Capítulo 5

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Luego de aquella situación, Tanjiro decidió llevarse a Luna. El Pilar del Agua estuvo de acuerdo con la condición de que también fuera Cazadora de Demonios. Por el largo camino que Tanjiro, su hermana y ahora Luna debían tomar, el mayor le explicaba a la pequeña lo que había pasado, sorprendiendose de que la pequeña le dijera de que había visto su casa y había visto las tumbas, ganándose unas caricias en su cabeza junto a un "Gracias, Luna." de Tanjiro.


Los dos, dirigiéndose hacia la montaña donde vivía el señor Urokodaki Sakonji, se habían topado con una pequeña cueva, aprovechando que casi estaba amaneciendo.

- Iré a preguntar a esos campesinos si tienen una cesta. ¿Podrías cuidar de Nezuko? Ella es muy importante y no quiero que le suceda nada. 

- Claro, no me moveré. Cuidaré de ella. - La pequeña y la demonio se meten en aquella pequeña cueva, mientras el mayor se iría con la conciencia tranquila de saber que su hermana estaría bien con esa misteriosa niña. A Tanjiro le parecía una chiquilla muy misteriosa, su cabello ondulado, largo y de ese color le parecía muy inusual, y no hablemos de esos ojos. Los mas hermoso que había visto en su vida, eran llamativos y hipnotizantes. Podrían ser mucho mas bellos si tuvieran el brillo que una niña normal tendría. 


Mientras el chico iba por la cesta, la pequeña de cabellos cual cielo nocturno se encontraba cabeceando, siendo observada por la demonio quien la miraba con curiosidad, como si fuera un animal exótico que nunca había visto. Nezuko había hecho un agujero lo suficiente grande como para meterse ella y Luna, arrastrandola con ella para meterse en ese agujero. La pequeña no haría más que acurrucarse en el pecho de la demonio, recibiendo pequeñas caricias y el abrazo materno que nunca había recibido. Con lagrimas rodando por sus mejillas, la pequeña Okami dormiría por un buen tiempo bajo las caricias de la Kamado. 



El Kamado mayor habría llegado con una vieja cesta estropeada junto a varias cañas de bambú y algo de paja, alarmándose al no ver nada en el interior de la cueva... O eso le parecía a él.

- ¡¿Nezuko?! ¿¡Luna?! - A los pocos segundos de llamarlas con ese tono de preocupación, la cabeza de la Kamado se asomaría de aquel agujero para ver a su hermano mayor de forma desinteresada, teniendo a la niña en sus brazos.

- Oh, ha cavado un hueco por los rayos del sol. Realmente debes odiar mucho el sol... ¿Dónde está Luna-chan, Nezuko? - La demonio alza a la pequeña de entre sus brazos para que viera que estaba junto a ella, haciendo sonreír al de cabellos rojizos oscuros. - Ya veo, ya veo... Haré una cesta para llevarte durante el día, Nezuko. No solo debo moverme de noche, así que estarás a salvo en mi cesta.- Diría con una de sus más amables y dulces sonrisas hacia su querida hermanita menor, recibiendo varios bufidos de su hermana como respuesta y un pequeño ronquido de la Okami.


 Y por toda esa tarde, Kamado Tanjiro se habría dedicado a cortar el bambú con su hacha para tapar el agujero de esa cesta y re-hacerla, para hacer que pudiera soportar de sobras el peso de su hermana menor. Nezuko solo se dedicaba a ver a su hermano mayor, mientras la más pequeña seguía disfrutando de estar en un sitio tan cálido mientras soñaba dulcemente.

Luego de arreglar aquella cesta, la cual lucía un poco más decente que antes, Tanjiro le pide a su hermana que intentase meterse dentro de esta. En ese momento, Luna estaba despierta saliendo del agujero junto a Nezuko mientras se metía en la cesta entre murmullos inentendibles. El resultado fue todo un fracaso al ver como solo le entraba el torso.

- Nezuko, intenta hacerte pequeña. Hazte pequeña de nuevo, Nezuko. - Le pedía su hermano mientras le indicaba con sus manos, logrando que Nezuko menguara hasta tener casi el mismo tamaño de Luna, metiéndose a rastras a la cesta, siendo esa vez un éxito total.

- ¿Los demonios pueden cambiar de tamaño?

- Pueden hacer eso y mucho mas, Luna-chan. Por eso hay que tener mucho cuidado, al menos eso es lo que nos dijo Tomioka-san. Vámonos antes de que se nos haga más tarde.


Con un asentimiento de cabeza, la pequeña agarra la mano de Tanjiro mientras éste tenía a su hermana dentro de la cesta (ya en su espalda y con una pequeña manta cubriendola para que no se colaran los rayos de sol).




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𝑳𝑨 𝑵𝑶𝑪𝑯𝑬 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑬𝑺𝑻𝑹𝑬𝑳𝑳𝑨𝑺 【Kokushibo X Reader】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora