Capítulo 11

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(Imagen ilustrativa de Luna Okami. 17 años.)

『𝐒𝐚𝐥𝐭𝐨 𝐞𝐧 𝐞𝐥 𝐭𝐢𝐞𝐦𝐩𝐨』


Ha pasado mucho tiempo desde la última vez. La protagonista ha crecido mucho desde la última vez, recibiendo ayuda varias veces, pero continuando con su vida nómada.

Muy pocas veces logró coincidir con el demonio, hablando literalmente. La última vez que lo vio casi es devorada por un abobinable demonio de rango muy inferior si no fuera porque fue hecho cenizas misteriosamente para luego aparecer el dueño del haori morado. Hubo un momento realmente incomodo, pues la chica solo llevaba el haori como vestido, atado con una fina cuerda y con una katana en su espalda cómodamente en su funda. Realmente la niña había crecido y cambiado mucho. La primera en reaccionar fue Okami, quien hablaría con una leve sonrisa.

— El demonio cuyo haori se me fue otorgado. Es un placer volverlo a ver igual de fuerte que antes. - El tono con el que hablaba era sumamente suave y más grave, dejando atrás aquella voz melodiosa y pequeña.

— Sigues siendo inútil y débil, pero veo que has sobrevivido unos buenos años. Empezaré a pensar que no eres tan débil... - El demonio de larga melena guardaría su katana, no consideraba a la niña como amenaza. Había una extraña confianza entre estos dos.

— Nunca nos hemos presentado: Mi nombre es Luna Okami, y me gustaría dejarte de llamar "el demonio de la cueva".

— No diré mi nombre ante alguien que fácilmente puede volverse un aperitivo fácil de cazar. - Y con eso dicho, se habría esfumado dejando a la joven sola.



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La joven de 17 años estaba montada sobre su compañero, quien se la pasaba gruñendo y bufanda por la nariz mientras trotaba, yendo hacia alguna pequeña aldea cercana que encontrase su fino olfato. La de cabellos negros descansaba en su peludo lomo, estando cómoda y cálida. La noche anterior había cazado varios animales com ayuda de su fiel amigo canino para darselo a una familia campesina, recibiendo la mitad de la carne para el viaje.

¿Cómo ha terminado estando encima de un lobo de 3 metros de altura? Pues, querida lectora. Yo tampoco tengo idea. Supongo que algún día la mismisima Luna nos lo contará.

Al llegar a una muy pequeña aldea, el lobo con suma delicadeza se acuesta en el suelo, esperando pacientemente a que la chica decidiera abrir sus bellos ojos.

Pasaron 2 horas aroximadamente para que la pequeña se despertara, bajando del suave lomo del lobo para darle muchas caricias en su enorme cabeza. Si no fuera por ese enorme y único animal, ella hubiera estado en varios problemas.

— Gracias por traerme aquí, Oka. Y por no despertarme, claro... - En respuesta del lobo, habría recibido varios lametones que la harían reír un poco, quitándose la saliva del animal para equiparse con su katana y adentrarse a la pequeña aldea en busca de algún curro rápido para ganar dinero.

Pero no habría tenido mucha suerte, pues o la negaban por ser forastera, por traer al diablo (y con eso se refería al lobo gigante quien observaba desde las sombras, siempre cerca de la chica vigilando que nada le pasara) o porque se burlaban de ella por ser una chica. Pero casi rendida y con intención de irse, una anciana junto a una niña pequeña se le acercaron.

— Buenas, señorita. Hemos visto que busca un trabajo. Si eso es cierto yo le traigo una tarea, pero... Es muy peligrosa. - La mujer de ojos ámbar mira a la anciana con ojos curiosos, tratando de mantener una mirada suave, pues algunas personas la llamaban demonio por poseer dicho color de ojos tan brillantes. — Por las noches hay un monstruo que arrasa con una familia distinta en esta aldea. No sabemos que es, y los jóvenes valientes que trataron de dar cara nunca han vuelto... Porfavor, acaba con ese monstruo.

— ¿Y cuál es el precio? Porque por lo que has dicho, parece ser muy peligroso. Y poner mi vida en peligro tiene un precio bastante alto. - Ella aceptaría ese curro, pero obviamente pediría un buen precio por hacer eso. No sé metería en peligro así de gratis porque una ancianita le diera pena. No, claro que no.

— Le daremos muchas provisiones y 50 monedas de oro, si e-eso le parece bien... - La voz de la niña, cuya voz temblaba, llamaría la atención de la azabache, mirándola con una sonrisa mientras aceptaba.

— Acepto. Id a vuestra casa y descansad, volveré por el pago en cuanto salga el sol.


Y así, ella con un silbido llamaría al lobo para esperar así a que la noche haga su trabajo.


𝑳𝑨 𝑵𝑶𝑪𝑯𝑬 𝑫𝑬 𝑳𝑨𝑺 𝑬𝑺𝑻𝑹𝑬𝑳𝑳𝑨𝑺 【Kokushibo X Reader】Donde viven las historias. Descúbrelo ahora