Regulus intento no reírse de lo idiota y temperamental que estaba siendo su hermano mayor. Pero no lo consiguió, las risas aumentaron y Sirius se enrojecio en tres tonos diferentes.
—Ya te dije, chucho pulgoso que te sientes—el ligero tono alto de voz de Severus obtuvo a un Sirius más apenado.
Lucius pudo haber negado con la cabeza ante tal comportamiento. Pero Harry de cuatro años encontraba entretenido como Canuto ocultaba su hocico entre sus patas delanteras y hacia ojos de cordero a medio morir.
Habían pasado un año, Harry llegó cuando estaba ha punto de cumplir tres años y se quedo durante un año entero mientras Severus ponía todo en orden. Claro que hablar a Black y Lupin fue difícil, más cuando estos coqueteaban hasta morir.—Vamos, Severus—Remus sonrió brillantemente tomando un poco de chocolate caliente que le habían preparado los elfos domésticos—sabes que es adorable, Harry cree que lo es.
—Claro que sí—el tono sarcástico e hiriente de Severus goteaba por todos lados como el veneno de una serpiente—su padrino esta convertido en un animal peludo, que claramente tiene pulgas.
Él perro de pelaje oscuro abandono su posición sumisa. Para ladrar y hacer un claro punto. No tenía pulgas, tomaba un baño regular con algunos productos Muggles que Remus le había conseguido. Pero eso no detuvo el eco de sus ladridos que más que palabras eran solo un sonido perdido que irritaba hasta el cansancio a Severus. Entonces miró a Narcissa entrar a la sala con aspecto realmente adorable cargando a un Draco de cuatro años que al observar a Harry, pidió ser bajado inmediatamente. Sirius casi le gruñe al niño sangre pura, sí no fuera por Harry que camino hasta el rubio para abrazarlo.
—Deja de comportarte como un animal, idiota—Snape siseo tomando el periódico de Lucius de sus manos y enrollandolo fuertemente—los perros no son desagradables con los niños, debes comportarte—y le pego en el hocico con el rollo de papel.
Regulus comenzó a reír con fuerza cuando Sirius soltó un chillido indignado. Pero al mismo comenzó a lloriquear como un animal herido. Severus no parecía convencido con la patética actuación. De hecho le dio un golpe más fuerte en la cabeza.
—No eres exactamente un animal, así que no me arrepiento—recalcó su punto dándole un golpe para nada suave en la cabeza del viejo mago.
Remus contuvo la risa un momento, solo unos pocos segundos antes de dejar su taza de chocolate caliente sobre la mesita de café y comenzar a reír abiertamente. Sostuvo su estómago y se doblo de manera sorprendente mientras las pequeñas lágrimas escapaban de sus ojos. Sirius quiso gruñir enojado, hasta que la misma risa de Harry le detuvo de amenazar a Severus con morderlo. Draco igual estaba riendo y aplaudiendo, pero Canuto pensó que era la herencia Malfoy que los hacía tan pocos delicados ante un indefenso animalito siendo maltratado tan fuerte por un maestro de pociones como Severus Snape.
—Sirius comportate—la voz ahogada de risa de Remus tartamudeo.
—Muchas gracias, Lupin—él azabache mayor solo fue sarcástico, aunque no entendía porque Sirius no tomaba su forma humana.
Luego recordo la falta se ropa al convertirse. Claramente eso no era una buena idea con mucha gente observando, menos con dos menores de edad que no debían verle sus miserables cosas a Black.
—Esto es un asunto serio—rompió lo que sería una respuesta mordaz de Lupin al respecto de la desnudez de Sirius—es para presentarles oficialmente a Harrison Prince Potter—gruñó un poco sobre su té al recordar como Lucius le hizo cambiar su apellido por el de sangrepura de su madre.
—¿Oficialmente es tú hijo?—Remus no quería parecer chismoso, pero claramente estaba interesado.
Sirius los ignoro a favor de ir a rodear a Harry que estaba sentado inocentemente junto a Draco, jugando lo que en el mundo muggle es conocido como Legos, entretenido y didáctico según Remus Lupin quien se los había comprado. Como un viejo perro cansado, canuto se hecho detrás del niño pequeño, con su pelaje haciéndole cosquillas hasta que dos pares de manos acariciaron con cuidado. Las risas ahogadas de Harry le parecieron encantadoras. Mientras que las palabras emocionadas de Draco le sorprendieron un poco al decir que estaba orgulloso de tenerlo como tío.
Ante todo pronóstico se acomodo lo suficiente para sacar su rasposa lengua y lamer en la cara ha los dos niños que hicieron muecas de asco y luego comenzaron a reír.
—Eso es tan poco higiénico, Sirio—Regulus llamó acercándose a los niños—y asqueroso.
Saco un pequeño pañuelo antes de que Narcissa o Lucius supieran que su pequeño heredero fue llenado de babas asquerosas de un hombre mayor que tomaba la forma de un perro enorme.
—Asco y divertido—declaró divertido el heredero Malfoy dejando que Regulus le limpiará el rostro amablemente.
—Canuto es muy asqueroso—Harry se rió aún cuando pudo mirar a Severus mirando con un horror y asco a su antiguo enemigo.
Severus estuvo a punto de retar a Black. Eso fue hasta que la manos de Remus toco su rodilla para llamar su atención, la mano fue subiendo con calma hasta casi llegar a su muslo, eso le consiguió una sensación de escalofríos y demasiado inesperada. Eso le hizo casi soltar la taza, pero tuvo la decencia suficiente para dejarla con cuidado en la mesa y levantarse sin demostrar como se había erizado de pies a cabeza.
Narcissa miró, intentó no decir nada fuera de lugar, pero Lucius claramente se estaba ahogando con la risa, mientras Remus parecía sorprendido por la voz aguda del hombre.—Sí me disculpan, iré a ver a mi pequeño hijo—casi corrió ganándose un par de risas de Regulus y una mirada de Sirius.
—No hagas ninguna tontería, Sirio—amenazó limpiando a Harry—o voy a hacerte arrepentirte de todas tus decisiones en esta vida.
Harry aplaudió distraído de la pelea de miradas de los hombres y estiro los brazos esperando ser levantado por su padre. Parecía asustado, así que solo estiro sus manitas y las restrego por todo su rostro con cariño. A Severus no parecía importarle mucho que Harry jugará a intentar animarlo.
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Harry Potter un Slytherin.
FanfictionHarry sonrió un poco ante el chico rubio que le estaba hablando del mundo mágico. Era encantador y nunca podría negarlo. Aunque Severus parecía francamente divertido, no estaba dejando que los niños de dos años lo descubrieran tan fácilmente, no has...