre eso. Decidimos callarlo, aunque sea por un tiempo. Nos despedimos, cada una cogiendo por su camino a casa.
Mamá ha estado ocupada todos esto días en el trabajo. Tanto así que cuando llega, ni me entero.
Estoy haciendo la odiosa tarea de Mates cuando me viene la perfecta cara de Andrew a mi mente, dejando escapar una leve sonrisa. Ha cambiado tanto, en general. Pienso en nuestros "encuentros" anteriores y no me creo que haya sido tan grosero, con lo dulce y cariñoso que solía ser. De que sería alto, nunca lo dudé. Sus delicados y finos labios que llaman mi atención desde la primera vez que lo vi, al igual que sus ojos que tanto he descrito. Su piel es tan blanca como la mía y suave. Algo que nunca olvidé fue su delicioso olor característico, como a caramelo. Su cara era prácticamente otra a como la recordaba.
¿Cómo sería posible que lo reconociera?
Me alegro de que haya sido para mejor porque se ha vuelto más guapo de como era. Debo admitir que nunca me he olvidado de él. No sé cómo es posible amar a una persona por tanto tiempo.
Aunque apenas eran las 6:00pm, mi cuerpo necesitaba descansar. Las matemáticas ya me estaban agobiando. Recosté mi cabeza sobre el escritorio y sin pasar cinco minutos, ya me había dormido.
*8:00pm
Como ya era de costumbre que mamá regresara tarde, ella me enseñó a hacer de todo para que no pasara trabajo mientras me quedaba sola en casa. No sentía deseos de cocinar, así que solo preparé unos fideos que se cocinan en el microondas.
Me siento frente a la tele mirando mi peli favorita "The Kissing Booth". No había probado ni un fideo cuando siento que llaman a la puerta.
Maldición!!!!!
Levanto mi trasero del sofá enojada y me dirijo a la puerta.
No quieran conocer a la Amy malhumorada que interrumpen mientras come.
El fresco aire de la noche impacta mi cara, haciéndome estornudar.-Salud
Levanto la vista y me encuentro con sus ojos tentadores.
¿Qué hace aquí?
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Bajo Las Estrellas
Genç KurguAmy Thomes y Andrew Benson son mejores amigos desde que tenían la edad de 8 años. Varios acontecimientos suceden y su amistad queda destruida, cada uno tomando caminos diferentes. ¿Sería solo amistad? ¿Por qué la razón de su separación durante la ni...