Capitulo 4

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Desde aquella noche, aquella pequeña niña no dejaba de repetirse aquel nombre. "Luna Okami". ¿Ese era su nombre? ¿Luna? Reconocía que era un bonito nombre, por lo que se aseguraría de no olvidarlo. 


Habían pasado meses desde aquel momento épico para sus ojos. Atravesando campos de trigo y arroz, montañas nevadas y bosques frondosos, la niña se había encontrado con una pequeña y humilde casa en el bosque, extrañando a la pequeña por unos momentos. "Esta casa parece no tener dueño." hasta que se fijó en 5 tumbas a pocos metros del hogar.

- Oh... ¿Habrá sido un demonio?¿Un cruel asesinato? No lo sé...  Espero que descanseis en paz, personas desconocidas. Que la luna ilumine vuestro camino al cielo. - Estando frente a las 5 tumbas, arrodillada con las palmas de sus manos unidas mientras decía aquello con su calmada voz.


Levantándose de ahí, la niña había ido en busca de algunas flores para dejarlas reposar sobre las tumbas, sintiéndose algo triste por esas personas. Le daba igual el hecho de que no las conocía de nada, pero de todas formas se sentía mal por ellos. Con curiosidad fluyendo por su cuerpo, la pequeña se acercaba a la casa para ver un montón de sangre seca y podrida bañando cada centímetro del interior de la casa. La fuerte y nauseabunda olor de muerte había provocado que la niña se retorciera en la misma entrada, cayendo de rodillas para luego vomitar la poca comida que consumía. 

"Mi comida se ha ido al garete." pensaba mientras terminaba de sacar el líquido por su boca, teniendo ahora el asqueroso sabor ácido de los gases estomacales. Con toda su fuerza de voluntad, logra ponerse de pie pero esta vez temblando hasta el último músculo de su delgado cuerpo, viendo con total asco y desagrado como esa casa estaba totalmente infestada de moscas y gusanos por la sangre y trozos de carne que habían quedado pegados por la pared y suelo. 

La oji-ámbar, para no volver a tener que sufrir otro vómito, decide irse rápidamente de ese sitio mientras empezaba a llorar con fuerza. Aquella imagen n se le podría salir de su cabeza por un buen tiempo por culpa de su puta curiosidad.


Corria y corria tan rápido como podía, con sus ojitos cegados por la niebla que empezaba a haber por el tiempo y sus calidas lagrimas, las cuales recorrían sus sonrosadas mejillas para luego unirse y fundirse en esa blanca y espesa nieve.

Unas lejanas voces se escuchaban desde la posición de la niña, llamandole la atencion mientras dejaba de llorar para luego acercarse lentamente y con cierto pánico fluyendo en todo su cuerpo. Estando ya lo suficientemente cerca para ver y oír perfectamente; veía a 3 personas. Una chica bella vestida con un kimono rosado, un cabello extremadamente largo, negro y ondulado que terminaba de un color naranja. Un chico de cabellos de un color rojizo, lo cual le vino a la mente la escena de la casa, provocando que le dieran arcadas de forma agresiva, cayendo de rodillas mientras tosía. Aquello había llamado la atención de los 3.

De repente, una mano cálida y gentil se posa sobre la pequeña espalda de la niña, asustando al dueño de esa mano al sentir la columna vertebral de esa forma. La pequeña luego de volver a expulsar sus ácidos estomacales, mira al dueño de la mano, encontrándose con el de cabellos borgoña.


- ¿Estás bien, pequeña? - Aquello había sorprendido a la menor. Normalmente la gente suele lanzarle cosas con tan solo sentir su presencia. 

- Y-yo... ¡Por favor, no me pegue! ¡Me iré, lo prometo, pero porfavor no me peguen! - Aquello sorprende de sobremanera a los dos hombres, mientras la única chica estaba acostada sobre la nieve inconsciente con un bambú en la boca.

- No haría eso ni aunque me lo pidieras, pequeña. ¿Tú... Tienes un nombre? El mio es Kamado Tanjiro. - La de cabellos azulados se relaja un poco  mientras apartaba sus brazos de su rostro, dejando ver lo demacrada que ella estaba. La niña le sonríe levemente a Tanjiro. 

- Okami Luna. Mi nombre... Es Okami Luna. 


Tanjiro siente impotencia de tan solo ver su cuerpo frío y demacrado junto a esa sonrisa quebrada.




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𝑳𝑨 𝑵𝑶𝑪𝑯𝑬 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑬𝑺𝑻𝑹𝑬𝑳𝑳𝑨𝑺 【Kokushibo X Reader】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora