Siempre han habido leyendas que hablan sobre demonios y cazadores de estos. Los demonios, como seres horribles y abobinables que comen carne humana y matan por puro placer. Los cazadores; como los mismisimos heroes que salvan a las personas de tener...
Pasando por aquel camino de tierra que cruzaba toda aquella tierra sembrada por los agricultores, se habían topado con un niño la cual había decidido en acompañarlos un poco, ya que su hogar estaba justamente en ese camino que ellos estaban tomando.
El niño había intentado entablar una pequeña conversación con Luna, pero ella se escondía detrás del Kamado mayor, o poniéndose bajo el haori de cuadros negros y verdes bajo la mirada de los dos chicos, provocando una tierna sonrisa de Tanjiro mientras le explicaba al niño que ella era una chica muy tímida.
- ¿Estás seguro de seguir tu camino? ¿Y aún más con una niña tan pequeña como ella? Es muy peligroso.- La madre de aquel niño trataba de convencer al joven chico de que se quedara por lo menos aquella noche en su humilde hogar, advirtiéndole de la peligrosa noche que se avenía.
- Todo está bien, le aseguro que me conozco bien esta zona. Gracias por preocuparse por nosotros.- Con una leve despedida, el joven Tanjiro empezaria a emprender marcha junto a Okami, escuchando el último grito de advertencia de aquella amable mujer.
- ¡Tenga cuidado!¡Han habido muchas desapariciones por donde se dirige!
Durante la noche, Tanjiro ve unas escaleras de piedra que conducían hacia un pequeño santuario, alegrandose por un momento ya que podría dejar que Luna descansara un poco. Pero rápidamente se preocupa al notar un conocido olor de hierro, preocupando a la pequeña al ver como este corría sin mirar atrás.
Ella no tarda mucho en seguirle, encontrándose con una escena algo horrible para sus ojos. Tanjiro estaba intentando luchar contra un extraño ser. Lo aterrador era que había un cuerpo corriendo sin cabeza, y una cabeza con dos mini-brazos intentando atacar a Tanjiro.
La demonio al ver como aquel cuerpo sin cabeza tenia intenciones de herir a la pequeña, rápidamente una ira incontrolable se apodera de ella, yendo rápidamente para propinarle una fuerte patada al demonio, alejando de la pequeña Luna la cual estaba asustada y paralizada.
Sus ojos ámbar miran con un brillo especial a Nezuko delante de ella protegiéndola a toda costa.
Pero toda su admiración se reemplaza con miedo al notar como la cargaban y la alejaban rápidamente de la escena, sin darle tiempo siquiera de emitir un suspiro por la rapidez del desconocido.
- No soy un enemigo, tranquila niña. Aquí estarás a salvo mientras él mata al demonio.- Diría el desconocido dejando a la niña al suelo, mientras ella lo miraba más tranquila para ver aquella pelea entre los hermanos Kamado.
Luego de un rato, aquel desconocido entra en escena para encarar al Kamado mayor, diciéndole que matara de una vez a aquel demonio antes de que él lo hiciera primero. Tanjiro se veía muy preocupado y pensativo, pensando cómo matarlo de una forma rápida y indolora. De tanto pensar, algo más se había adelantado. Eran los rayos del amanecer haciendo desaparecer de forma despiadada al demonio, mientras Tanjiro quedaba totalmente sorprendido por aquel acontecimiento.
- ¡Nezuko!¡Nezuko!¿¡Luna?!
- Tu hermana está a salvo, al igual que esa niña. Si no fuera por tu hermana y por mi, ella podría haber sido otra víctima de ese demonio. ¡Debes ser más responsable, niñato! Ahora respondeme algo: ¿Si tu hermana come carne humana, qué harás?- Luego de esa pregunta, el silencio inundaba en aquel lugar, siendo cortado por una sonora bofetada del mayor hacia Tanjiro.- ¡Si lo hace, debes matarla y luego matarte a ti!¡Ese es el precio de llevar a un demonio contigo! Tu amabilidad y bondad te hace ser muy débil y piensas muy lento. ¡Eso podría llevarte a la muerte, y posiblemente arrastrando a esa niña contigo!
La niña haría acto de presencia, viendo como ese hombre le gritaba a Tanjiro. Acercándose al hombre, le agarra del borde de sus ropajes para lanzarle una pregunta:
- ¿Usted es Urokodaki Sakonji? Nos envía un chico de cabello esponjoso y negro, ojos azules muy bonitos y un haori formado por dos diseños diferentes.
- Tomioka Giyuu. Si, soy Urokodaki y se el por que os ha enviado. Queréis ser cazadores de demonios, pero con esa amabilidad no vas a llegar siquiera ni a una semana. Por eso, os haré una prueba a los dos. Seguidme.- Con eso dicho, los tres jóvenes emprenden marcha junto a su futuro maestro, siguiéndole el paso con dificultad mientras se preguntaban como era tan rápido y sigiloso.
¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.
