V - Cambios

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Luego de que Marcus saliera de la habitación, Elizabeth y Ned se sentaron en la cama de su amiga, quien estaba con su cabello dorado, un cambio drástico que se tomaron muy por sorpresa. Tras haber sufrido un accidente aparentemente grave, la joven Felicity se veía con energías y sin dolores.

En un intento por hacerse la afligida, soltó un profundo suspiro tocándose el brazo izquierdo. Elizabeth tomó la mochila y la acercó a la joven para que revisara si todas sus cosas estaban dentro. Su teléfono y su consola estaban ahí, además de los útiles de aseo, un cambio de ropa y un paquete de galletas que había llevado.

— ¿Qué fue lo que pasó, Lizzy? — preguntó Ned.

— No fue nada grave, sólo...me caí. — contestó ella.

— ¿Sólo te caíste y ya? — cuestionó Elizabeth.

— Si, sólo me caí y ya.

— El profesor que te llevó al hospital nos dijo que estabas en un muy mal estado. — comentó Elizabeth apoyando la mano suavemente en la rodilla de su amiga.

— ¡Ay! — chilló Felicity. — Tengo cuidado... — agregó en simulación.

— Lo siento, no me fijé.

— ¿Segura que estás bien? — preguntó Ned.

— Ya les dije que estoy bien, sólo... necesito descansar. — contestó ella acomodando una frazada muy lento.

— ¿Y qué me dices de tu cabello? — interrogó Elizabeth.

— Pues, era un cambio que quería hacer hace mucho. — respondió. — Sólo que quizás, no fue el mejor momento.

Cuando Felicity descubrió que los dos jóvenes la miraban fijamente, se sintió un poco incómoda y les preguntó por qué les llamaba tanto la atención su cambio.

La respuesta instantánea fue que se trataba de algo muy repentino, siendo que había sufrido un accidente que pudo haber sido mortal. Quizás no era el momento indicado como para hacer ese tipo de cosas, pero si la muerte había pasado muy cerca de ella, tal vez el dejarse llevar podía ser un buen método para aliviar la carga.

Elizabeth comentaba que la muerte había pasado en frente de sus ojos, era normal que su amiga quisiera realizar cosas que nunca había hecho con tal de disfrutar la vida.

Los tres amigos compartieron un momento antes de regresar a sus hogares, querían comprobar con sus propios ojos que su amiga seguía viva y con todas sus piezas.

Durante esa tarde, cuando los dos se fueron, Marcus se acercó al dormitorio de su hija para charlar con respecto al repentino cambio de cabello que había tenido. Necesitaba entender por qué había tomado esa decisión, pero Felicity no hallaba otra respuesta más lógica que decir: "fue un impulso".

A pesar de lo que escuchó, Marcus simplemente prefirió dejar el tema de lado y se encargó de cuidar a su hija lo mejor que pudo. Compró algunas cosas suaves para que pudiera comer y también alguno que otro dulce para sus caprichos.

Habían pasado tres días desde que la joven salió del hospital y como aparentemente se demostraba de mejor forma, Marcus decidió que ya era buen momento para asistir a la preparatoria.

Observándose en el espejo nuevamente, Felicity contemplaba su cuerpo de arriba hacia abajo. Notaba que en su abdomen habían aparecido levemente los músculos, además de las piernas y brazos. No era algo exagerado, simplemente había mejorado su figura y modelaba ante su reflejo como quien disfruta los resultados tras mucho tiempo de entrenamiento.

Sombra Furtiva [+18] [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora