VII - Control

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Después de acabadas las clases, Felicity regresó al laboratorio de ciencias para seguir investigando con la muestra que tenía guardada. En el lugar sólo estaba presente el profesor encargado en la materia y al descubrirla le preguntó qué era lo que necesitaba.

Ella tardó un poco en hallar una excusa coherente, pero simplemente dijo que necesitaba investigar un material con fines académicos. El hombre se levantó de su asiento y se acercó para ayudarla, de todos modos, era un profesor especializado en temas científicos.

Aunque Felicity quiso negarse, el profesor insistió. No era prudente dejar a una estudiante experimentar sola con un material extraño, menos en un laboratorio de millones de dólares en una escuela.

El profesor se sentó en el lugar donde se había ubicado la alumna y tomó el microscopio para enchufarlo y encenderlo. Luego le pidió que le pasara lo que quería estudiar, pero a pesar de que la joven intentaba negarse o dar otra excusa, se sintió tan presionada que sólo atinó a entregarle el porta muestras envuelto en los guantes de protección.

El hombre se asombró mucho el descubrir que en el interior de los guantes había un portaobjetos bañado en una sustancia extraña. Parecía como si estuviera cubierta por completo por un elemento desconocido.

— ¿De dónde sacaste esto? — preguntó él.

— Estaba así cuando lo vi en la calle.

— ¿No sabes si alguien lo tiró o si había alguien extraño?

— No, en realidad no vi a nadie que actuara de esa forma. — comentaba Felicity apoyándose en el mesón.

Poniéndose otros guantes para acomodar el portaobjetos en el microscopio, el hombre prendió la lamparilla y acercó sus ojos a los visores. Permaneció un buen rato observando el comportamiento del material, aclaró la garganta y de su bolsillo tomó una navaja suiza de la que sacó una pequeña cuchilla.

Apagó el microscopio un momento y tomó el portaobjetos extraño para comprobar una teoría simple. Con la cuchilla intentó cortar o hacer algún rasguño en el asunto, pero por más que lo intentó, no lograba hacerle ningún daño.

— Está interesante esta cosa, ¿qué le echaste para que quedara de esta forma? — preguntó el hombre con sumo interés.

— Ácido Clorhídrico.

— ¿Y no era que lo habías encontrado en la calle?

— Eh, o sea...pareciera que alguien le echó ácido...clor...

— No tienes que mentirme, si necesitabas investigar algo y averiguar por qué ocurren las cosas, debiste simplemente avisarme. — comentó el hombre con voz firme. — Imagínate, si hubieses hecho un mal movimiento y haces estallar el laboratorio. Podrías haber muerto bajo mi responsabilidad.

— Perdóneme, profesor.

— No pasa nada, pero para la próxima vez que necesites hacer este tipo de estudios...por favor avísame.

Cuando el maestro regresó el objeto al microscopio, prestó total atención a lo que pasaba si le ponía unas gotas de acetona. Tomó el frasco y un gotario para extraer un poco de su contenido, y con sumo cuidado dejó caer un poco del líquido sobre el portaobjetos.

Al ver que no había ningún efecto nocivo sobre el material, se impresionó en gran manera debido a que el efecto de la acetona debió haber derretido parte del plástico. El profesor le preguntó a Felicity si no le molestaba dejárselo para analizarlo personalmente, el material que rodeaba el portaobjetos era sumamente extraño y al parecer su composición no era algo natural.

Sombra Furtiva [+18] [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora