IX

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Narra Will

Esa misma tarde al terminar de platicar con Hannibal una idea rondaba mi cabeza. Cuando llegué a casa Winston me recibió emocionado, yo decidí sentarme en el umbral de la puerta para poder jugar con él y mientras le acariciaba le susurré: -Esta en nuestras manos proteger a Isa, sabes amigo todo lo que se hace por amor se hace más allá del bien y del mal; entonces debemos ponernos a trabajar- Winston me respondió con un ladrido.

Tomé mi celular y localice el número de Aiko, tardaron en responderme unos segundos.
-Graham- respondió la policía
-Aiko, ha habido un avance en el caso del joven muerto- pregunté 
-No, Paul nos dijo que habías visto un ajuste de cuentas y seguimos sin poder identificarlo, es más difícil debido al estado de descomposición que presenta, tienes algo más- preguntó ella.
-No, pero creo que puedo unirme al equipo de investigación- dije convencido
-Fuerzas especiales, dentro de un simple homicidio es algo exagerado no crees, además la Dra. Langdon esta de acuerdo- exclamó Aiko 
-No sería fuerzas especiales, solo sería el agente Graham como antes e Isabella no esta al tanto- argumentó Will.
Yo sabía que esta idea a  Aiko le parecía sensata, si yo me unía a ellos podían avanzar mucho más rápido y además no vería a Isa que seguramente no la soportaba, así que por fin habló.
-Entonces solo serías Graham- preguntó Aiko.
-Así es, solo Graham
-Bien, entonces se bienvenido, además te recuerdo que debes de venir.
-Por supuesto, ya estoy en camino- dijo Will
-Aquí te esperamos- dicho esto Aiko colgó y tomé mi abrigo, me despedí de Winston  iría  a la Academia.

Una vez ahí, me encontré frente al cadáver y solo pensaba en Isabella: "Sea lo que sea que pasó, tengo que saberlo y entender tus razones ..."
Aiko ingresó al lugar y me dijo -Will tu trabajo es identificar el cadáver, quizás puedes verlo con tus dones y por favor toma muestras para el laboratorio. Yo asentí y volví a reconstruir el escenario, en el momento que me vi empuñando el arma, reconocí al chico, ya lo había visto cuando se expuso todo acerca del caso Jobs, si esto se sabía, llegaría a ser un escándalo.
Al salir de aquel escenario, procedí a tomar muestras, las llevaría al laboratorio, etiquetadas de manera que no fueran entregadas en calidad de urgentes así podría ganar un poco de tiempo y poder saber la manera en que actuaría, pero una cosa era segura...

"Isabella no voy a delatarte."

Esa misma noche los sueños seguían persiguiendo a Hannibal ahora...

Caminaba rumbo al cementerio donde estaba la tumba de su hermana y llevaba un ramo de rosas blancas y al llegar se encontró con la tumba abierta y frente suyo se hallaba un ataúd forrada en seda, inconscientemente Hannibal derramaba lágrimas negras y se negaba a mirar, al momento de abrirla se encontraron con el cadáver de una niña pequeña de cabellos rubios que de repente se sentaba y al abrir los ojos, no eran los de la pequeña Mischa sino que eran azules. Hannibal no podía entender como es que su propia mente jugará con los pocos recuerdos de su hermana e incluso los distorsionaba. Una voz empezó a hablarle: -Hermano mío, el tiempo no pudo borrarme, las armas no pudieron herirme, la muerte no pudo secarme, yo soy etérea, he vuelto a nacer y nunca moriré.

-Mischa, dónde estás- preguntaba Hannibal con un deje de ansiedad en su voz
-Trata de encontrarme Hannibal- susurraba esa misma voz
-Hermanita por favor- pedía él con más ansiedad
-Búscame, no dudes- pedía esa voz con dulzura
-Mischa apiádate de mí- exigió él con desesperación
-Hermano...
-Mischa- susurró Hannibal y contuvo el aliento
-...a tu lado- pronunció la voz y Hannibal volteó a su izquierda, vio a Isabella que le sonreía. Después todo se lo tragaba la oscuridad.

 Después todo se lo tragaba la oscuridad

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