Harry miró con curiosidad a Severus. Era algo, algo demasiado, un poco duro de carácter pero nada que lo molestara. Él hombre parecía feliz.
Luego le ignoro un poquito a favor de escuchar a Draco y Tommy hablando de cosas como magia.Harry sonrió un poco ante el chico rubio que le estaba hablando del mundo mágico. Era encantador y nunca podría negarlo. Aunque Severus parecía francamente divertido, no estaba dejando que los niños de dos años lo descubrieran tan fácilmente, no hasta que los bonitos ojos verdes brillantes que le recordaban descaradamente a Lily le miraron tan fijamente con un brillo y una dulzura que nadie podría replicar.
—¿Crees qué entiende algo?—preguntó tomando con calma su té, aunque quería acercarse a tomar a su pequeño renacuajo en brazos.
—Estará bien, Severus—Lucius ignoro un poco con una sonrisa divertida oculta en su taza—deberías dejar que Lupin y Black conozcan a Harry.
—Debo llevarlo primero a ver su herencia—Severus no Parecía el mismo hombre.
Antes parecía resignado a saber que las dos personas que amaba más que a nada del mundo ahora eran felices juntas. James hacía sonreír a Lily, mantenía cálido a Severus aunque su relación no fue tan formal y le aseguró que Sirius arreglara todo antes de volverse en uno de los padrinos del chico.
—¿Cómo te enteraste que era tú hijo?—preguntó Narcissa mirando con amor puro al señor oscuro que estaba entreteniendo a los niños, era una escena bonita.
—Dumbledore—gruñó por lo bajo—interceptó una carta que Lupin mando a mi oficina, tenía la fecha de cuando James y yo nos separamos—admitió un poco avergonzado de aceptar las cosas—pensó que nunca respondí porque no quería hacerme cargo, entonces se caso con Lily.
—Entonces ella aceptó ser la madre de Harry—la voz tenue de Narcissa casi hizo que Snape gruñera.
Había perdido a su novio y su mejor amiga por una carta que nunca fue respondida. Harry pudo haber tenido una familia unida, pero Dumbledore había arruinado todo, no sabía quien mato a James y Lily, ya que durante la muerte de los dos. Tom o mejor conocido como él señor oscuro, estaba destruyendo los fragmentos de su alma para volver a unirlos. Regulus había logrado convencer al hombre de ir poco a poco alejándose de eso. Hasta que solo quedó la honorable y aterradora Nagini.
Tom se alejo de los niños y les dejo unos cuantos juguetes al notar la mirada enojada de su mejor seguidor. Snape valía la pena en muchos sentidos, era un buen mortífago, habilidoso y un duelista excelente, sin olvidar su talento en pociones.
—¿Todo bien por aquí?—preguntó deslizándose en uno de los sillones vacíos.
—Estamos hablando de como Severus consiguió a Harry—Cissy se rió un poco al ver los colores subirle al rostro a quien consideraba como amigo.
—Como todos los bebés lo harían—él castaño sonrió—ya sabes, con los padres manteniendo relaciones.
—¡No enfrente de los niños!—Severus casi chilla de manera inapropiada.
Las risas regresaron. Con un Lucius muy sonrojado intentando detenerse mientras Narcissa en serio ríe por lo bajo, pero lo que más sigue sorprendiendo a Severus es que su señor oscuro se atragante un poco con la risa antes de seguir. Respiro profundo antes de terminar el poco té que le quedaba en la taza. Podría estar discutiendo sobre todo esto durante un rato.
Eso fue hasta que Harry regreso caminando con un poco de dificultad de donde estaba pasando un rato agradable con Draco. Él niño parecía realmente interesado en saber sí estaba bien. Dejo la taza de lado y cargo al niño cuando estuvo lo suficientemente cerca. Le pareció curioso como los grandes ojos verdes observaron entretenidos antes de mirar a su alrededor.
—¿Pasa algo, Harry?—preguntó, esperando algunos balbuceos ahora que ya podía ser un niño normal.
Pero solo recibió una sonrisa. Antes de pedir ser sentado en su regazo. Eso había estado ocurriendo desde que lo trajo, él niño mágicamente dejo de hablar y solo señalar algunas cosas. Pensaría que es mudo, sí no fuera por su risa escándalosa que era ocasionada por Tom y Draco.
Harry se acomodo, dejando sus manitas sobre las de Snape que lo sujetaban en su lugar con cuidado. Miró a Narcissa y con una sonrisa reluciente saludo a la mujer y a Lucius. A Tom solo lo miro antes de regresar al pequeño mundo donde Severus lo estaba protegiendo.
—Di: "Hola"—alentó él hombre divertido mirando como él niño metía su pulgar en su boca.
—Hola—saludo sacando su dedo de la boca—Soy Harry.
Narcissa casi arrulla encantada de como un niño tan pequeño podría decir su nombre perfectamente a tan corta edad. Severus pudo avergonzarse, sí no fuera que Tom se estaba riendo y haciéndole caras graciosas al pequeño que no aguantaba las risitas.
—¿Ha esto se ha degradado mi señor oscuro?—Lucius preguntó ocultando sabiamente su diversión.
—Bueno, Harry claramente es un niño adorable—aceptó—y tiene un talento natural para hacer que cualquiera lo quiera adorar—sonrió aceptando la taza de té que le trajo un elfo doméstico.
Lucius pudo reír, pero no lo haría. No hasta estar consciente de que su señor oscuro no se enojaría por su arrebato.
—¿Entonces ahora es Harry, y no Potter?—preguntó curioso Severus, esperando que Ryddle no quisiera matar a su hijo.
—Es tú hijo Severus, espero que sea un niño bien cuidado—declaró regresando a su té y de vez en cuando dándole galletas al niño de una manera nada oculta.
—Es Harrison—Severus sonrió—así voy a llamarlo de ahora en adelante.
Narcissa suspiro y luego llamo a su propio terror con cariño, para pasar un rato antes de llevarlo a tomar la siesta.
—Debes llamar a Lupin y Black—Lucius parecía razonable, aunque estuviera nervioso por como reaccionaria él hombre—se que pueden ser un poco desesperantes, pero Sirius es su padrino y Lupin está liado con él.
—Lo sé, solo dame un par de días—prometió a comando a Harry que poco a poco comenzaba a quedarse dormido—debo pasar por Gringotts primero.
—Asegúrate que todo este en orden—él señor oscuro ordeno antes de tomar en brazos al niño para llevarlo a la habitación de invitados que Narcissa insistió en ordenar.
Los dos hombres se miraron un par de segundos resignados. Al parecer Harry ya no sería soltado por el señor oscuro. Aunque Lucius parecía verdaderamente divertido por la demostración pública de afecto. Severus estaba reevaluando todas las decisiones que ha tomado a lo largo de su vida para terminar atado con los Malfoy como amigos, a un señor oscuro demasiado joven en apariencia que parecía adorar a Harry. Un perro idiota y un lobo que cada vez que estaban en el mismo salón coqueteaban descaradamente con él.
—No, no puedes cortarte el cuello—él rubio recitó divertido ante la mirada de sufrimiento de Snape.
El gemido agudo de dolor y desesperación solo ocasionó más satisfacción en él hombre mayor. Esto sería divertido.
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Harry Potter un Slytherin.
FanfictionHarry sonrió un poco ante el chico rubio que le estaba hablando del mundo mágico. Era encantador y nunca podría negarlo. Aunque Severus parecía francamente divertido, no estaba dejando que los niños de dos años lo descubrieran tan fácilmente, no has...