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Martes

Peter se despertó cuando un poco de luz entró en la habitación, a través de las cortinas oscuras. Miró a su alrededor preguntándose qué pasó y cómo terminó en una habitación tan hermosa.

El reloj de la mesita marcaba las 8:00. Se incorporó y se rasco la frente, palpó una venda y palpó otra a su costado. Todo lo vivido la noche anterior, volvió a su mente. El señor Stark lo rescató del ruso y le dio toda su ayuda y su hogar durante la noche. Estaba un poco desconcertado.

Se levantó de la cama, todavía sintiéndose un poco mareado.

Debe ser el sedante y la pastilla para dormir que el médico me recetó.

La cama tenía cuatro postes, él se agarró uno. Vio una silla y se sentó para tratar de recuperarse del mareo. La habitación parecía sacada de un libro de historia del arte. Las cortinas parecían ser de aterciopelada de seda, atadas con cordones dorados que caían. Había apliques colocados alrededor de la habitación y lámparas de lectura en un estilo del Imperio Francés. Las pinturas colgadas en el papel tapiz de seda eran óleos originales y podían compararse con los de antiguos maestros. Reconoció el estilo de los diversos artistas, sin embargo, nunca había visto estas pinturas en particular en ninguno de sus libros de arte.

Una lágrima cayó sobre su mejilla.

<<Nunca voy terminar la universidad.>> Pero después se miró a sí mismo, enojado.

<<¿Cómo puedo siquiera pensar en eso después de lo que le pasó a Wade?>>

Peter sacudió la cabeza para deshacerse de los tontos pensamientos.

Peter diseñaba y fabricaba piezas de porcelana, de arcilla al esmalte, pintura y cocción. Reconoció que algunas de las piezas de encima de una enorme estantería eran chinas y tan antiguas, que seguramente eran invaluables. Su cabeza dejó de dolerle. Necesitaba ir al baño.

Agarrándose del borde de la cama para pararse, caminó con cuidado hacia la puerta abierta a la derecha de la cama. Ahí encontró un baño tan grande como su antiguo departamento. En la esquina de la habitación había una ducha con doce cabezas. Estaban escoltadas por una antigua bañera con patas en forma de garra. Frente a la ducha había dos lavabos de pedestal y una puerta llevaba a una sala de vapor y sauna. En el medio de la habitación había un escalón para bajar a la bañera con chorros de jacuzzi. Parecía lo suficientemente grande como para albergar a seis personas. Las baldosas eran de un azul brillante. Dos asientos de mármol negro estaban en lados opuestos de la piscina.

<<¿Mi anfitrión tiene pareja?>> Sintió una punzada de celos tan fuerte que casi lo hizo tambalearse. <<¿De dónde salió eso?>> Otra puerta reveló el inodoro con un bidét. El señor Stark sin duda que sabe vivir bien.

Peter vació su vejiga y encontró una bata blanca que parecía ser de su tamaño, colgando de un gancho. La habitación estaba un poco fría, así que se la puso. Algunas toallas limpias estaban colgando en un calentador de toallas entre corchetes en la pared. Se preguntó si podría bañarse, se sentía tan sucio después de vivir en la calle durante dos meses y tener que hacerlo en los albergues.

Un suave golpe sonó fuera de la puerta del baño. Al abrir la puerta, encontró a su anfitrión al otro lado.

-Veo que encontraste el baño-. Peter se apretó la bata más fuerte alrededor de su torso. - Si quieres, puedes meterte en la bañera. Te puedo lavar el pelo. El Dr. Strange dejó vendas impermeables para que tus heridas no se mojen.

-Necesito mi ropa. Hay ropa nueva en mi mochila, pero quedo tirada en el contenedor.- susurró y su mirada bajo al piso.

-Christine lavó toda tu ropa, la que llevabas puesta y ya están sobre la cama. ¿Te sientes mareado? Si es así, te puedo ayudar a meterte en la bañera.

Su compañero [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora