Snape estaba enojado, Petunia era la mujer más horrible que había conocido. Tener a un indefenso niño de dos años encerrado en una alacena debajo de las escaleras. Harry solo le sonríe tan grande, brillante, de la forma que lo hizo en algún momento James cuando tuvieron un pequeño romance de escuela.
—Eres la mujer horrible que Lily describió—aseguró Severus levantando su varita hacia la pequeña familia—¿encerrar a tu propio sobrino en una alacena?, ¿una miserable alacena?
—¡No debieron dejarnos al fenómeno. sí no querían que le enseñaramos donde pertenece!—el agudo chillido de Vernon consiguió que él azabache apretara con fuerza su varita.
Muy tentando de lanzarse al idiota Muggle alguna maldición imperdonable. Estaba muy tentado a ver como él tonto se defendía de eso. Pero se resistió por poco, por un poco. Solo levantó la barbilla de la mujer larguirucha con su varita.
—Me darás todos los derechos sobre la custodia de Harry o destruire toda tu vida en un abrir y cerrar de ojos—amenazó.
—Sí, ahora vete—la mujer tartamudeo un poco antes de señalar hacia la puerta principal.
Él niño de cabello oscuro miro con curiosidad al hombre alto, de ropa negra y cabello de igual tonalidad. Normalmente se sentiría intimidado ante un hombre tan profundamente vestido con el color negro. Pero miró a sus ojos, algo, muy en el fondo, brillando en su esplendor y con calma le hizo sonreír y agitar sus brazos hacia la figura alta.
—Abrazo—recitó con la inocencia aún no perdida de un niño de dos años.
Harry era inteligente, más que su primo. Aprendió a hablar y caminar por sí mismo a temprana edad. Sus tíos no parecían felices de que lo consiguiera antes que Dudley, su primo que realmente era odioso. Pero no se quejaba, no cuando él hombre de aspecto sombrío le parecía realmente familiar, era una sensación cosquillosa que tenía muy seguido. Tantas veces tuvo que reprimirla por miedo a ser castigado por sus tíos.
Severus obedeció, la carita apenas llena de grasa de bebé. Sin pensarlo dos veces recogió a la pequeña y pobre cosita que se acurrucó a su lado. Le recordaba tanto a James en ese aspecto. A diferencia de lo que muchos creían, había logrado superar sus diferencias con él hombre, tanto que habían mantenido una relación secreta hasta que terminaron, para que él hombre se casara con Lily. No pudo odiarlos, a ninguno de los dos. Solo les deseo lo mejor del mundo y con una sonrisa amorosa le aseguro a su mejor amiga que protegería siempre a Harry.
—Está bien, niño—aseguró sin su siempre voz severa, ahora era suave, tranquilizador.
—¿No más dolor?—cuestiono dulcemente acomodándose debajo de la barbilla de Severus.
—No Harry, no más dolor—Snape pudo haberse puesto a llorar, sí no fuera que sabía que Harry no necesitaba ver a su próximo cuidador derrumbandose.
Entonces solo asintió un poco arrullando con suavidad al niño. Había sido un escándalo cuando se entero que Dumbledore mando a Harry con Petunia, la tonta y horrible hermana de Lily que la acoso hasta el cansancio. Que la hizo llorar durante las vacaciones y que la llamo fenómeno por cualquier tontería, en especial ante las muestras de magia accidental que la niña había estado mostrando.
Recordaba los ojos verdes brillante estar llenos de lágrimas sin derramar y la magia de enlace que la niña insistió en usar para convertirlo en su hermano adoptivo.—Todo estará bien—prometió sin vacilación en su voz.
Solo pudo observar el cabello negro, las manitas sujetas en su ropa y una risa suavecita que le calento fuertemente el corazón.
Todo fue un horror absoluto cuando Dumbledore declaró que Harry había terminado con los horrible Muggles que tenía por parientes, aunque fue un error monumental no asegurarse que él niño estuviera bien. Snape tan horrorizado como estaba, fue por él niño. No podía permitir que pasará más tiempo junto a ellos. Aunque le tomo un poco de tiempo entre buscando las pruebas para sacar a Sirius Black de la cárcel, a Remus Lupin ayudarlo aunque sea un poco con sus transformaciones y conseguir una casa adecuada. Sin olvidarse de que su señor oscuro estuviera elimimando sus horrocruxes, que Regulus estuviera más que vivo y coleando.
Por una vez en muchísimos años se sintió realmente agotado. Pero las manitas de Harry lo relajaron.—Tranquilo, solo será un pequeño tirón—aseguró.
Harry asintió, antes de sentir el tirón característico de ombligo, aunque eso no lo sabría hasta años después. Ahora fue un incómodo malestar de su pancita que lo hizo quejarse un poco. Y sus ojos se llenaron de lágrimas, él niño pequeño estaba ha punto de llorar, pero la manita sujetando la túnica reveló que nunca lo haría.
—Tranquilo, Harry—susurro mirando por el largo camino hacia la entrada de la casa—vamos a conocer a un par de personas y te van ha encantar—aseguró con voz baja.
Él niño solo se quedó un poco más quieto de lo que sería normal. Pero Severus lo abrazo con fuerza y acarició su espalda. Ignoro los pavos reales albinos que se paseaban por entre los matorrales y el gran jardín. Eso fue hasta que una de las aves chillo y una muy contenta Narcissa lo recibió dentro de la mansión.
—¿Pero no es la cosita más linda?—arrullo mirando a Harry con ojos amorosos—es muy bonito Severus, casi no se parece a ti.
—Se parece más a Potter—aceptó a regaña dientes—pero aún así no deja de ser mi hijo—la primera sonrisa de Snape saco de su zona de confort a la mujer.
—Déjalo, Cissy—Lucius apareció usando su bastón como apoyo—aún no se hace a la idea de tener un pequeño mocoso que te haga despertarte temprano.
Una risa de fondo llamo la atención del profesor de pociones y miró hacia el hombre castaño que estaba sentado en la sala de visitas tomando muy a gusto un té.
—Vaya cambio el tuyo Severus—la voz parecía juvenil aunque la edad no era algo que se le notará—espero ver que grandes cosas hará Harry.
—Tom, buenas noches—saludo a su señor oscuro con una sonrisa apenas simulada—¿esto es una reunión para hablar de mi vida privada?
La risa del señor oscuro detuvo todas las quejas del hombre oscuro. Pero claramente estaba divertido por todos sus amigos interesados en conocer a Harry.
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Harry Potter un Slytherin.
Fiksi PenggemarHarry sonrió un poco ante el chico rubio que le estaba hablando del mundo mágico. Era encantador y nunca podría negarlo. Aunque Severus parecía francamente divertido, no estaba dejando que los niños de dos años lo descubrieran tan fácilmente, no has...