Harry Potter un Slytherin.

Extra: NARCISSA ES LA AMA DE LA CASA.

Sufrí un accidente en el hospital. Tenía planeada esta actualización para ayer, pero apenas hoy pude ver bien de mi ojo, gracias a Dios solo fue el putazo... No entiendo porque no consigo algo que me pague... Ahhh porque es mi último año de escuela y no puedo vivir de escribir porque nadie compra Fanfics... Sí, por eso.

Lucius miro a su esposa con nerviosismo. Sabía que no debía dejar qué la mujer se sobrepasara, pero se veía tan feliz que no podría haberle dicho que no, es que sus ojos brillaban con ese amor infinito por hacer la vida imposible de las personas, que la vio tan linda como la primera vez que salieron a dar un paseo tomado de las manos. Era la mujer más bonita y aterradora de todas, parecía tan delicada como una flor con esa sonrisa amorosa que solía dar en la privacidad de su hogar, pero era capaz de sacarte los ojos sí decías algo que no le gustara.

Tal vez se había casado por compromiso, pero estaba enamorado de su esposa y estaba orgullosos de su adorable hijo. Tal vez se estaba volviendo demasiado sentimental, pero apreciaba de manera enorme a su familia y nadie podría cambiar ese hecho.

—¿Solo vas a dejar que Cissy haga de las suyas?—una voz extra le saludo mientras lo miraba babear—y cierra la maldita boca, que tienes un poco de Baba aquí—señaló la comisura de sus labios con voz divertida escuchandose fácilmente por todo el salón.

La risa divertida de Regulus le hizo apartar la mirada de su esposa qué estaba escribiendo cartas hacia los periódicos. Rita podría darse un festín con todo el escándalo qué Cissy sería capaz de lograr con unas simples palabras. También podría disfrutar hacer quedar mal a Dumbledore cuando todo por lo que había pasado Sirius Black fuera publicado en todos los diarios del mundo mágico.
Porque nadie puede ir contra la fuerza terrible de una mujer realmente enojada con el mundo o con los idiotas qué creían era buena idea pelear con ella.

—¿Crees que alguien se atrevería a decir que no a mi esposa?—pregunto arqueando una de sus cejas a la perfección mientras señalaba a Narcissa detrás suyo que estaba fingiendo llorar.

Regulus se sintió realmente sorprendido por las habilidades de actuación de la mujer. Cissy se encontraba llorando con todo el maquillaje intacto, mientras sollozaba abiertamente mientras escribía en los pediátricos pergaminos, que dejaban algunas letras corridas por las lágrimas.

—Como odio tener que fingir llorar—aseguro luego de dejar qué el pergamino se secara—¿pero como más vendemos el acto de pobre mujer preocupada de que una de las familias de la luz se vuelva loca?—pregunto con dulzura hacia Regulus qué la estaba mirando con gran atención.

Regulus asintió tontamente mientras la mujer suspiraba con cansancio y limpiaba sus ojos ligeramente con un pañuelo qué su elfo doméstico había ofrecido. La mujer tarareo arrugado por los costados los pergaminos con la fuerza suficiente para que pareciera que estaba enojada por el trato que los Weasley habían estado manteniendo hacia los miembros de su familia.

—Tu esposa me da miedo—susurro hacia Lucius cuando Cissy llamo a los elfos para preparar la cena—tiene planeado cada maldito detalle.

Él otro hombre parecía realmente presumido mientras adoraba a la silueta de su esposa qué estaba saliendo del salón con calma. Era la mujer más aterradora y hermosa. Había visto a Cissy llorar con maestría por años para conseguir pequeñas cosas, los periódicos no podían negar ninguna noticia dada por la matriarca Malfoy. Estabas en su contra o estaba a su lado, no había punto medio, no con los Malfoy o Black que se mostraban realmente protectores con los miembros de su familia más cercana, tal vez por eso los periódicos preferían mantener feliz a Narcissa Malfoy, no había peor enemigo qué un miembro de ambas familias qué podría destrozarte con palabras y sonrisas, con veneno oscuro goteando de sus labios.

Su sonrisa dulce siempre era el preludio para sufrir la más horrenda desgracia cuando te atrevias a decirle que no, Rita había aprendido a no poder negarse a ninguna petición de la mujer a la manera más aterradora posible.

—Yo no voy a ser él qué le diga que no—exclamó dándose la vuelta y yendo por algo se whisky de fuego—porque créeme querido amigo que no voy a ser él qué le diga a mi amada esposa qué no puede hacer lo que quiera—dio un largo trago a su bebida—amo vivir y amo ver a mi hijo queriendo salir con el tuyo, me gustaría poder planear la boda de Draco, pero realmente yo por ahí no paso.

Regulus trago duro, pero ignoro la parte de su cerebro qué era realmente racional diciéndole que lo hiciera, porque Cissy podría llegar demasiado lejos sí se lo proponía como lo estaba haciendo en esos momentos.

—Algún día tienes que decirle que no—declaró siguiendo a Lucius con calma fría y realmente aterrado de que Narcissa lo escuchara-a veces es demasiado.

—Anda a decirle que no—señaló la puerta por donde la mujer acaba de salir—ve, anda y dile que no a mi esposa—reto con diversión en su voz—pero fue un gusto conocerte, fuiste un buen amigo.

—Mientras no haya incluido a Sirius...—dijo por lo bajo, casi arrepientiendose de ver la cara de Lucius que parecía demadiaod presumido para su propio bien.

—Sí, créeme que es mejor sí no te lo digo—se rió un poco esperando la reacción.

Regulus negó aterrado, casi ocultandose detrás del hombre de apariencia mayor mientras escuchaba gritos y risas de niños por los pasillos. Mientras Regulus imaginaba su muerte a manos de la mujer más aterradora como hermosa qué había conocido en toda su corta vida, Harry estaba disfrutando de la diversión infantil qué podría obtener de Draco siendo un niño libre y de los gemelos qué habían pasado de vivir en una posada a quedarse con los Malfoy, sin olvidar a Percy qué parecía estar cuidandolos muy de cerca, como sí fuera el responsable.

Cissy solo podría sonreír alegremente mientras escuchaba las risas y veía a los niños colocarle lentes de sol a la pequeña serpiente de tres cabezaz de Harry, Drei estaba siseando alegremente mientras se movía de lado a lado con el adorable suéter qué Draco le había tejido.

—¡Niños no corran!—regaño ligeramente, divertida.

Gracias por leer y esperar actualización, esto es un extra mientras consigo tiempo para escribir algo más.