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<<¿Cómo le explico esto sin hacer tenga miedo y me deje? Creo que lo mejor va a ser que comience por el principio.>>

Anthony se sirvió una copa de vino del carrito del bar en la esquina de la habitación.

— ¿Sabes algo de la historia francesa?-

—Mmm más o menos, no mucho, lo que aprendí en clase de francés e historia del arte. Puedo hablar un poco, bastante general sobre Francia, pero sobre su historia, la verdad muy poco, Tony.-

—No te preocupes, Pet ¿Quieres algo para tomar?

— ¿Tienes una Coca Cola o jugo? — Tony sirvió Coca Cola en un vaso con un poco de hielo y se la paso, Peter agarro y bebió de un trago, estaba algo nervioso.

—Ven, siéntate conmigo, por favor...vamos—. Tony vio la cara de confusión de Peter, pero éste se sentó de todos modos con un poco de mala, gana en el pequeño sofá. Tony lo acercó a su cuerpo, tirando de los almohadones que formaban el respaldo del sofá, y así el chico quedó justo a su lado. — ¿Te molesta si te abrazo?— dijo despacito, su aliento casi lo acariciaba en el rostro al menor.

—No, tendría qué, pero el tema de que no me molesta que lo hagas, me asusta un poco. Pero, como ya te dije me siento bien y seguro contigo... anoche sentí lo mismo cuando me abrazaste mientras dormía. — Peter miró hacia otro lado, pero siguió hablando, con su voz débil. —Me encanta tu olor, pero en el baño no vi nada con una fragancia, excepto un olor muy sutil de pino y a bosque mientras estabas en la ducha—. Dejó de hablar de repente. —Estoy hablando tonterias... perdón.

Tony pudo ver los ojos avellana, que sin decir nada, decían todo.

—No estás diciendo tonterías bebé, y hay una razón para ese aroma que sientes, me gustaría contarte pero tengo que empezar desde el principio. ¿Tú en lo sobrenatural?— Peter lo miro, ladeando su cabeza.

—Depende de que quieres decir. Creo que hay cosas más allá de lo que puedo ver, escuchar y tocar. Sé que no somos conscientes de todo lo que hay en este planeta, y que, tal vez, haya seres en otros mundos...— Peter levanto los hombros.

<<Esto puede ser más fácil de lo que pensé.>>

—Tienes razón. Existen muchas criaturas en este mundo de las que los humanos no tienen ni idea.- Los ojos de Peter se abrieron grandes.

— ¿Cómo pie grande?-

—Mi bebé es muy inteligente. — Peter se sintió desconcertado por la palabra, nuevamente.

—Desde anoche me estás diciendo bebé, Tony... ¿por qué?-

—Inteligente y preguntón— rio— Porque soy un Loup-garou y tú eres mi compañero.

— ¿Loup-garou? ¿Compañero? ¿De qué me estás hablando, Anthony? — Peter se alejó de éste, y Tony sintió que el miedo salía de su cuerpo en oleadas.

El lobo bajo del sofá y se arrodilló frente suyo. No podía dejar que su compañero le tuviera miedo, cualquier cosa, menos eso. No se lo perdonaría.

—Escúchame Pet —puso un dedo en los labios de Peter antes de que
pudiera hablar. —te voy a contar la historia de los loup-garou, un pueblo oculto a la vista humana. Los orígenes se remontan a Francia, en algún lugar del tiempo perdido. Eran un pueblo fuerte, de larga vida. Con el tiempo, se convirtieron en la familia gobernante de una sección de Francia llamada Stark, en el centro del país.

—Ese es tu apellido...-

—Sí, así es... —Tony le pidió con una mano que hiciera silencio y él, así lo hizo. — Con la muerte del conde Kuy sin hijos en 1308, sus posesiones fueron confiscadas por Felipe IV. En verdad, el conde Kuy tenía un hijo pequeño en ese momento que, consciente de que la corona francesa quería anexar su provincia, escapó a los Alpes franceses con su pueblo en lugar de enfrentar una guerra contra la corona. Los loup-garou vivieron en aislamiento y crecieron en número en los bosques del noreste, cerca de Suiza y Alemania.- Peter se inclinó más hacia Tony, hasta que éste pudo sentir el cabello del menor rozar su cuello. Un pequeño gemido de alegría de escapó de la garganta del chico y Tony continuó, mientras frotaba su mano arriba y abajo del brazo del menor. —A principios del siglo XVI, su refugio de montaña había crecido para abarcar una gran parte del noreste de Francia. Los seres humanos se mezclaron intencionalmente con los loup-garou, a veces, las personas de las manadas encontraban sus parejas en la población humana, y estos grupos siempre escondían sus mutaciones de los humanos, donde solamente sus compañeros podían saberlo. Tenían una fuerza superior, vista, oído y olfato. Podían correr largas distancias sin cansarse y sin miedo a que los descubrieran—. Tony se levantó, no quería que su pequeño compañero se sintiera más incómodo de lo que ya estaba.

Su compañero [Starker]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora