Su compañero [Starker]

Ⅵ

Martes en la tarde

 Peter subió los escalones al dormitorio principal, entró y se sentó en la punta de la cama, tratando de asimilar su nueva situación. Era un loup-garou y estaba a punto de casarse con el hombre jefe de todos los lobos en este continente. 

 <<Esto es muy loco.>>

 Los pensamientos flotaban en el interior de su cabeza preguntándose cómo el destino lo había llevado al callejón la noche anterior. Peter se sintió como si estuviera en medio de un torbellino. Necesitaba tiempo para pensar. Anthony simplemente lo fascinó. Nunca se sintió tan así por nadie. La idea de perderlo le hacía revolver el estómago.

<< ¿Es esto lo que se siente al estar unido a un loup-garou? ¿esta profunda devoradora de almas que demanda la necesidad de tu pareja?>>

 La puerta se abrió de repente y Tony apareció detrás de un hombre con alfileres y una cinta métrica que llevaba en una bolsa de trajes de una marca que Peter no conocía. Con gran eficacia sacó el traje de la bolsa. Abrió una puerta con un pestillo oculto detrás de un enorme espejo.

 —Soy Pietro Maximoff, modisto personal del Sr. Stark—. Peter se levantó para saludar al hombre. —Señor Stark, este es un traje estandar—. El labio del modista se curvó. — Seguramente va a querer uno hecho a medida. 

 —No tenemos tiempo para uno así en éste momento. Tenemos que asistir a una reunión del consejo. Sin embargo, antes de salir, por favor tome sus medidas para llenar un armario completo. Por supuesto, va a necesitar por lo menos seis trajes y dos trajes de etiqueta para ocasiones más formales, uno de inmediato, también camisas, jeans y remeras informales para cuando nos mudemos. También ropa de abrigo para las montañas, botas de montaña, zapatillas, una campera gruesa, una liviana, y ropa de esquí. Todo lo que necesite para un viaje a Londres. Cualquier otra cosa que se le ocurra que él pueda necesitar, comprelo, gaste lo que sea necesario. Bebé, ponte el traje—. Peter se desnudó, se puso la camisa que Tony sacó de una bolsa, después el traje y se paro frente al espejo. El hombre, con tranquilidad, empezó a medir al chico.

 —Esto es demasiado, Tony—dijo Peter mientras el sastre se ocupaba de él. —Nunca necesité un traje que no fuera de esos comunes para recepción y el único que tuve era el que guardaba para cuando me recibiera en la facultad. 

 —Vas a necesitar todo esto y más, bebé—. Anthony lo besó suavemente en la frente. —Tengo que ver algunos negocios, amor. Cuando hayas terminado con el Sr. Maximoff, Christine te va a traer algo para que comas. Veo que estás cansado, así que después del almuerzo, intenta dormir un rato. 

 —Estoy empezando a sentirme superado, Tony. No sé si pueda aceptar todo esto, — indico, señalando la habitación, — todas esas cosas.

 —Necesito que te vistas bien, amor. Tú eres mi consorte—. Peter tembló un poco, mientras el sastre pasaba su mano por la espalda —Denos un par de minutos, por favor, Sr. Maximoff—dijo Tony ablemente. 

 —Todavía tienes que decirme de qué se trata todo ésto. Solo soy un aprendís de alfarero de Queens. Yo no soy rico. Si estás esperando un maniquí, te equivocaste de persona. 

 —Vas a tener asistir a algunas reuniones conmigo, ayudarme con la manada, como cualquier marido lo hace por otro. Puedes hacer poco o mucho, lo que tú quieras. En cuanto al dinero, ni bien nos casemos amor, siguiendo las leyes de los loup-garou, lo mío va a ser tuyo, amor. Por favor no pelees conmigo por esto, Pet. Tú me vas a dar mucho, amor, mucho más de lo que vas a recibir.

Todavía obstinado, Peter dijo: 

 —Bueno vamos a ver cómo va el tema. Voy a aceptar tu ayuda y la ropa por ahora, ya que me dices que lo voy a necesitar, pero después de empezar a trabajar, yo voy a ayudar. Sé que nunca voy a poder contribuir economicamente de la misma forma que tú, pero yo quiero Tony, quiero aportar algo en todo ésto.