IX - Responsabilidad

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A pocos metros de tocar el pavimento, Felicity se descubrió a sí misma levitando sin ningún tipo de ayuda. No podía creer que, tras caer desde esa altura, había despertado tal vez una nueva habilidad que le ayudaría a atrapar a los ladrones.

Giró su cuerpo hacia el frente y con un impulso, voló hacia lo alto en busca de la máquina voladora. Los ladrones observaban con ojos aterrorizados lo que acababa de suceder, la joven que habían lanzado al vacío estaba de regreso con una sonrisa enorme.

— Esto no me lo esperaba... — dijo ella riendo. — ¿En qué estábamos?

Los hombres volvieron a gastar sus cartuchos inútilmente, era su última resistencia, pero nada pudieron hacer cuando la joven se elevó junto a la hélice para dar un fuerte puñetazo en los motores. Comenzó a salir mucho humo y el helicóptero estaba dejando de funcionar en una caída inminente, pero en un rápido movimiento es detenido desde abajo por Felicity, quien no podía evitar demostrar su felicidad.

Como aún no dominaba su vuelo, descendió muy despacio hasta llegar al suelo con la enorme máquina encima. La policía miraba la escena sin poder creérselo y el comandante encargado no lograba decir ni una sola palabra. Fue entonces cuando los pies de la joven llegaron a tierra firme, bajó el helicóptero con sumo cuidado y el resto de los oficiales apuntaron al instante sus armas hacia los ladrones.

Un hombre empezó a aplaudir, luego otro lo acompañó hasta que finalmente todos acabaron brindando un aplauso estruendoso a la heroína que evitó que un robo se efectuara. Felicity se sentía más que emocionada, se veía a sí misma como en una película.

Antes de que alguien se acercara a hablarle, la joven miró hacia el cielo, tomó un impulso y con un suave salto se elevó por los aires, volando a través de los edificios.

No controlaba ese nuevo poder a la perfección y quería controlarlo a la de ya, estaba llena de adrenalina por lo que acababa de pasar y simplemente sobrevoló la ciudad en su intento por calmarse.

El sol se estaba ocultando en el horizonte, dándole paso a la apasionante noche. Las luces de los edificios comenzaban a encenderse y todo se veía maravilloso a los ojos de Felicity. Era como un sueño hecho realidad, el tener estos poderes y ahora el tener la capacidad de volar por los cielos.

Estiró sus brazos a los costados con las manos abiertas mientras gozaba de la suave brisa que golpeaba su rostro, los ojos cerrados y su cabello al viento era todo lo que jamás había imaginado que llegaría a ocurrir en su vida.

Las calles se veían hermosas con los miles de autos transitando, era una vista invaluable. Sin embargo, después de mucho tiempo sobrevolando la ciudad, Felicity recordó que tenía que regresar a casa lo antes posible, así que dio vuelta en dirección al callejón cerca del banco en donde había dejado su mochila.

Por suerte, sus cosas seguían en su escondite y podía cambiarse de ropa sin problema. Aunque obviamente el ponerse los pantalones fue igual de difícil que cuando se los tuvo que quitar. Transformó su cabello al café, se quitó el antifaz para guardarlo en su mochila y se fue corriendo hacia la salida como si nada hubiera pasado.

Una vez en casa, Marcus estaba sentado en el comedor con la televisión encendida. Su mano estaba sujetando la cabeza que se caía del aburrimiento, pero tras la llegada de su hija, despertó rotundamente.

— ¿Dónde estabas, Lizzy?

— Salí...a ver...una película. — respondió.

— ¿Con quién?

— Con...Ned y Elizabeth.

— ¿Y de qué trató? — preguntó con el ceño fruncido.

— Ay, papá. — reclamó ella. — ¿Qué estás viendo tú?

Sombra Furtiva [+18] [TERMINADO]Donde viven las historias. Descúbrelo ahora