Su compañero [Starker]

ⅫⅠ

Se acostaron temprano y Peter despertó a Anthony poco después de
las diez.

—Me siento raro, amor. Me siento incómodo en mi propia piel.

—Ese es tu lobo agitándose.

— ¿Cómo pasa el cambio? —Preguntó Peter tiritando de frío.

—Ven aquí, bebé, acuéstate al lado mío y así puedo darte el calor de mi cuerpo. Tu metabolismo está quemando el calor en tu cuerpo. Voy
a pedirle a Christine que te cocine un bife. Necesitas comer carne roja y mucha antes de que llegue el cambio—. Tony se levantó de la cama.

— ¿Puedes prender la calefacción?

—Está prendía amor, voy a ponerla más fuerte. Voy a traer otra colcha hasta que la habitación esté más caliente—. Tony se acercó al teléfono de la casa. Christine atendió en el primer tono.

— ¿Necesita el bife? —Preguntó Christine. —Ya los estoy descongelando. Dame unos veinte minutos.

—Necesita comer carne.

—Sé lo que necesita Alfa, —espetó ella. —Este no es mi primer juego.

Anthony colgó el teléfono, un poco desconcertado por el hecho de que el
hábito de Peter de tratarlo como si fuera una persona normal se estaba extendiendo.

—Christine está trayendo carne. Tienes que comer todo lo que puedas amor— Anthony colocó las frazadas sobre su compañero. —Podemos tener suerte, este podría ser un cambio fácil. En los loup-garou que no son sangre pura, el cambio puede empezar hasta ocho o nueve horas antes de tiempo. Éste no va a durar mucho porque vas a cambiar a la medianoche.

— ¿Y cómo lo hago?

—Vas a sentir a tu lobo tratando de ejercer control sobre tu cuerpo, pero tu mente va a seguir siendo la tuya. Lo que tienes que hacer es calmar tus pensamientos y dejar que tu cuerpo se convierta naturalmente en tu
lobo. — Anthony se sentó a un lado de la cama y calmó a su compañero, frotando su espalda por debajo de las mantas, ejerciendo presión y haciendo que la fricción lo calentara todavía más. La habitación comenzó a estar más caliente —Antes de viajar compré un regalito amor. Es una bata muy gruesa forrada de lana porque sabía que la ibas a necesitar para esta noche.

— ¿No puedo estar vestido?

—Puedes, si quieres destrozar toda tu ropa amor, aunque teniendo en cuenta lo que te salió cada una, puede que te salga caro—. Peter sonrió y se estremeció. — Tienes que ser valiente bebé, enseguida se va a terminar—. Anthony sacó la bata del vestidor y se la llevó a su marido. Arrodillándose, se la pasó. — Siéntate bebé y ponte la bata. Christine va a traer la comida enseguida.

—Esto es como un abrigo de piel—. Peter se levantó y se lo puso.

—Por lo general corremos en la noche. Prepara esas piernitas para usarlas hoy, amor, te cuento que las noches por ésta zona son frescas en octubre—. Anthony le puso el cinto.

La bata era lo suficientemente grande como para rodearle las piernas y el pecho y no dejar un hueco. Tony se puso su propia bata.

Hubo un breve golpe en la puerta. Christine entró en la habitación, muy cerca de ella entro Happy.

—Alfa, ¿me necesitas? —Preguntó Happy.

—Puedes quedarte, pero parece que puede ser un cambio fácil.

—El Alfa Compañero tiene suerte de que solo quedan dos horas para que sean medianoche—. Happy arrastró una silla y se sentó mirando ambos hombres.